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Benedicto XVI anuncia el inicio del proceso de beatificación de Juan Pablo II

No será necesario esperar a que pasen cinco años desde la muerte del candidato, tal como establece el derecho canónico

El Papa Benedicto XVI ha anunciado hoy públicamente que el proceso para la eventual beatificación de su antecesor, Juan Pablo II, comenzará en un plazo breve y no será preciso esperar, como establece el derecho canónico, un periodo de cinco años desde la muerte del candidato para iniciar el proceso.

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Benedicto XVI ha hecho este anuncio en la Basílica de San Juan de Letrán durante un encuentro con el clero romano, y lo ha hecho en latín al leer un texto escrito por el cardenal José Saraiva Martins, que es el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos. La comunicación, difundida también en italiano por la Santa Sede, ha sido acogida con un largo aplauso por los religiosos presentes, de los que Joseph Ratzinger es el principal responsable, ya que, aparte de jefe de la Iglesia, es el Obispo de Roma y titular de la diócesis. El anuncio de Benedicto XVI se produce precisamente el día en que se cumplen 24 años del atentado contra Juan Pablo II en la plaza de San Pedro de Roma.

La muerte de Juan Pablo II, el pasado 2 de abril, desató una extraordinaria reacción en todo el mundo católico y desde numerosos sectores se solicitó la inmediata apertura del proceso de beatificación. El Código de Derecho Canónico establece que para acceder a la beatificación -primer escalón en el camino a los altares- deben haber pasado cinco años desde la muerte del candidato para iniciar el proceso, pero el pontífice puede acortar los tiempos, como ocurrió con la madre Teresa de Calcuta, cuya beatificación se inició inmediatamente después de la muerte, en 1997, porque así lo decidió Karol Wojtyla.

La beatificación de un Papa suele ser polémica, ya que su santidad es mucho más dudosa al estar contaminado por las impurezas del poder. Los intentos de elevar a los altares a Pío XII chocaron con la oposición, entre otros, de Israel, y la beatificación de Pío IX, llevada a cabo por Juan Pablo II en 2000 -junto a la de Juan XXIII-, provocó una enorme polvareda por el fuerte antisemitismo de ese Papa.

Los 'milagros' de Juan Pablo II

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El arzobispo Stanislaw Dziwisz, uno de los personajes más poderosos en el Vaticano durante los últimos años del pontificado de Juan Pablo II, se ha erigido en el principal promotor de su beatificación. Según el arzobispo polaco, de 66 años, son tan numerosas las curas milagrosas atribuidas a Wojtyla que se guardan en un informe especial en la Secretaría de Estado del Vaticano.

Uno de los casos más asombrosos, según Dziwisz, es el de un multimillonario estadounidense no católico que pidió asistir a una misa privada del pontífice en su residencia de descanso de Castel Gandolfo. Este hombre, que sufría un tumor cerebral en fase terminal, logró estar presente en la eucaristía y recibir la forma de manos del Papa en el verano de 1998. Diás después, se supo que el enfermo se había curado completamente "en el curso de unas pocas horas".

También circulan otros casos que deben ser confirmados por expertos y aceptados por Benedicto XVI. El cardenal Francesco Marchisano, de 75 años, que participó en la elección de Joseph Ratzinger, ha relatado su propia experiencia de curación inexplicable. Un error de los cirujanos le dejó mudo cuando fue operado de las carótidas. Juan Pablo II le visitó y acarició, y Marchisano recuperó la voz.

Se habla también de una señora ciega que volvió a ver tras un leve contacto con Wojtyla, y de un muchacho mexicano aquejado de un tumor, salvado por Juan Pablo II en 1990. El supuesto milagro ocurrió en el aeropuerto de Zacatecas, en una visita de Juan Pablo II a México. El joven, que tenía cuatro años, fue besado por el Papa, un gesto al que su familia atribuye su total curación.

Los fieles portaban banderas, sobre todo polacas, y pancartas que pedían la pronta canonización de Juan Pablo II.
Los fieles portaban banderas, sobre todo polacas, y pancartas que pedían la pronta canonización de Juan Pablo II.AP

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