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El debate nuclear en la UE

Bielorrusia amenaza a Moscú con quedarse con el gas ruso destinado a Europa

El Gobierno de Minsk responde al intento de su vecino de subirle el precio del combustible

Vladímir Semashko, viceprimer ministro de Bielorrusia, insinuó ayer que, si no logra llegar a un acuerdo con el monopolio ruso Gazprom y no firma el contrato correspondiente para los suministros de 2007, de todas formas Minsk obtendrá el gas que necesita: simplemente se quedará con el combustible destinado a Europa. El problema es que técnicamente el Gobierno de Moscú no puede impedir que Minsk se apropie del gas que Gazprom exporta a los otros países europeos a través del gasoducto que pasa por Bielorrusia.

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"El primero de enero de 2007 no habrá gas en Bielorrusia. Pero nosotros estamos interrelacionados: nosotros no tendremos contrato para suministros de ese combustible, pero ellos [Gazprom y Rusia] no tienen contrato para realizar el tránsito del gas, y el combustible que pasa por Bielorrusia representa el 22% de las exportaciones de Gazprom hacia Europa", declaró ayer Semashko.

Rusia, sin embargo, sostiene que sí existe un contrato de tránsito, ya que éste se renueva automáticamente cada año, según ha explicado el portavoz de Gazprom, Serguéi Kupriánov. Las negociaciones entre los Gobiernos de Minsk y Moscú sobre el precio del gas han fracasado de momento.

Rusia exige ahora -lo que el Kremlin ya considera una gran concesión a su vecino- que Bielorrusia pague 105 dólares (poco menos de 80 euros) por mil metros cúbicos de gas: 75 dólares en efectivo y 30 en acciones de Beltransgaz, la compañía bielorrusa que controla tanto la distribución del combustible en ese país como el gasoducto por donde transita el gas hacia Europa. El objetivo estratégico de Gazprom es crear una empresa conjunta con Beltransgaz para así controlar el mercado interno bielorruso y el gasoducto de exportación.

Semashko explicó que mientras no se firme contrato para 2007, Minsk considerará que "el precio del gas continúa siendo el de 2006, es decir, de 46,69 dólares por los mil metros cúbicos".

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"No creo que Gazprom se atreva a cesar los suministros de gas para Bielorrusia: no cometerá el mismo error" que el año pasado, señaló Semashko, refiriéndose indudablemente a la guerra del gas que estalló entre Rusia y Ucrania. Debido a que Ucrania se negó a aceptar la brusca alza del precio del gas para 2006, Rusia simplemente le cerró el grifo. Esto hizo que Kiev optara por quedarse con parte del gas destinado a Europa, lo que tuvo consecuencias negativas para una serie de países de la UE.

Además, Semashko recordó que en febrero de 2004 Gazprom cesó durante un día los suministros a Bielorrusia y los que al final sufrieron por ello fueron los países europeos. "La reputación de Gazprom entonces cayó", recordó Semashko, que pronostica la misma reacción de Europa en caso de que Bielorrusia se quede con parte del gas destinado al tránsito hacia la UE. Lo que interesa a Europa es que el gas le llegue a tiempo y no los problemas que pueda haber entre Minsk y Moscú.

Mientras tanto, Kupriánov aseguró ayer en unas declaraciones a la radio Mayak que Gazprom no hará más concesiones a Bielorrusia. Aparentemente, el monopolio de gas ruso no está preocupado por la posibilidad de que Minsk se quede con parte del combustible destinado a la UE, ya que considera que tiene suficientes reservas en los depósitos subterráneos que posee en Alemania, además de contar con vías alternativas para bombear gas hacia Europa.

El Gobierno de Berlín, por su parte, dijo ayer que no le preocupaba el suministro y expresó su "comprensión" con la posición de Moscú respecto a Bielorrusia. "Alemania dispone de importantes reservas", declaró un portavoz del Ministerio de Economía, quien añadió que "la seguridad en el aprovisionamiento" estaba asegurada "por la precaución de los suministradores de gas, incluso en el caso de que las temperaturas bajasen de forma notoria, informa France Presse.

El Gobierno alemán considera la disputa que enfrenta a Moscú y Minsk como un "problema colateral". Según Berlín, a veces "los procesos de adaptación [de los precios] deben estar acompañados de retrasos y periodos de transición planificados". Por otro lado, Berlín no ve señal alguna de que Rusia no vaya a cumplir con sus compromisos.

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