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Dimite por sorpresa el presidente del Banco Central de Argentina

Redrado renuncia antes de que el Parlamento emita su dictamen sobre su destitución tras su duro enfrentamiento con la presidenta Cristina Fernández

Martín Redrado ha renunciado a la presidencia del Banco Central de Argentina, cargo del que fue destituido el pasado día 7 por la presidenta argentina, Cristina Fernández, por negarse a usar las reservas depositadas en la institución para pagar la deuda del país, aunque posteriormente fue restituido por orden judicial. La decisión de Redrado llega días antes de que la comisión parlamentaria que debía estudiar su destitución emitiera un dictamen, lo que estaba previsto para el próximo martes.

Al presentar su renuncia durante una rueda de prensa, el ex funcionario argentino ha acusado al kirchnerismo de "querer llevarse por delante las reservas de los argentinos" y ha denunciado que la presidenta ha intentado utilizar los fondos del Banco Central de Argentina para comprar YPF o bonos de forma compulsiva, informa el diario argentino Clarín en su edición digital.

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Por su parte, el Gobierno argentino ha asegurado que "no aceptará" la dimisión de Redrado y esperará hasta que la comisión parlamentaria se pronuncie el martes. "Para nosotros la renuncia no existe. Debería haberla presentado antes y no después de haber sometido a los argentinos a este sainete, a este mamarracho", ha declarado el jefe del Gabinete de ministros argentino, Aníbal Fernández, en declaraciones al canal de noticias C5N.

El choque entre Fernández y Redrado se remonta a mediados de diciembre del pasado año, cuando la presidenta argentina anunció que iba a garantizar el pago de casi la mitad de los vencimientos de deuda de 2010 mediante el uso de reservas del Banco Central. Esta medida fue aplaudida por los banqueros, poseedores de parte de la deuda, pero criticada por algunos políticos, que advertían que esta decisión evidenciaba que Argentina volvía a sufrir problemas fiscales después de seis años de superávit. Uno de los detractores del anuncio de la presidenta fue el propio presidente del Banco Central, Martín Redrado, que hasta el momento había aplicado la política monetaria que deseaban los Kirchner. Redrado sorprendió a todos al resistirse a ceder las reservas y demoró la apertura de una cuenta para el Tesoro en el Banco Central.

La respuesta de Cristina Fernández fue la destitución de Redrado mediante un decreto de necesidad, sin previa consulta a una comisión parlamentaria, un requisito contenido en la Carta Orgánica de la entidad monetaria. Esta situación desató un serio conflicto institucional, con derivaciones judiciales. Apenas un día después del despido del funcionario, un juzgado de Buenos Aires suspendía no sólo el decreto que ordenaba la destitución de Redrado, sino también el decreto anterior que desató la crisis institucional, y que a la postre impedirá al Gobierno pagar la deuda con las reservas depositadas en el Banco Central. La juez María José Sarmiento sostenía que debía ser el Parlamento quien decidiese el uso de los fondos de la institución, tal y como reclamaban los partidos de la oposición argentina y el propio Martín Redrado.

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Tras dos semanas de intransigencia, la presidenta aceptó someter su decisión a una comisión de diputados y senadores, tal como establece la Carta Orgánica del Banco Central. Comisión que tiene previsto presentar su dictamen el próximo martes.

Redrado fue restituido en el cargo pero la tensión con el Gobierno siguió en aumento. Apoyada en un fallo de la Cámara Federal en lo Contencioso Administrativo, Kirchner le ordenó al jefe del Gabinete de Ministros, Aníbal Fernández, que apostara una guardia policial para impedir la entrada de Redrado en la sede del organismo . El gobernador intentó acceder al banco al atardecer del pasado domingo 24 y llevó un notario para constatar que los policías no se lo permitieron. Este viernes, tras 22 días de batalla con la presidenta, Redrado ha cerrado de manera formal su paso como titular del Banco Central."Siento que mi ciclo ha concluido", ha explicado durante la inesperada rueda de prensa.

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