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ELECCIONES CATALANAS

El peor resultado de la historia del PSC se lleva por delante a Montilla

Los socialistas pierden 9 de 37 escaños y se quedan por debajo de 1980

Clara Blanchar

Los socialistas catalanes se convirtieron ayer en las primeras víctimas políticas de la crisis económica y vieron hechos realidad los peores presagios. Perdieron 9 delos 37 escaños que tenían en el Parlamento, lo que supone su peor resultado de la historia. El Partit dels Socialistes ha perdido casi medio millón de votos en ocho años, las dos veces con José Montilla de candidato. Ayer anunció que no optará de nuevo a dirigir un partido en el que se desatará la batalla por el poder y que en seis meses se juega las principales alcaldías de Cataluña.

Los de ayer, con 570.361 votos, son los peores resultados de la historia del partido. Su registro más malo, de 1980, en las primeras elecciones de la democracia, se quedó en 33 diputados y 608.791 votos. Ni el ligero aumento de la participación contra todo pronóstico, salvó a los socialistas catalanes de la derrota frente a un rival, Convergència i Unió (CiU) que logra 62 escaños. Después de dos legislaturas de Gobierno tripartito, la coalición entre PSC, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya, liderada primero por Pasqual Maragall y desde 2006 por José Montilla, sufre un brutal revés (ERC pierde 11 escaños e ICV, 2) y la Generalitat volverá a ser gobernada por CiU, que se mantuvo en el poder 23 años con Jordi Pujol al frente. A la tercera victoria, el candidato Artur Mas podrá presidir la Generalitat.

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Pasadas las diez de la noche, el presidente de la Generalitat y candidato socialista a la reelección, José Montilla, compareció arropado por parte de la dirección y por la candidatura, muy afectados, y explicó que acababa de llamar a su rival para felicitarle y desearle "el máximo acierto para afrontar la crisis". En clave interna, Montilla anunció, leyendo el telepronter, que no volverá a optar a la primera secretaría del PSC, que ocupa desde hace una década. Y reconoció que los socialistas deben "reflexionar y abrir un proceso de cambio", "lejos de nostalgias e inercias". No se vio ni al consejero Antoni Castells ni a Ferran Mascarell, del ala catalanista del partido, a quienes Montilla señaló como miembros de un futuro gobierno. El PSC no tenía previsto celebrar su congreso hasta 2012, pero la magnitud de la debacle obligará a adelantarlo.

El primero en comparecer en la sede del PSC de Barcelona fue el portavoz, Miquel Iceta, que reconoció "un resultado muy inferior" a las expectativas. Iceta atribuyó la derrota en parte a la crisis económica que ha "desgastado a los socialistas", y ha hecho virar voto a la derecha, y señaló como causas del resultado "la desafección, errores propios o las tensiones causadas por el recorte del Estatuto". El terrible mal sabor de boca en la sede socialista, con pocos militantes anoche, se tornó mayúsculo cuando un exaltado lanzó un huevo en la frente a Iceta justo cuando se dirigía a decenas de periodistas y cámaras. El hombre le gritó "rojo" y "¡viva España!" y fue detenido al acto.

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Al reto de la batalla por el poder que abre la capitulación de Montilla, los socialistas catalanes afrontan otras incógnitas. Pocos dirigentes creen que llegue a ocupar el asiento de jefe de la oposición, aunque ayer dijo que trabajará donde le "corresponda". Entonces ¿cuál será su futuro fuera de la dirección del partido? Los resultados de ayer dejan a los socialistas en una posición de extrema debilidad de cara a las elecciones municipales de mayo. Con hegemonía en los grandes ayuntamientos catalanes, la mayor plaza en peligro es Barcelona, que el PSC ha gobernado desde la reinstauración de la democracia. Salvo durante la comparecencia de Montilla, los dirigentes socialistas se recluyeron en la planta de la dirección, que parecía un velatorio. Aunque algunos cargos medios bromeaban con que se pondrán a buscar trabajo.

José Montilla (de espaldas) abraza a Isidre Molas ante Corbacho y la ministra de Defensa, Carme Chacón, en la sede del PSC.
Iceta se limpia los restos de un huevo lanzado contra él.
José Montilla (de espaldas) abraza a Isidre Molas ante Corbacho y la ministra de Defensa, Carme Chacón, en la sede del PSC. Iceta se limpia los restos de un huevo lanzado contra él.MARCEL·LÍ SÀENZMARCEL.LÍ SÀENZ

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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