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Reportaje:Ola de cambio en el mundo árabe | Revolución democrática en Egipto

Egipto afronta el gran pulso

Los jóvenes llaman a los ciudadanos a echarse hoy a la calle cuando se cumple la primera semana de protestas

La revolución entra hoy en Egipto en su séptimo día consecutivo y aún sigue sin tomarse una decisión que satisfaga a las miles de personas que se manifiestan por todo el país. Ni la formación de un nuevo Gobierno ni el anuncio de medidas sociales para mejorar las precarias condiciones en que malviven más de la mitad de los ochenta millones de egipcios han aplacado los deseos de los ciudadanos de que el presidente Hosni Mubarak y todo su régimen abandonen la nación. Con Internet inhabilitado desde hace cinco días, Facebook y Twitter, las herramientas que sirvieron para convocar las primeras protestas, han dejado paso a medios menos sofisticados.

Durante todo el día de ayer los jóvenes recorrieron con megáfonos la plaza de la Libertad, el simbólico epicentro de la revolución, llamando a la gente a acudir hoy a la gran protesta cuando se cumple la primera semana de revuelta. "Abajo Mubarak, todos contra Mubarak", gritaba una muchacha a través del altavoz. "Pueblo egipcio, únete a nosotros, no dejes que te callen", se desgañitaba.

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Los convocantes de la protesta seguían con su revolución sin ocuparse demasiado de lo que ocurría en los despachos, donde la clase política egipcia intentaba ponerse de acuerdo sobre cómo encarrilar una transición que depende de que el faraón Hosni Mubarak abandone su trono. "Son los jóvenes los que siguen liderando este movimiento", explicaban algunos de los representantes del movimiento opositor Ghad, dirigido por Ayman Nour. "Estamos unificándonos en un frente común", decía un dirigente del grupo disidente Wafd.

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"No es el momento de estar pendientes de quién liderará el cambio de Gobierno", afirmaba Mohamed Waget, líder de los socialistas revolucionarios. "Aún permanecen divididos y es necesario que primero se pongan de acuerdo entre ellos. Nosotros lo único que queremos es ver al mayor número de gente en las calles". Para lograrlo, señalaba que la línea telefónica fija y los móviles, que siguen dando problemas, han sido los transmisores principales. Waget, uno de los organizadores del movimiento, espera que la plaza de la Libertad volverá a estallar hoy en cánticos contra el rais Mubarak.

El día comenzó ayer con una convocatoria de huelga de transportes que dejaba sin acceso a la capital a quienes se acercan desde las poblaciones del valle del Nilo. Tampoco daba mucha confianza a los manifestantes que permanecían al anochecer en los jardines de la plaza el regreso de la policía a las calles. "Muchos de nosotros hemos decidido pasar aquí la noche, en previsión de que mañana intenten impedírnoslo", aseguraba Mahmud que, con su padre y sus dos hermanos acarreaba mantas, comida y agua.

Tanto los políticos como la sociedad civil esperan repetir hoy el éxito de participación que las protestas han tenido desde que hace una semana estalló una revuelta que quiere llevarse por delante 30 años de dictadura. "La marcha del millón", explica Waget, "es nuestro objetivo". "Queremos la derrota del sistema", abundaba Jaled Abo Aeda, líder sindical independiente. "Y para eso vamos a conseguir que todos estén en la calle".

El descontento de la población, que empieza a sufrir los efectos del desabastecimiento, puede incidir en el resultado de la convocatoria. No hay dinero en los cajeros automáticos y, previsiblemente, millones de funcionarios y jubilados no van a poder cobrar sus salarios y pensiones. Tampoco ayuda el hecho de que comprar pan, la base de la alimentación del pueblo egipcio, empiece a resultar una complicada aventura. A primera hora de la mañana de ayer, un anciano cargado con un enorme cesto de hogazas era abducido por una multitud que se llevaba las tortas de pan de veinte en veinte, sin escuchar las súplicas del vendedor para hacer un reparto más equitativo de la mercancía.

"Ya queda cada vez menos. Si no lo conseguimos este martes [por hoy] lo haremos el viernes. Saldremos todos los días hasta que acabemos con el régimen de Hosni Mubarak", concluye el socialista radical Waget.

El vicepresidente de Egipto, Omar Suleiman, afirmó ayer que Mubarak le ha pedido iniciar un diálogo con todos los partidos políticos sobre las demandas de los manifestantes que piden reformas constitucionales y legislativas.

Un militar egipcio es llevado a hombros durante las protestas.
Un militar egipcio es llevado a hombros durante las protestas.AP

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