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Otro plan anticrisis

Las medidas apoyan la actividad productiva de las pequeñas empresas

La colocación de parados se abrirá por primera vez a la iniciativa privada

Lucía Abellán

Si las empresas resisten, la economía se recuperará y el empleo florecerá. Esa es la máxima que ha guiado el enésimo paquete de medidas anunciado ayer por el presidente del Gobierno para reactivar la economía. El Ejecutivo ha decidido concentrar en las sociedades los pocos estímulos fiscales aún disponibles y retira ayudas a los ciudadanos, la última de ellas el subsidio de 426 euros. Dentro del universo empresarial, José Luis Rodríguez Zapatero ha querido dirigir su mirada hacia las pequeñas y medianas empresas (pymes) cuatro días después de reunirse con las grandes compañías del país -y de recibir críticas por desatender a las de reducida dimensión-.

- Más pymes. El requisito para acogerse a la consideración de empresa de reducida dimensión se relaja hasta acoger a todas las empresas que facturen un máximo de 10 millones de euros al año (hasta ahora eran ocho). Eso implica, según cálculos de La Moncloa, que unas 40.000 empresas más podrán beneficiarse del tipo reducido que grava a las pymes en el impuesto de sociedades (25% frente al 30% general).

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Además, las pequeñas empresas tendrán un ahorro adicional en declaración, pues las cantidades sujetas a ese tipo menor aumentan: de un beneficio sometido a tributación de 120.000 euros se pasa a 300.000. A partir de esa cantidad, las empresas pagan el 30% de sus ganancias. Hacienda no aclara el ahorro que estas dos medidas supondrá.

- Impulso a la inversión. Permitir a las empresas -hasta ahora solo lo hacían las pymes y las grandes que mantuvieran el empleo- que amorticen sus inversiones cuando más les convenga para aliviar su factura fiscal no supone un ahorro a largo plazo, pero sí un aplazamiento del impuesto de sociedades ligado a inversión.

Con esta medida, que se mantendrá tres años más de lo previsto, hasta 2015, el Ejecutivo pretende fomentar la actividad productiva. Porque una empresa podrá, por ejemplo, anotarse como gasto en solo dos años la compra de un bien que tendría que ir amortizando en muchos más ejercicios si se ajustara a la norma. De esa forma, la sociedad se libra de pagar el impuesto -o lo reduce a la mínima expresión- durante esos dos años. Hacienda calcula que esa novedad, junto a la eliminación del impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados en las ampliaciones de capital, inyectará en las empresas 1.000 millones de euros. Ambas fueron anunciadas por Zapatero hace dos semanas.

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- Empresas en 24 horas. Se trata de un propósito recogido en la Ley de Economía Sostenible y que se traslada a este paquete ante los retrasos continuados de ese proyecto. Además de agilizar los trámites para crear empresas, se eximirá a las pymes del pago de cuotas a las Cámaras de Comercio, a las que hasta ahora estaban obligadas junto a los autónomos. El ahorro conjunto para los dos colectivos será de 250 millones de euros. Esta medida ha sentado especialmente mal a las Cámaras de Comercio porque le supone una merma de ingresos.

- Agencias para parados.

Esta medida supone acelerar una de las principales novedades de la reforma laboral. Las agencias privadas de colocación colaborarán con los servicios públicos de empleo -hasta ahora bastante ineficaces en la colocación de parados- en la búsqueda de puestos de trabajo. El beneficiario de esta intermediación no tendrá que abonar nada a la agencia.

- Funcionarios en la Seguridad Social. Los nuevos empleados públicos cotizarán en el régimen general de la Seguridad Social. Ahora podían hacerlo de forma voluntaria, aunque la mayoría se acogía al régimen de clases pasivas, que supone participar de un sistema de pensiones y sanitario diferentes al del resto.

José Blanco (izquierda) charla con los diputados de CiU Pere Macías y Duran Lleida (derecha), ayer en el Congreso.
José Blanco (izquierda) charla con los diputados de CiU Pere Macías y Duran Lleida (derecha), ayer en el Congreso.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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