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Holanda juzgará a un espía de Marruecos

El policía holandés que trabajó para Rabat se codeó con la princesa Máxima y fue elogiado por el Gobierno

Cuando se siente en el banquillo será el primer espía marroquí juzgado en Europa. El fiscal general de Rotterdam, Henk Korvinus, anunció el miércoles en un comunicado que había presentado cargos contra el ex sargento de la policía Re L. por violación del secreto profesional y divulgación de información confidencial de los archivos policiales. Se la entregó a la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED).

Concluyen así casi ocho meses de investigación de la fiscalía de Rotterdam que, en un primer momento, renunció a perseguir al agente Re L., de 38 años, de origen marroquí. Animado, aparentemente, por el AIVD, el contraespionaje holandés, el ministerio público reabrió, sin embargo, el caso en septiembre y ayer formuló su acusación.

Re L. corre el riesgo de ser condenado a un máximo de cuatro años de cárcel pero, sobre todo, puede perder la nacionalidad que este hijo de inmigrantes marroquíes en los Países Bajos adquirió en su adolescencia. Se vería así obligado a regresar a su país de origen que sólo ha conocido cuando iba de vacaciones.

Un informe del AIVD reveló el año pasado que Re L. pasó información confidencial de 2006 a 2008 a la DGED, que dirige Yassin Mansouri, sobre la inmigración magrebí sacada de los ficheros policiales holandeses. El Gobierno de los Países Bajos protestó ante el marroquí y éste repatrió a dos agentes, acreditados como diplomáticos en La Haya, que habían reclutado al policía.

El sargento fue además expulsado por falta grave del cuerpo en el que había ingresado al acabar el bachillerato. Su último trabajo como policía lo desempeñó coordinando un proyecto piloto de integración de jóvenes inmigrantes con fracaso escolar financiado por el Ministerio de Juventud y Familia.

El programa sedujo a la princesa Máxima, esposa del príncipe de Orange. Decidió apadrinarlo y acudió incluso a la entrega de diplomas a los primeros 57 chavales, muchos de ellos de origen marroquí, aptos para trabajar como personal de tierra del aeropuerto de Rotterdam.

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Cuando asistió a la ceremonia el protocolo le sentó, en febrero de 2008, en primera fila junto al espía encorbatado y al ministro del ramo, el calvinista André Rouvoet. Éste tomó la palabra para, entre otras cosas, elogiar la dedicación de Re L. a los jóvenes desfavorecidos. Una foto los inmortaliza a los tres sonrientes codo a codo.

Tras ese momento estelar que vivió el monitor de chavales descarriados vino la separación del cuerpo policial y, lo que fue probablemente peor para él, la divulgación en septiembre del asunto por el programa NOVA de la televisión pública.

Ante sus cámaras compareció también Ahmed Aboutaleb, actual alcalde de Rotterdam, pero nacido en el Rif, que contó como la DGED había intentado reclutarles "como a cualquier otro cargo electo de origen marroquí". Para entablar el contacto "te invitan a fiestas y te tratan muy bien y si luego viajas a Marruecos eres aún mejor servido", añadió.

"Rabat está empeñada en vigilar -y someter- a la comunidad marroquí establecida en el extranjero", escribió entonces la publicación electrónica marroquí "Hespress". "Antes, durante la guerra fría, lo hacía para luchar contra la infiltración marxista y ahora contra el islamismo", aseguró.

Tras la revelación de NOVA el escándalo del espionaje llegó en septiembre pasado al Parlamento holandés. "Es un asunto muy feo", reconoció el ministro de Asuntos Exteriores, Maxime Verhagen en el pleno, por el que "se pidieron explicaciones a Marruecos (...)".

Yassin Mansouri, patrón de la Dirección General de Estudios y Documentación marroquí.
Yassin Mansouri, patrón de la Dirección General de Estudios y Documentación marroquí.TEL QUEL

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