_
_
_
_
_
Reportaje:La liberación del 'Alakrana'

Dos semanas entre la vida y la política

El drama llegó al buque tras el desembarco de tres secuestrados el pasado día 5 - La Audiencia y el Gobierno se enzarzaron a cuenta de los dos piratas detenidos

El atunero vasco Alakrana y los 36 miembros de su tripulación -16 de ellos, españoles- recuperaron la libertad a las 14.25 de ayer, tras 47 días secuestrados por piratas somalíes. El 5 de noviembre, mientras todos esperaban la liberación tras un acuerdo sobre el pago del rescate, la situación giró hacia el drama cuando los secuestradores decidieron bajar a tres de los tripulantes a tierra y los secuestrados, presionados, difundieron mensajes agónicos pidiendo soluciones de emergencia para conseguir la liberación.

Lo que sigue es el relato cronológico de las dos semanas de vértigo entre la vida y la política que desembocaron en final feliz.

- SOS (8 de noviembre). El patrón del Alakrana, Ricardo Blach (59 años), lanzaba un mensaje de socorro en sus conversaciones telefónicas con periodistas. "Me han puesto una pistola en la frente. Tememos por nuestras vidas. Ellos están nerviosos, agresivos, y nosotros, muy mal, cada vez peor. Nos estamos apagando", relató a EL PAÍS. "El jefe de los piratas lleva cuatro días aquí y no para de hacernos putadas. Nos escupen, nos dan patadas... Están armados hasta los dientes y nos tienen encañonados".

El patrón pidió auxilio hace 10 días: "Me han puesto una pistola en la frente"
El espionaje militar había desaconsejado la captura de los dos somalíes
Más información
Fuego sobre los piratas del 'Alakrana'
El capitán del 'Alakrana': "No hubieran podido disparar el arma sin caerse"
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Tras su lamento, Blach explicó las condiciones de los piratas para poner fin al secuestro: "O liberan a los dos [piratas] que hay en España o no sé qué va a pasar. Quieren dinero y a esos tíos. Desde el primer día".

- El Gobierno se mueve (9 de noviembre). El Gobierno reacciona a los mensajes que lanzan los secuestrados desde el barco y asegura que trabaja "intensamente" para cerrar un acuerdo con Somalia que permita entregar a este país a los dos piratas encarcelados en España y cumplir con una de las exigencias de los secuestradores.

El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, mantiene entonces que los dos piratas tenían que ser juzgados pero dejaba abierta la puerta a la posibilidad de que el juicio se celebrara en Somalia, algo que el tiempo acabó descartando. El problema, entonces y ahora, es que España tenía y tiene suspendidas las relaciones con Somalia desde que dicho país se sumiera en la guerra civil, en 1991.

En el atunero vasco, el patrón respiraba aliviado por las noticias que llegaban respecto a los movimientos del Gobierno español para resolver el problema de los dos piratas detenidos. "En el barco son todo risas y pulgares hacia arriba. Los piratas están eufóricos y han dejado de maltratarnos", decía. Aunque después manifestaba su desazón: "Tengo miedo a que toda esta euforia se vuelva contra nosotros si mañana la Audiencia Nacional nos da un revés y esto se retrasa. Si pasa eso, ya no se van a andar con tonterías, empezarán a matarnos". Ese día, Blanc avanzó una fecha para la solución al secuestro que resultó certera: "He hablado con el mediador y le he preguntado cuánto tiempo más puede durar esto y me ha dicho que entre cuatro y diez días, pero también me ha dicho que aún no se han puesto de acuerdo en el dinero del rescate".

- Silencio para negociar. (10 de noviembre). El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el de la Audiencia Nacional, Ángel Juanes, reciben a los familiares de los secuestrados y les piden silencio. Unos días antes, las familias habían estallado y responsabilizado al Ejecutivo de poner en peligro la vida de sus familiares con la mala gestión de la crisis. Cristina Blach, hija del patrón del Alakrana, y Argi Galbarriatu, hermana del capitán, aceptan el ruego de Zapatero y de Juanes. A la vez, la oposición, especialmente el PP, modera sus críticas al Gobierno. El ruido, según la teoría del presidente, sólo favorece a los secuestradores.

La justicia sigue trabajando. El abogado de uno de los detenidos intenta colar una solución para lograr que su cliente sea expulsado de España mediante la aplicación del artículo 57 de la Ley de Extranjería. Si la fiscalía pide una pena menor de seis años, se puede tramitar la expulsión de España del detenido. La Fiscalía mantiene la prudencia y contesta al letrado que, de momento, no va a tomar ninguna iniciativa.

- ¿Cárcel en Somalia? (11 de noviembre). El Gobierno se mueve y sugiere que una solución para los dos piratas detenidos sería que cumpliesen su condena, la que sea, en Somalia. La ministra de Defensa, Carme Chacón, apuesta por esta vía aunque sin detallar el camino para alcanzar el objetivo. Se trataría, según precisaron fuentes del Ejecutivo, de suscribir con el Gobierno Federal de Transición de Somalia un acuerdo de cumplimiento de penas, a través de un canje de notas, que entraría en vigor de inmediato. Aun así, el traslado sólo podría ejecutarse una vez celebrado el juicio y con sentencia firme.

- Conflicto entre el Gobierno y con los jueces (12 de noviembre). La Audiencia Nacional entra en escena con una nota insólita donde culpa al Gobierno del traslado de los piratas detenidos a España.

El comunicado sostiene que "ningún juez de la Audiencia Nacional ha reclamado para sí la competencia del caso ni exigió que se presentara denuncia alguna". Los piratas que mantienen secuestrados a los 36 miembros de la tripulación del Alakrana reclaman la devolución de sus compañeros para liberar a los rehenes. Al conflicto con la Audiencia se une otro desatado en el propio Gobierno. Los ministros se enzarzan en disputas respecto a la decisión estratégica de detener a los dos piratas y trasladarlos a España.

La Cadena Ser hace público un informe del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS), elaborado 10 horas antes de la detención de los dos piratas implicados en el secuestro del Alakrana y ahora encarcelados en España, en el que desaconsejaba su captura, alegando que podría elevar la tensión, perjudicar la negociación e incluso provocar represalias.

El Ministerio de Defensa difundió una nota en la que aseguraba que el general Julio Rodríguez (Jemad), "a la luz de los diversos informes que tenía en su haber, ordenó a la fragata Canarias

proceder a detener a los piratas en flagrante delito de piratería". Según la nota, esta decisión fue asumida por unanimidad de la comisión de coordinación, integrada por la vicepresidenta Fernández de la Vega, los ministros de Asuntos Exteriores, Defensa y Medio Ambiente; y el director del CNI.

- La Audiencia acelera (16 de noviembre de 2009). La Fiscalía de la Audiencia Nacional acelera el proceso abierto a los dos piratas detenidos en España que bloquean la solución al secuestro del Alakrana en Somalia. El juez Santiago Pedraz, que instruye el caso, recibe un escrito del fiscal donde le pide que concluya cuanto antes las investigaciones para poder juzgar a los dos piratas detenidos en España por el secuestro del atunero Alakrana.

En el escrito se solicita que transforme las diligencias en sumario porque las penas de cárcel que va a solicitar superan los nueve años. La fiscalía estudia pedir seis años por cada uno de los 36 delitos de detención ilegal y cuatro más por robo y uso de armas. En total 220 años para cada uno. El fiscal pide también al juez que concluya la investigación y eleve el caso a la Sala de lo Penal para que pueda iniciarse cuanto antes el juicio.

- Entre el reparto del botín y el juicio. (17 de noviembre). A la vez que los secuestradores se reparten el botín en la cubierta del atunero vasco Alakrana, en la Audiencia Nacional el juez Santiago Pedraz concluye la instrucción -probablemente la más rápida para un caso con este tipo de delitos de toda la historia judicial española- y eleva el sumario a la Sala de lo Penal, que decidirá en los próximos días la fecha del juicio. Con la tripulación del Alakrana liberada tras el pago de 2,7 millones de euros, todavía queda una incógnita por resolver: el futuro de los dos piratas encarcelados en España.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_