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Mas se propone dirigir la "transición nacional" de Cataluña con consenso

El líder de CiU busca con poco éxito el apoyo de PSC o PP para la investidura

El Tribunal Constitucional (TC) sacó a Cataluña de la foto con el recorte del Estatuto y esta comunidad debe entrar ahora en una nueva era de las relaciones con España. Artur Mas, candidato de Convergència i Unió (CiU), defendió ayer esta idea en la sesión de investidura como presidente de la Generalitat, y apuntó una salida cuanto menos sorprendente: que Cataluña inicie su propia "transición nacional" del estilo de la que toda España afrontó con el fin de la dictadura. La solemne declaración pasa, según Mas, porque Cataluña ejerza el derecho a decidir su futuro reivindicando, de entrada, un nuevo pacto fiscal al estilo del Concierto vaso o convenio navarro. Su partido, CiU, pondrá esta condición para brindar apoyos futuros al Gobierno central.

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Fiel a la tradición de Convergència i Unió, Mas no aportó detalles de cómo piensa conseguir algo que la Constitución reserva en principio a las comunidades forales. Pero dejó claro que no quiere romper la baraja ni embarcarse en aventuras soberanistas con Esquerra Republicana. Con ello intentó acercarse al Partit dels Socialistes y al Partido Popular, cuya abstención es clave para lograr la investidura como presidente en segunda vuelta. A Mas le faltan seis diputados para la mayoría absoluta y tanto PSC como PP, e incluso ERC, mantienen la puerta abierta a abstenerse.

El debate proseguirá hoy y en principio Mas no saldrá investido porque todos los grupos han anunciado que votarán en contra y además necesita en este caso la mayoría absoluta. A unos porque, más allá del debate derecha-izquierda, ese plan les parece irrealizable porque se sale de la Constitución, y a otros porque es demasiado tímido. Si el guión no se rompe, la investidura se producirá el jueves, en segunda votación.

Con un discurso de hora y media, Mas se centró en que quiere pilotar el proceso, que entronca con la manifestación multitudinaria del mes de julio en contra del fallo, con "amplias mayorías calificadas y reforzadas". Su teoría es que el pacto fiscal despierta una gran aceptación en votantes de todos los partidos. Lejos de hablar un plan Ibarretxe II, Mas se ha propuesto subir a su carro ideológico a socialistas y populares, a quienes recuerda a menudo que respaldan el Concierto en el País Vasco. Y reiteró la vía del consenso. "Quiero ser el presidente de Cataluña, por tanto no quiero llevarla a la fractura", reiteró afirmando que no está planteando un referéndum ante el jefe de filas socialista, Joaquim Nadal.

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Los socialistas rechazaron este planteamiento de Mas. "¿Lo que nos propone es la independencia a plazos?", se preguntó Nadal. En este caso no habrá apoyos del PSC, que sí mantiene la puerta abierta a reformar el sistema de financiación cuando toque, eso es dentro de tres o cuatro años. Alicia Sánchez-Camacho (PP) fue más dura con el líder de CiU, pero los nacionalistas dan por hecha su abstención. "No podemos apoyar un presidente que prioriza una transición hacia una Cataluña nacionalista y no plural. Debería reconducir las relaciones Cataluña-España para reforzar nuestro prestigio y mejorar el encaje".

Artur Mas saluda a Joaquim Nadal, portavoz del PSC, tras el debate de investidura. En primer término, José Montilla.
Artur Mas saluda a Joaquim Nadal, portavoz del PSC, tras el debate de investidura. En primer término, José Montilla.MARCEL·LÍ SÀENZ

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