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Dos millones de personas celebraron en Teherán el triunfo jomeinista

Con fuegos de artificio y gritos de «Alá akbar» («Dios es grande»), se inició el pasado domingo la conmemoración del primer aniversario de la revolución islámica iraní. Ayer, unos dos millones de personas acudían a la plaza Azadi (Libertad) dé Teherán, para aclamar al nuevo presidente Abdul Hassan Banisadr y al líder palestino Yasser Arafat, que esperaban desde un estrado el desfile militar que celebraría el primer 11 de febrero de la República Islámica.Desde la noche anterior, la policía, los Guardias de la Revolución y efectivos de los tres ejércitos, esperaban en las calles adyacentes para poder participar en el desfile. Una de las tribunas, que estaba ocupada por familiares de los mártires de la revolución, cayó al suelo y 57 de sus ocupantes resultaron heridos.

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La multitud, que quería acercarse a Banisadr y Arafat, impidió la celebración del desfile. El líder palestino tuvo que salir corriendo del estrado, mientras era seguido a la carrera por algunos jóvenes que no renunciaban a estrechar su mano.

En medio de la confusión, tres personas murieron arrolladas por un tanque. Sólo varios grupos de jóvenes (con más entusiasmo que marcialidad) lograron desfilar frente a la tribuna, empapados por la lluvia. El imán, que se encuentra convaleciente de su crisis cardiaca, no pudo acudir a la plaza Azadi. Su hijo, en su nombre, leyó un discurso.

Entre tanto, el presidente Banisadr declaraba al diario Le Monde que Estados Unidos «sigue sin comprender que la ocupación de la embajada y mi elección son las dos caras de la misma moneda: la voluntad de independencia del pueblo iraní. Si ellos admitiesen este hecho, sería posible liberar a los rehenes en los próximos días. (...)

El secretario general de las Naciones Unidas espera, mientras tanto, una posible labor mediadora que libere a los cincuenta rehenes de la embajada norteamericana, que ya han cumplido los cien días de reclusión. Entre tanto, siguen los enfrentamientos entre turcómanos y jomenistas, en Gorgán. También hay combates en la frontera de Irak, por la que han penetrado «más de mil insurgentes», según informa la agencia iraní Pars.

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