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Reportaje:ESPACIO | Sistema Solar

Cita de dos naves espaciales en Venus

D os naves espaciales automáticas han tenido hace poco una cita científica en Venus, aprovechando que una pasaba por las proximidades de ese planeta y la otra está en órbita allí. Han sido las sondas Messenger de la NASA, y Venus Express, de la Agencia Europea del Espacio (ESA), y el encuentro se produjo el pasado 5 de junio, a última hora de la noche. Los científicos de ambas misiones están aún analizando y comparando los datos obtenidos, pero ya han adelantado que se centran en el estudio de la estructura de la densa capa de nubes del lucero del alba, estudiado a la vez, desde alturas diferentes y con instrumentos complementarios.

Para aprovechar científicamente al máximo la ocasión de la cita, los científicos idearon una curiosa estrategia de observación virtualmente simultánea.

La sonda ' Cassini' descubre una nueva luna, la número 60, del planeta Saturno

Messenger, que salió de la tierra el 3 de agosto de 2004, se dirige a Mercurio (llegará en marzo de 2011); Venus Express, la primera misión en Venus de la ESA, fue lanzada en noviembre de 2005 y se puso en órbita en su planeta de destino el abril del año pasado. En la reciente cita, Messenger se acercó hasta 338 kilómetros del suelo de Venus en la cara nocturna del planeta. En ese momento Venus Express estaba por detrás del horizonte, casi sobre el Polo Sur, a 35.000 kilómetros de distancia de Venus.

Dadas esas posiciones orbitales, los científicos, que querían aprovechar la coincidencia para observar el mismo fenómeno, han recurrido a la simulación meteorológica de Venus basada en datos atmosféricos reales. El plan era que la Venus Express observara una zona concreta que estuviera a la vista de la Messenger en su máxima aproximación al planeta, 12 horas después. Otras 12 horas más tarde, el objetivo estaría de nuevo accesible a la nave europea.

Los científicos seleccionaron un conjunto de nubes concreto y, basándose en los datos sobre velocidad de los vientos locales, fueron capaces de predecir dónde se encontraría dicho conjunto 12 y 24 horas después. Así, el sensor Virtis de Venus Express captó la estructura de esas nubes a unos 45 ó 50 kilómetros del suelo del planeta y la Messenger registró más tarde ese mismo conjunto nuboso a altura ligeramente superior. "Un examen así de la estructura atmosférica de Venus -con datos cruzados obtenidos a diferentes alturas y con instrumentos distintos- es una oportunidad única para los investigadores que quieren resolver el rompecabezas de la dinámica y composición de la atmósfera venusiana", explica la ESA en un comunicado.

Los datos tomados por ambas en la oportuna cita de junio no se limitan a la atmósfera. Con la batería de instrumentos encendidos a bordo de ambas naves, la ocasión ha proporcionado datos sobre el entorno de plasma de Venus, la superficie del planeta y los campos magnéticos. La NASA y la ESA han dicho que los científicos de ambas misiones tendrán los resultados analizados de esta singular maniobra en Venus hacia finales de año.

También en el Sistema Solar, pero mucho más lejos del Sol, otra nave científica ha añadido un descubrimiento más a la larga lista que va acumulando desde que se puso en órbita de Saturno, en 2004. Se trata de la nave Cassini, un proyecto de la NASA y la ESA, que acaba de encontrar un nuevo satélite -el quinto de esta misión- del enorme planeta de los anillos. Con la recién hallada, son ya 60 las lunas de Saturno. De momento los científicos llaman Frank a ese nuevo satélite, a la espera de recibir seguramente otro nombre oficial. Mide unos dos kilómetros de diámetros y, como la mayoría de los cuerpos de ese tipo, está compuesto de hielo y roca. Está situado en órbita del planeta de los anillos entre las lunas Methone y Pallene.

Los científicos encontraron Frank con la cámara de gran angular de la Cassini, y repasando los archivos de imágenes anteriores de la misma región han podido establecer su órbita.

Las lunas son importantes para la misión, no sólo para evitar el peligro de choque con ellas, sino, sobre todo desde el punto de vista científico para comprender mejor la compleja estructura de anillos alrededor de ese planeta.

"Cuando la Cassini partió de la Tierra, en 1997, sólo se conocían 18 lunas en órbita de Saturno", ha comentado Carl Murray, científico británico que trabaja en el equipo de imagen de la misión. "Ahora, entre los telescopios terrestres y la Cassini hemos más que triplicado".

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