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Bruselas avala la reforma del acuerdo de Schengen

La Comisión Europea considera bien orientada la petición de Francia e Italia de retocar el Tratado de Schengen con vistas a restablecer temporalmente controles fronterizos interiores en circunstancias excepcionales. Alemania reaccionó ayer confusa y ambiguamente ante las ideas franco-italianas, que también satisfacen a Austria.

El pulso entre Silvio Berlusconi y Nicolas Sarkozy a propósito de la suerte de los más de 20.000 emigrantes llegados sin permiso a Italia con presuntas intenciones de terminar en Francia y otros países europeos se saldó en la cumbre franco-italiana del martes en Roma con un acuerdo de cuatro folios que pide a Bruselas retoques al Tratado de Schengen.

"La afluencia masiva de emigrantes que afecta particularmente a algunos Estados constituye un desafío para todos los socios", escriben Berlusconi y Sarkozy, que reclaman reformas en el modo de gestionar Schengen y en particular "examinar la posibilidad de restablecer temporalmente el control en las fronteras interiores en caso de dificultades excepcionales en la gestión de las fronteras exteriores comunes".

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Respaldo de la Comisión

La Comisión tiene previsto presentar el próximo día 4 un paquete de medidas para las que se tendrán en cuenta las ideas franco-italianas. "No hay en esa carta voluntad de imponer soluciones", declaró ayer el portavoz Olivier Bailly. Según él, la misiva señala "puntos en los que hay que mejorar" y, en conjunto, es una propuesta que "va bien encaminada". Para la Comisión se trata de "aplicar mejor y más fácilmente las reglas" con un "espíritu de mayor cooperación entre los países".

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Alemania dio señales confusas sobre la pertinencia de retocar Schengen. "Si se puede mejorar Schengen, es bueno y habría que hacerlo", declaró el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle. Un portavoz del ministro del Interior aseguró que Hans-Peter Friedrich estaba de acuerdo en fijar "nuevas cláusulas que permitan adaptar Schengen a las nuevas exigencias". Pero un portavoz de Angela Merkel replicó que "la libertad de circulación es intocable", que "Schengen es un gran logro europeo" y que la canciller "lo defenderá explícitamente". Esta interpretación entra en conflicto con la de la Comisión, que considera compatibles actualización y mantenimiento del tratado.

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