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EE UU critica el deterioro de los derechos humanos en Cuba y Venezuela

En el informe anual de la situación de estos derechos en el mundo, Washington hace hincapié sobre la corrupción en Rusia, la opresión en Irán y la violencia sectaria en Irak

El Gobierno de Estados Unidos ha criticado hoy la situación de los derechos humanos en países como Cuba y Venezuela, pero ha destacado los avances registrados en Colombia y los esfuerzos de la Organización de Estados Americanos (OEA) para promocionar las garantías fundamentales. El informe sobre los derechos humanos en el mundo en 2007, difundido hoy por el Departamento de Estado, indicó que algunos países lograron "avances significativos", pero criticó la corrupción en Rusia, la violencia sectaria en Irak, la opresión en Irán y la represión de las libertades en China.

América Latina

Entre los países de América Latina, el informe destacó que Cuba permanece bajo "control totalitario" con el Gobierno de Raúl Castro, y denunció que el régimen cubano perpetra "numerosas y graves" violaciones a los derechos humanos de sus ciudadanos, incluido "el derecho a cambiar de Gobierno".

En Venezuela, una "vigorosa resistencia" impidió que el presidente Hugo Chávez, elegido democráticamente, intentase minar las instituciones democráticas e intimidar a la sociedad civil, según el informe. Chávez intentó consolidar su poder y debilitar a las instituciones democráticas, los medios de comunicación independientes y la sociedad civil, además de que propuso infructuosamente cambios constitucionales que le hubiesen permitido ampliar el mandato presidencial.

Los esfuerzos del Gobierno de Caracas suscitaron violentas manifestaciones, tanto a favor como en contra de esas reformas, pero, finalmente, esas reformas fueron rechazadas por estrecho margen en un referendo en diciembre pasado, destacó el informe de Washington.

Tal como hizo en 2006, Washington elogió los esfuerzos del Gobierno colombiano para mejorar los derechos humanos y la seguridad ciudadana. En ese sentido, el voluminoso informe hace hincapié en los logros de la Ley de Justicia y Paz que, a su juicio, "ayudó a esclarecer más de 3.000 crímenes y condujo a la exhumación de fosas comunes, lo que facilitó la identificación de más de mil restos humanos".

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Por otra parte, el análisis destacó el papel de organismos regionales como la OEA para la defensa de los derechos humanos y el fortalecimiento institucional para hacer cumplir esos derechos. En concreto, el informe señaló que la OEA puso en marcha en 2007 una red de un centenar de expertos en asuntos legales, jurídicos y electorales, así como en la reforma de la participación cívica.

Rusia y China

El Departamento de Estado también criticó duramente la situación en Rusia, en particular la centralización del poder del Ejecutivo, la corrupción y la forma "selectiva" en la que el Gobierno hace cumplir las leyes. El informe destacó asimismo el acoso a las organizaciones no gubernamentales, las restricciones a los grupos de oposición y a los medios de comunicación y la falta de resolución de varios asesinatos de periodistas, entre otros casos.

Estados Unidos también destacó el "pobre" desempeño de China en cuanto a respeto a los derechos humanos, ya que el Gobierno mantuvo fuertes controles a la libertad de culto en las áreas del Tibet y en la región autónoma de Xinjiang Uighur. El Gobierno chino continuó su campaña de vigilancia, acoso, detenciones y encarcelamiento de activistas, escritores, periodistas, abogados y sus familiares, "muchos de los cuales buscaban ejercer sus derechos", señala el informe.

Oriente Próximo

Sobre Irak, el informe reconoció que, pese al establecimiento de un marco legal y constitucional para el respeto de los derechos humanos, la violencia sectaria y étnica, sumada a la débil gestión del Gobierno, han dado pie a una extendida violación de los derechos humanos y un alto número de refugiados y desplazados internos.

De Irán, el informe dijo que el régimen de Teherán violó los derechos a la libertad de expresión, e incrementó la represión de disidentes, periodistas y activistas laborales y defensores de los derechos de la mujer en ese país. Las fuerzas del orden recurrieron a arrestos arbitrarios, la tortura, el secuestro, el uso excesivo de la fuerza y la privación del derecho a un juicio, en contra de los detractores del Gobierno, según el Departamento de Estado.

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