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EE UU insta al Magreb a unirse contra el terrorismo ante el avance de Al Qaeda

Condoleezza Rice pide en su gira apertura política y respeto a los derechos humanos

Condoleezza Rice puso el dedo en dos de las llagas que padece el Magreb. La secretaria de Estado norteamericana instó a los países norteafricanos a ahondar su cooperación en la lucha antiterrorista, entre ellos y con Occidente, pero se atrevió también a evocar de pasada algunas flagrantes violaciones de los derechos humanos en la región.

Rice, de 53 años, concluyó ayer en Rabat su primera y última gira por el Magreb. En tres días visitó cuatro países -Libia, Túnez, Argelia y Marruecos-, pero no fue a Mauritania para mostrar su disconformidad con la junta que acabó hace un mes con la experiencia democrática.

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Rice alabó el sábado, al término de su estancia en Argel, la cooperación antiterrorista. "Pero siempre hay algo más que se puede hacer para reforzar la transmisión de la información", añadió, según la prensa local. "No es un secreto que esto es un problema que ha sido realmente muy relevante en el Magreb". "Es importante que Rabat y Argel intercambien informaciones a causa de los peligros a los que se enfrentan ambas".

Las palabras son cautas pero describen una realidad persistente en una región azotada por el terrorismo. Sólo en agosto, la violencia islamista se cobró en Argelia entre 125 y 134 muertos, según los cálculos de la prensa. Fue el mes más sangriento desde que, a principios de 2007, los salafistas argelinos se convirtieron en la rama magrebí de Al Qaeda.

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La desconfianza y las tensiones que prevalecen entre los regímenes magrebíes merman la colaboración entre ellos y con sus socios europeos. Expertos españoles en la lucha antiterrorista señalan que los servicios marroquíes son los menos reacios a compartir información, seguidos por los argelinos, mientras que los tunecinos son menos comunicativos. "La cooperación con el Magreb está a años luz de la que tenemos entre europeos", afirma un policía comunitario destinado en una capital norteafricana.

Como ocurre con frecuencia, los malhechores van por delante de la policía. Al Qaeda en el Magreb islámico, compuesta en origen por argelinos, logra atraer a jóvenes tunecinos, marroquíes y mauritanos, pero, en cambio, apenas ha podido dar algunos zarpazos más allá de las fronteras de Argelia. Esta internacionalización de Al Qaeda es la que hace aún más urgente la colaboración antiterrorista.

En este contexto, EE UU recluyó en Guantánamo a cientos de presos musulmanes extremistas de los que ha empezado a deshacerse entregándoles, a veces, a sus países de origen. En 2007 transfirió a Túnez a dos tunecinos y este verano hizo otro tanto con cuatro argelinos.

"EE UU debe asegurarse que los detenidos no vuelven a ser torturados (...)", declaró Jennifer Daskal, de la ONG Human Rights Watch (HRW), en vísperas de la gira. Por eso, Rice preguntó en Argel por los cuatro ex prisioneros de Guantánamo. "Es importante compaginar garantías de seguridad y protección de los derechos humanos y creemos que, con Argelia, lo hemos hecho bien en los dos aspectos", afirmó satisfecha. La intranquilidad de Rice con la suerte de los ex reos de Guantánamo puede parecer hipócrita. Las potencias europeas, empezando por España, extraditan, sin embargo, al Magreb a presuntos terroristas. Con frecuencia, al llegar a su país, desaparecen y son torturados durante días o semanas en lugares secretos. Ningún responsable europeo ha manifestado en público la menor preocupación por la suerte de los extraditados.

Los derechos humanos en estos países, aliados en la lucha antiterrorista, fueron un tema recurrente de la gira de la secretaria de Estado. En Libia, primera etapa, se interesó por el opositor Fathi al Jahmi, de 66 años, encarcelado desde que en 2004 criticó al régimen de Muammar el Gaddafi. "Libia no necesita recibir lecciones de nadie", respondió tajante Abdelrahman Chalgham, ministro de Exteriores, durante una rueda de prensa conjunta.

En Túnez, segunda etapa y el país más desarrollado de la región, Rice dijo haber sido "muy clara" con el presidente Ben Ali. "Nos gustaría que Túnez vaya más lejos", ante las presidenciales de 2009, permitiendo el acceso de la oposición a los medios de comunicación.

Sus palabras pueden parecer prudentes, pero, de nuevo, los dirigentes de los países europeos que mantienen relaciones estrechas con el Magreb nunca se expresan en estos términos. De las ex colonias francesas, Túnez es el que menos respeta los derechos humanos, pero el presidente francés, Nicolas Sarkozy, respondió allí, en abril, que Europa no tenía ningún interés en que emerja un "régimen talibán" en ese país o en sus vecinos.

Condoleezza Rice comparece ante la prensa junto a su homólogo marroquí, Taieb Fassi-Fihri, ayer en Rabat.
Condoleezza Rice comparece ante la prensa junto a su homólogo marroquí, Taieb Fassi-Fihri, ayer en Rabat.AFP

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