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'Metrópolis' auténtica

Aparece en Buenos Aires una versión de la obra de Fritz Lang sin la censura nazi y estadounidense

Su intuición de historiador cinematográfico y algunas pistas llevaron a un argentino a sospechar que la versión que se encontraba en Buenos Aires del filme Metrópolis, del alemán Fritz Lang, contenía las escenas perdidas que los expertos llevan buscando desde 1973, y así era. Parte de esas escenas olvidadas fueron proyectadas ayer en el Museo del Cine de Buenos Aires.

Fernando Martínez Peña, historiador de cine, escuchó contar a un restaurador que había tenido que aguantar con sus dedos la cinta en un pase de Metrópolis, por el mal estado del material, "durante las dos horas que dura la película".

Pero Martínez Peña sabía que, aunque el filme original era más o menos de esa duración, la versión que se conserva en todo el mundo es más corta, así que sospechó y puso en marcha un mecanismo por el que se han recuperado las escenas perdidas de una de las películas más importantes de la historia del cine.

El historiador sabía que la película, una fábula marxista de ciencia-ficción sobre una sociedad de trabajadores sin rostro convertidos en máquinas en aras de una civilización superior, había sido cortada y reducida en su versión estadounidense.

Esa versión reducida es la única que se conservaba, pues la II Guerra Mundial y la fragilidad del material de los rollos hicieron que todas las copias de la versión original, estrenada por Lang en 1927, se perdieran.

Pero Peña también sabía que en los años veinte la distribuidora que trajo Metrópolis a Argentina y a otros países latinoamericanos era Terra, así que acudió a sus archivos y comprobó que la cinta que había en Buenos Aires había sido importada directamente desde Alemania y no desde EE UU.

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Poco después recibió una visita de la directora del Museo del Cine de Buenos Aires, Paula Félix, a quien le comentó la posibilidad de que la copia que poseía el museo fuera la original. Y tras comprobar que, efectivamente, en la cinta que llegó a Buenos Aires en 1928 y que miles de argentinos vieron hasta 1973 había escenas y planos que no se habían visto en el resto del mundo desde que se estrenó el filme, Félix decidió avisar a los expertos, que llevaban décadas buscando ese tesoro cinematográfico.

Pero los expertos y la Cinemateca Alemana no la creyeron. Intervino entonces el célebre restaurador español Luciano Berriatúa, quien dio la referencia a los cinéfilos alemanes tras ver una copia del hallazgo en vídeo. Paula Félix se trasladó después hasta Berlín con un DVD en el que se podía ver esta versión extendida del clásico filme, un encuentro que los expertos tildaron de "sensacional".

La parábola futurista, que según la directora del Museo del Cine de Buenos Aires "es como el Santo Grial de los archivos fílmicos", fue mutilada por las autoridades nazis con la llegada de Hitler al poder y posteriormente fue censurada en Estados Unidos.

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