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La fiscalía acusa de un delito de traición al ex espía doble destapado por el CNI

El acusado, Roberto Flórez García, habría vendido a Rusia datos sobre agentes, estructuras y operaciones

El Ministerio Fiscal ha acusado hoy al ex agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Roberto Flórez García, de 42 años, de un delito de traición por vender información sensible a los servicios secretos de un país extranjero, concretamente a Rusia. El acusado se enfrentaría a una pena de entre seis y doce años de cárcel en aplicación del artículo 584 del Código Penal. Fue el CNI el que hace dos semanas informó a la Fiscalía General del Estado sobre las supuestas actividades ilegales de Flórez para que procediese a investigarle, según han señalado fuentes jurídicas.

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El director del Centro Nacional de Inteligencia, Alberto Saiz, ha informado esta mañana del primer caso de filtraciones en el seno de los servicios españoles de inteligencia. La policía detuvo ayer en Tenerife a un ex miembro del centro que actuaba como "agente doble", vendiendo información sensible a los servicios secretos de un país extranjero. Según la Cadena SER, el ex espía, que ofreció a cambio de dinero información sobre agentes y estructuras del CNI entre 2001 y 2004, vendía sus datos a Rusia, aunque este país lo ha desmentido.

La rueda de prensa de Saiz ha sido la primera ofrecida por un jefe de los servicios secretos españoles y ha sido para dar cuenta de un "caso único en la historia de los servicios de inteligencia españoles". El ex agente del CNI Roberto Flórez García, de 42 años, fue detenido ayer por la tarde en Tenerife por haber vendido entre diciembre de 2001 y febrero de 2004 información clasificada a un servicio de inteligencia extranjero. La policía registró las dos viviendas del ex agente en Tenerife y se incautó de gran cantidad de documentos con información relativa al caso.

Según los datos de la investigación, en manos ahora de un juzgado de Tenerife, Flórez, que se dio de baja en el CNI en enero de 2004 tras 12 años de servicio ininterrumpido, se ofreció voluntariamente a un servicio de inteligencia extranjero a cambio de "mucho dinero" y filtró "decenas de identidades" de agentes, así como información sobre procedimientos, estructuras internas y actividades en materia de contrainteligencia. Entre los datos que pudo revelar, Saiz ha mencionado las identidades de los siete agentes del CNI muertos en Irak en noviembre de 2003, pero no que su información condujera al la emboscada que sufrieron.

Sin riesgo para la seguridad

Pese a ello, Sáiz ha garantizado que en ningún momento la actividad del agente doble puso en peligro la seguridad de España, de sus instituciones, de la UE o de la OTAN. Saiz ha precisado que hasta donde saben no transmitió información relacionada con la lucha antiterrorista, ya que por su trayectoria y destinos, "jamás" estuvo cerca del departamento de terrorismo internacional del CNI, que se creó pocos meses antes de los atentados del 11 de marzo en Madrid. "El primer elemento de tranquilidad es que la seguridad nacional no ha estado en riesgo", ha afirmado. Asimismo, ha precisado que la investigación fue iniciada en julio del año 2005 y que no ha sido hasta hace tres semanas cuando se ha puesto en manos de la Fiscalía.

Saiz no ha querido revelar el servicio extranjero para el que Flórez trabajó, aunque algunas fuentes de la investigación han revelado que era Rusia. No obstante, la Embajada de este país en Madrid ha negado cualquier responsabilidad y ha dicho no tener "nada que ver" con el ex agente. "La Embajada de Rusia no tiene nada que ver con esta noticia", ha declarado un portavoz diplomático ruso, tachando la noticia de información "puramente mediática".

Saiz ha reconocido que el espionaje de Flórez ha causado daños internos al CNI, que se ha visto obligado a modificar estructuras y procedimientos y a introducir nuevas medidas de seguridad, aunque también ha querido subrayar que la organización está en un cambio constante. No obstante, aunque los datos vendidos por Flórez fueran "útiles" en aquel momento para el servicio extranjero, en la actualidad "son de interés menor" debido al paso del tiempo y a los cambios introducidos en el CNI.

Sospechas de un agujero

El director del CNI ordenó iniciar la investigación interna en julio de 2005 tras descubrir que un "incidente" ocurrido en el ámbito de la contrainteligencia esa primavera podía estar conectado con otros anteriores y tener entonces "sólidas sospechas" de que el Centro podía tener "un agujero de seguridad" y haber sido "infiltrado" por servicios de inteligencia extranjeros. Una vez detectado el agujero, la máxima preocupación del Centro fue delimitar los daños causados a la organización en sus procedimientos, estructura y en las actividades de contrainteligencia que estaban en marcha en aquellos años, cuando dirigía el CNI Jorge Dezcallar.

Para Saiz, es "un fracaso" de la institución, que no consideró el riesgo de una fuga de información y "de alguna forma falló", pero también es "un éxito" porque ha sido capaz de descubrirlo y conocer muchos de sus "agresores y debilidades".

El caso se ha destapado en un momento especialmente sensible para las relaciones entre Rusia y la UE, tras el asesinato en Londres de Aleksander Litvinenko, un ex espía ruso que fue envenenado con polonio 210, una sustancia radiactiva. Londres acusa a Moscú de esta muerte y se ha originado un conflicto diplomático entre ambos Gobiernos. Reino Unido ha expulsado a cuatro diplomáticos rusos de su territorio, medida que ha sido respondida de forma idéntica por el Gobierno ruso.

¿Espía en Perú?

El ex agente del CNI Roberto Flórez García ya fue objeto de una pregunta de un diputado socialista al Gobierno en junio de 2000, en relación del papel del ex espía en las elecciones presidenciales peruanas celebradas ese año. El diputado Rafael Estrella preguntó al Gobierno por el "tipo de relación contractual" de Flórez con la Embajada de España en Lima, por la duración de esa relación y por sus cometidos, así como si "conocía el Ministerio de Exteriores que Flórez trabajó como voluntario en la campaña del candidato de Perú Posible, don Alejandro Toledo", y que "fue despedido [de este partido] por supuesta colaboración con el servicio de Inteligencia Militar Peruano". La prensa peruana había acusado al agente español de infiltrarse en la oposición peruana a las órdenes de los servicios secretos españoles, entonces Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), ahora CNI.La respuesta del Gobierno a la pregunta del diputado fue que la postura oficial respecto de aquellos comicios fue de "escrupulosa neutralidad", por lo que "se ha de rechazar tajantemente cualquier acusación o comentario sobre ayuda o favorecimiento a alguna de las candidaturas". En cualquier caso, no aclaraba la pertenencia de Flórez a los servicios secretos, ya que "la labor informativa del Servicio de Inteligencia debe ser objeto de la máxima reserva, al tratarse sobre aspectos que no podrían ser ni afirmados ni negados sin vulnerar la ley de Secretos Oficiales".

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