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Calderón mantendrá la guerra contra el 'narco' hasta el final de su mandato

El presidente mexicano crea una fiscalía de ayuda a las víctimas de la violencia

Salvador Camarena

El quinto informe de Gobierno de un presidente mexicano solía ser el último donde el mandatario podía exhibir el potente músculo de lo que una vez fue conocida como la presidencia imperial. En la siguiente de estas citas, entre los invitados al ritual ya brillaba el sucesor, el rey en ascenso. Eso es pasado. Como en tantas otras cosas, el presidente Felipe Calderón ha innovado: su penúltimo mensaje anual a la nación ha sido a la defensiva. El tono del discurso fue encendido, defendió sus logros, pero partió del reconocimiento de que lo logrado queda eclipsado por la violencia derivada del narcotráfico que azota al país.

El mandatario dedicó al problema de la violencia la mayor parte de su discurso de hora y media en el Museo de Antropología e Historia. (El clima de polarización política le ha impedido durante todo su Gobierno hablar desde la tribuna del Congreso, como era tradición de esta ceremonia).

"Si no hubiéramos actuado, los carteles dominarían el país", dijo el mandatario
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Calderón defendió su estrategia de guerra contra el narcotráfico y anunció que la mantendrá con pulso firme hasta el último día de su mandato. "Si no hubiéramos hecho nada, el país estaría completamente dominado por los carteles, el crimen habría crecido hasta el punto de que las instituciones del Estado hubieran dejado de funcionar y habrían sido puestas a su servicio", afirmó. "La única manera de acabar de verdad con este cáncer es perseverar en esta estrategia. Los derrotaremos", añadió.

El presidente condenó a aquellos que añoran la "utópica tranquilidad" del pasado y provocó el mayor aplauso de los que hubo al mencionar la tarea anticrimen de las Fuerzas Armadas mexicanas.

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Han sido diversas las voces, entre ellas las de su antecesor y correligionario, el expresidente Vicente Fox, las que han criticado la guerra contra el narcotráfico lanzada por Calderón cuando inició su mandato en 2006 y que se ha cobrado ya más de 40.000 muertos. Ante esas críticas, Calderón argumentó ayer que "con la administración de la ilegalidad y la simulación de la justicia" se hubiera llevado a México "al envilecimiento de la sociedad, al gobierno de los criminales. Los cárteles controlarían decisiones y recursos del Estado y de la sociedad, eso habría significado simple y llanamente perder al país".

El presidente pidió a quienes le escuchaban un minuto de silencio por los "secuestrados, asesinados, desaparecidos, jóvenes, padres de familia, periodistas, soldados, marinos, policías" víctimas inocentes de la violencia. Para ellos anunció la creación de una Procuraduría (fiscalía) Social de atención a las víctimas, instancia que había sido reclamada durante la más reciente jornada de protestas por la violencia.

Al margen del problema de la violencia, el presidente presumió de que este mismo año se logrará la cobertura total en educación primaria y en servicios médicos básicos, integrados en un mecanismo denominado Seguro Popular.

Reclamó a las fuerzas políticas la consolidación de una democracia que sea efectiva y resuelva los problemas de los ciudadanos, y pidió para ello la aprobación de una reforma electoral que incluya candidaturas independientes a los partidos.

En cuanto a la crisis económica global y sus efectos sobre México, el presidente destacó que mientras otras naciones se han visto en riesgo de ir a la quiebra, y en la necesidad de recortar prestaciones sociales, México goza de una economía sólida. México logró en 2010 un crecimiento del 5,4% del PIB, aunque para este año se espera que apenas alcance el 4% debido a la desaceleración de la economía de Estados Unidos.

Calderón terminó prometiendo que será respetuoso con la ley y procurará la equidad en la competencia electoral que culminará en julio próximo, cuando México vaya a las urnas a elegir a su sucesor, quien salvo una sorpresa mayúscula se encontraba ayer entre los que escuchaban en el Museo de Antropología a Calderón.

El presidente de México, Felipe Calderón, durante su discurso, ayer en el Museo de Antropología de México.
El presidente de México, Felipe Calderón, durante su discurso, ayer en el Museo de Antropología de México.MARIO GUZMÁN (EFE)

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