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LA NUEVA U.R.S.S.

Las repúblicas balticas creen próxima su independencia

MICHAEL TARM Tras el golpe de Estado, un cauto optimismo está dando paso a un sentimiento de entusiasmo y excitación en las tres repúblicas soviéticas del Báltico. Sus dirigentes cada vez se muestran más esperanzados, e incluso eufóricos, ante la posibilidad de que puedan conseguir limpiar los principales obstáculos existentes en su camino para la restauración de la independencia, perdida hace tanto tiempo. "Estamos más cerca ahora de nuestra independencia que hace una semana", dijo el primer ministro de Estonia, Edgar Savisaar. "Avanzamos más y más cada día en esa dirección", añadió.

En las tres pequeñas repúblicas (Estonia, Letonia y Lituania) la moral se mantenía alta debido a la continua retirada de las tropas soviéticas de las instalaciones claves que habían ocupado previamente.

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En Lituania, donde una persona resultó muerta en lo que los observadores calificaron de un incidente aislado, las fuerzas soviéticas especiales que ocuparon la televisión en un sangriento ataque el pasado mes de enero desalojaron el jueves las instalaciones, lo mismo que en Lituania y Estonia.

Las repúblicas bálticas esperan que, ahora que la amenaza militar está desapareciendo, el presidente ruso, Borís Yeltsin, pueda contribuir a forjar el camino hacia la independencia con su nueva e indiscutible autoridad. "Yetsin es la clave", dijo el vicepresidente del Parlamento estonio, Marju Lauristin.

Oleg Popovitch, representante de la Federación Rusa en Estonia, dijo que los papeles para el reconocimiento de la independencia están sobre la mesa de Yetlsin y pueden ser firmados en cualquier momento. Añadió que el apoyo total de Yeltsin influirá en que Mijaíl Gorbachov también decida inclinarse por la independencia.

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Después de tres días de ansiedad, los que duró el golpe, los líderes bálticos han tomado la iniciativa. Un funcionario. estonio dijo que su Gobierno ha empezado a precionar a los gobiernos occidentales para que reconozcan la independencia de Estonia.

Los líderes bálticos también han empezado a eliminar a los halcones y a quienes les apoyan dentro del Ejército. Los Gobiernos de esas repúblicas han adoptado medidas contra las personas que apoyaron a los golpistas. El presidente de Lituania, Vitautas Landsbergis, propuso ayer establecer un tribunal al estilo del de Nuremberg -que juzgó a los criminales de guerra nazis- para procesar a los golpistas. Ofreció su república como escenario del Nuremberg del bolchevismo.

En la república soviética de Ucrania, la segunda más poderosa de la URSS después de Rusia, los líderes de la oposición afirmaron que la vuelta al poder de Gorbachov tras el fracasado golpe ha reforzado sus demandas de independencia y de crear un ejercito y policía propios.

El líder del Sindicato de Policía de Ucrania, coronel Grigory Omelchenko, justificó esas demandas afirmando: "El presidente de la Unión Soviética vino a pasar sus vacaciones a la república soberana de Ucrania, pero no pudimos hacer nada por su seguridad", dijo.

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