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Buteflika se eterniza en el poder en Argelia con su tercera reelección

Socialistas, laicos e islamistas boicotean unos comicios que tachan de plebiscito

"Elección plural, candidato único". El titular del diario argelino El Watan resume en qué consistirán las presidenciales que se celebran hoy en Argelia. La elección es formalmente plural, porque el jefe del Estado, Abdelaziz Buteflika, tiene cinco rivales en la carrera presidencial, pero carecen de peso y recursos para poder competir con él. Ni siquiera cuentan con interventores en la mayoría de los 47.000 colegios electorales.

La única incógnita de las elecciones no es si Buteflika será reelegido por tercera vez ni con qué porcentaje -cosechará un resultado aplastante-, sino cuál será el índice de participación. "Obtendrá un 90%, pero con una participación muy baja", vaticina Benjamin Stora, quizá el intelectual argelino más influyente. "Hay un gran divorcio entre el régimen y la sociedad", recalca Mohamed Benchicou, el periodista más rebelde.

La única incógnita de la consulta es el índice de participación

Buteflika modificó la Constitución y suprimió el límite de dos mandatos presidenciales de cinco años, para, a sus 72 años, presentarse por tercera vez, con el apoyo de tres formaciones, empezando por el antiguo partido único, el Frente de Liberación Nacional. Desde que fue operado en París en 2005 de una úlcera sangrante, su estado de salud es, sin embargo, delicado.

El empeño del presidente en eternizarse en el poder y el temor a unas elecciones amañadas incitó a los partidos de oposición, desde los socialdemócratas del Frente de Fuerzas Socialistas, hasta los islamistas moderados reagrupados en torno a Abdalá Djaballah, a boicotear la cita con las urnas. El Reagrupamiento Constitucional Democrático, una formación laica, manifiesta su rechazo colocando crespones negros en sus sedes.

"¡No dejes que nadie decida por ti!" fue la respuesta del Gobierno mediante SMS enviados a millones de argelinos para que acudan a votar. En su empeño por movilizar al electorado, el Estado llegó a "ordenar a los imanes -todos ellos funcionarios- que desempeñen abiertamente un papel político", denunció El Watan.

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"Es fundamental votar", reiteró machaconamente Buteflika durante su campaña. "Hacedlo por nosotros o contra nosotros, o incluso en blanco, pero no permitáis nunca que os secuestren la palabra", insistió, en sintonía con los anuncios emitidos por la televisión.

En las anteriores presidenciales de 2004, en las que Buteflika sí se enfrentó a un rival de cierto peso, Alí Benflis, la participación oficial fue del 58%. En las legislativas de 2007 cayó al 35,7%. A juzgar, sin embargo, por el aspecto casi desierto de muchos colegios electorales, esos porcentajes parecen hinchados, sobre todo en las grandes ciudades.

Además de animar al voto, el futuro presidente ha confirmado durante su campaña que ahondará la política de "reconciliación nacional", con la que busca, con un éxito mitigado, acabar con el terrorismo, que el mes pasado se cobró aún 20 muertos. Dejó caer incluso que podría promulgar una amnistía para los islamistas radicales cuando hayan entregado las armas.

Buteflika multiplicó, sobre todo, los anuncios de "regalos". Borró de un plumazo en febrero la deuda de los agricultores (410 millones de euros), prometió un recorte de la mili, un aumento de las pensiones y hasta un subsidio de paro para todo aquel que solicite un empleo aunque nunca haya trabajado. Su plan de inversiones a cinco años se eleva a 113.000 millones de euros.

Las medidas sociales son más que necesarias en un país en el que el paro asciende al 11,3%, pero golpea con especial ahínco a los jóvenes. De ahí que emigrar clandestinamente se haya convertido en una obsesión colectiva de la juventud.

¿Podrá cumplir Buteflika sus promesas? Los ingresos de los hidrocarburos, que representan el 97% de las exportaciones argelinas, caerán este año un 60% -sólo ascenderán a 22.600 millones de euros-, según prevé el ministro de Energía, Chakib Khelil.

"El régimen ya no podrá seguir costeando el actual modus vivendi", subraya el periodista Mohamed Benchicou. A su manera, el ministro de Finanzas, Karim Djoudi, también lo reconocía en enero, mucho antes de que empezase la campaña: "Si el precio del petróleo se mantiene a la baja, tendremos que reconfigurar nuestra política económica".

Buteflika saluda a sus partidarios en un mitin el lunes en Argel.
Buteflika saluda a sus partidarios en un mitin el lunes en Argel.EFE

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