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EL VERANO DEL MALESTAR | La crisis en Europa

Italia se rebela contra el ajuste fiscal

El sindicato mayoritario encabeza una huelga general ante la política de Berlusconi

Italia vivió ayer una jornada de huelga general contra el ajuste económico y la política social del Gobierno de Silvio Berlusconi. Convocado por el sindicato mayoritario, la CGIL (Confederación General de Trabajadores Italianos), el paro de cuatro horas en el sector privado y de ocho en el sector público coincidió con manifestaciones en las principales ciudades del país.

Un millón de personas, según el sindicato ex comunista, participaron en las diferentes manifestaciones contra el recorte presupuestario de 25.000 millones de euros en dos años anunciado por el Gobierno, que debe ser discutido todavía en el Parlamento. La manifestación más numerosa se vivió en Bolonia, donde hubo 100.000 personas. Además, se contaron 70.000 en Milán y Nápoles, 40.000 en Roma, 25.000 en Palermo, 20.000 en L'Aquila y cerca de 10.000 en Trieste y Bari.

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En Bolonia, la vicesecretaria general de la CGIL, Susanna Camusso, definió el plan de austeridad del Gobierno como inicuo, injusto y depresivo. "Cargará sobre los más débiles todo el peso del ahorro. Entendemos que hay que reducir el gasto, pero también hace falta construir el futuro, y este ajuste no crea empleo, no crea progreso y no crea crecimiento", dijo Camusso.

Mientras la CGIL habló de una adhesión muy alta y se felicitó por el éxito del paro en los transportes, el Ministerio de la Función Pública señaló en una nota que solo secundaron la huelga un 2,27% de los funcionarios.

La incidencia de la huelga en las regiones donde estaba convocada (en Liguria, Toscana y Piamonte se hará el 2 de julio) se notó bastante en las comunicaciones urbanas, aunque estuvo lejos de paralizar el país. Las tiendas no cerraron, y el aspecto de Roma fue casi el de un día normal, con más coches de lo habitual por las dificultades para usar el transporte público. En Fiumicino se cancelaron 86 vuelos, dijo el sindicato.

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La central sindical y la oposición reclamaron un plan de choque para mejorar el acceso de los jóvenes al mercado de trabajo. "Hace falta una nueva política industrial, con inversiones que ayuden a las jóvenes generaciones a entrar en los sectores estratégicos de la educación y la investigación, justo lo contrario de lo que propone el Ejecutivo", enfatizó la CGIL.

Italia tiene un índice de desempleo del 9,1%, la cifra más alta desde 2005, y entre los jóvenes la desocupación alcanzó en mayo el 28,8%. Las Administraciones locales (regiones, provincias y Ayuntamientos) serán las grandes afectadas por el ajuste anunciado por el ministro de Economía, Giulio Tremonti. Según la primera versión, que aún puede cambiar, los entes locales soportarán la mitad del ahorro previsto: 13.000 millones en dos años. Su representante, Vasco Errani, recordó que "las medidas son insostenibles". Si el Gobierno no rectifica, advirtió, "estamos dispuestos a devolver algunas competencias a Roma".

En una entrevista con La Repubblica, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, afirmó que el plan anunciado por Italia "va en la dirección justa porque refuerza el Pacto de Estabilidad y el crecimiento del país". Italia dejó atrás la recesión en el primer trimestre de este año, y las últimas previsiones, presentadas ayer por la patronal Confindustria estiman que el PIB crecerá un 1,6% en 2010, una vez contabilizado el costo del ajuste.

El secretario del Partido Democrático, Pierluigi Bersani, se manifestó en Milán, mientras Antonio di Pietro, líder de Italia de los Valores, hizo lo mismo en Nápoles junto a los 3.500 trabajadores de la planta de la FIAT en Pomigliano D'Arco (Campania), que viven una situación de gran incertidumbre.

La dirección de FIAT amenaza con cerrar la fábrica si los empleados no aceptan un nuevo convenio considerado leonino por la división del metal de la CGIL. El martes, el 62,2% de la plantilla votó en referéndum a favor del convenio, que les obliga a renunciar a numerosos derechos, entre ellos el de huelga. A cambio, Sergio Marchionne, consejero delegado de FIAT, llevaría a Pomigliano la producción del nuevo modelo Panda. Si no hay acuerdo, se cierra y el modelo se fabrica en Polonia.

Miles de personas se manifestaron ayer en Roma en una protesta organizada por la Confederación General de Trabajadores Italianos.
Miles de personas se manifestaron ayer en Roma en una protesta organizada por la Confederación General de Trabajadores Italianos.AFP

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