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Bajo los volcanes del Anillo de Fuego

Nuevos datos indican dónde buscar plata, cobre y molibdeno

Aunque se sabe mucho de los volcanes es mucho más lo que no se sabe, sobre todo respecto a lo que pasa debajo de ellos, los mecanismos que los producen en una amplia variedad. Por ejemplo, los procesos que dan lugar a los numerosos volcanes en el llamado Anillo de Fuego, alrededor del Océano Pacífico, no están claros. Se sabía que surgen a consecuencia de la subducción, cuando el borde de una placa tectónica se mete debajo del de otra adyacente, pero no se conocen los factores que controlan, en este proceso de altas temperaturas y presiones, la producción del magma fundido que emerge en la superficie terrestre en forma de erupción volcánica. Comprender este proceso es importante porque la mayor parte de los depósitos de metales como la plata, el cobre o el molibdeno se producen en estas formaciones.

El Oldoinyo Lengai, en Tanzania, se cubre de blanco con cada erupción

Un nuevo trabajo basado en observaciones directas, experimentos y modelos informáticos ha hallado que la profundidad a la que se encuentran las placas bajo estos volcanes es variable, entre 60 kilómetros y 170 kilómetros. Hasta ahora se creía que la profundidad oscilaba siempre ligeramente alrededor de los 100 kilómetros.

Según el director del trabajo, Timothy Grove, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), esta variabilidad se debe sobre todo a las características de la clorita, un mineral que se forma en el manto terrestre sobre la corteza oceánica y que contiene una gran cantidad de agua. Resulta que su descomposición en condiciones concretas de temperatura y presión, que aporta agua al magma, depende del ángulo con que se produce la subducción, y no de la velocidad. Conocer esto permitirá localizar mejor los depósitos de interés en esas zonas volcánicas.

En otro caso, el volcán Oldoinyo Lengai, en Tanzania, parecía que se producía alquimia. El volcán expulsa carbonatitas (lavas cargadas de dióxido de carbono, hasta en un 30%), uno de los magmas más extraños del mundo, que al solidificarse tiñe de blanco sus flancos.

El análisis de una reciente emisión reveló que la clave de la solidificación está en la elevada concentración de sodio en el magma, que alcanza hasta el 35%. Las carbonatitas hacen erupción a temperaturas mucho más bajas que otras lavas y son muy fluidas, con una viscosidad similar a la del aceite para automóvil.

Además, como ha subrayado William Leeman, director de la División de Ciencias de la Tierra de la National Science Foundation de EE UU, que ha financiado la investigación, "ahora conocemos el origen de uno de los magmas más peculiares del mundo. Los científicos han hallado que la fusión a pequeña escala del manto terrestre, igual que la que tiene lugar en las cordilleras mesooceánicas, pueden producir carbonatitas".

Los gases analizados indican que el dióxido de carbono procede directamente del manto superior, justo debajo del Rift, la fractura de norte a sur en el este de África. El contenido en carbono de esa capa resulta ser de 300 partes por millón, prácticamente igual que en otros lugares similares. Ambos trabajos se han publicado en la revista Nature.

Depósitos blancos de carbonatitas en el volcán Oldoinyo Lengai.
Depósitos blancos de carbonatitas en el volcán Oldoinyo Lengai.NSF

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