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La Iglesia católica logra la excarcelación de un preso político enfermo

Padece paraplejia y su estado de salud es muy grave.- Otros seis presos de conciencia han sido trasladados a cárceles cercanas a sus hogares

La mediación de la Iglesia Católica cubana sigue dando frutos. El Gobierno de Raúl Castro ha excarcelado hoy al prisionero de conciencia Ariel Sigler Amaya , uno de los miembros del Grupo de los 75 que se encontraba más enfermo, y traslado a otros seis opositores a cárceles cercanas a sus lugares de residencia. La medida, segunda de este tipo desde que se reunieron Castro y el cardenal Jaime Ortega, el pasado 19 de mayo, ha sido recibida por la disidencia como un "paso positivo" pero "insuficiente". Se esperan más "gestos humanitarios" de las autoridades, según lo prometido a la jerarquía católica.

Desde que comenzó la gestión mediadora de la Iglesia, hace un mes, son 12 los opositores del Grupo de los 75 acercado s a prisiones en sus provincias de residencia. Quedarían cinco por ser trasladados, según fuentes disidentes. Entre los últimos beneficiados por esta medida está Héctor Maceda, esposo de Laura Pollán, la líder de las Damas de Blanco, que ayer expresó su agradecimiento a la Iglesia Católica por las gestiones realizadas, si bien aseguró que el objetivo final de su lucha era la liberación de todos los presos.

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La excarcelación de Sigler Amaya, con una "licencia extrapenal" por motivos de salud, es en realidad el primer "gesto humanitario" del Gobierno, según miembros de la oposición. "El acercamiento de los presos es un derecho contemplado en la legislación penitenciaria, solo se ha aplicado la ley. Pero la liberación de Ariel si que es ya un medida humanitaria", ha dicho desde el hospital provincial de Santa Clara el opositor Guillermo Fariñas, quien lleva 109 días en huelga de hambre en demanda de la liberación de 26 presos políticos enfermos.

Uno de ellos era Sigler Amaya, de 47 años, condenado a 20 años de cárcel en la primavera de 2003 y recluido hasta ahora en un hospital de La Habana, bajo custodia policial. Está aquejado de varias enfermedades y de una paraplejia que lo mantiene postrado en una silla de ruedas. "Independientemente de que ahora me voy a dedicar a mi recuperación, no dejaré en ningún momento de luchar por la excarcelación de todos los presos y por libertad y la democracia en Cuba", ha dicho nada más llegar a su casa, en la provincia de Matanzas. Según su familia, lo ideal es que pueda salir de Cuba para recibir adecuada atención médica en otro país, quizás en España o Estados Unidos.

Según Fariñas, la mediación de la Iglesia Católica "comienza" a rendir frutos, pero todavía es pronto para decir que ha tenido éxito. "A los movimientos de presos, ha de seguir la hospitalización y excarcelación de los enfermos; veremos hasta donde está dispuesto a llegar el Gobierno", ha afirmado. Para el activista de los derechos humanos Elizardo Sánchez, el Gobierno está "alargando" y "dosificando" las medidas a favor de los presos con "fines mediáticos", pues necesita "lavar su imagen".

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Ariel Sigler Amaya, en una de las pocas imágenes que existen de él y de muy mala calidad.
Ariel Sigler Amaya, en una de las pocas imágenes que existen de él y de muy mala calidad.

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