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Pakistán desaloja a los talibanes de la principal ciudad del valle de Swat

El Gobierno prepara el regreso a la zona de tres millones de desplazados

Ángeles Espinosa

El Ejército de Pakistán anunció ayer que ha recuperado Mingora, la principal ciudad del valle de Swat y que se encontraba bajo control talibán. La toma de ese núcleo urbano, que tenía 360.000 habitantes antes de los combates, constituye un triunfo simbólico sobre la milicia islamista radical. El avance de esos fanáticos hasta cien de kilómetros de Islamabad motivó hace un mes la intervención militar en Swat y los distritos vecinos, al noreste del país.

"Las fuerzas de seguridad controlan la ciudad. La batalla de Mingora ha terminado", declaró el portavoz del Ejército, el general Athar Abbas, durante una conferencia de prensa transmitida en directo por las cadenas de televisión paquistaníes. No obstante, Abbas admitió que aún hay bolsas de resistencia en las afueras.

El Ejército asegura que ha matado a 1.217 insurgentes en un mes de ofensiva
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Según el portavoz, muchos de los talibanes han huido de la ciudad en lugar de enfrentarse a las tropas. Dado que los militares habían sellado la mayoría de los accesos al valle para cortar las líneas de abastecimiento de los insurgentes, su única ruta de escape son las montañas que separan Swat de Kalam, donde al parecer se han desplegado soldados para hacerles frente. Durante un mes de ofensiva, el Ejército asegura haber dado muerte a 1.217 insurgentes, detenido a 79 y perdido 81 soldados, pero no ha facilitado cifras de víctimas civiles. La recuperación de Mingora, a 130 kilómetros de Islamabad, ha permitido la llegada de equipos médicos y víveres por primera vez desde que la ciudad quedó cortada del resto del país a principios de mayo.

El general Athar Abbas aseguró que también se ha restaurado el abastecimiento de gas, aunque la reparación de la central eléctrica llevará al menos un par de semanas.

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De la rapidez con la que actúen las autoridades en devolver la normalidad a la zona va a depender el regreso a sus casas de los desplazados por los combates. El ministro de Información, Qamar Kaira, elevó ayer el número de desplazados a "cerca de tres millones", lo que plantea un serio reto para el Gobierno de Islamabad. A la emergencia humanitaria que plantea ese éxodo, se suma el riesgo de que si los afectados se sienten abandonados decaiga el apoyo popular a la operación.

Sabedores de la fragilidad de ese respaldo, los talibanes han amenazado con una campaña terrorista en las principales ciudades de Pakistán. De momento, los radicales islamistas se han responsabilizado del atentado del pasado miércoles en Lahore, al este del país, en el que murieron una treintena de personas y varias decenas resultaron heridas. También se confesaron autores de los tres atentados suicidas que al día siguiente de la matanza de Lahore causaron 14 muertos en Peshawar y Dera Ismail Jan, al noroeste.

Un camión con militares paquistaníes se acerca a Mingora.
Un camión con militares paquistaníes se acerca a Mingora.AP

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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