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GUERRA EN IRAK | Muerte de periodistas

El Pentágono dice que EE UU actuó en defensa propia

Enric González

Victoria Clarke, la portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, calificó ayer de "acto de defensa propia" el ataque contra el hotel Palestina de Bagdad, centro de operaciones de la mayoría de los periodistas extranjeros en la ciudad. Dos reporteros resultaron muertos. Clarke alegó repetidamente que los mandos del carro de combate que disparó sobre el hotel tenían "todo el derecho a defenderse" porque habían detectado "la presencia de francotiradores en el edificio".

Cuando varios periodistas acreditados en la sede del Pentágono le hicieron notar que responder con cañones al presunto fuego de armas ligeras parecía claramente desproporcionado, la portavoz insistió en que "la primera obligación" de los oficiales estadounidenses era "proteger a sus propios soldados". "No sólo estaban en su derecho al disparar, sino que era su responsabilidad", dijo.

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Victoria Clarke y el general Stanley McChrystal expresaron sus "condolencias" a las familias de los periodistas muertos y repitieron una y otra vez que las tropas de Estados Unidos hacían "siempre todo lo posible por evitar la pérdida innecesaria de vidas". "Libramos la guerra de la forma más humana y cuidadosa, y procuramos respetar a los civiles; los propios periodistas que cubren este conflicto son testigos de ello", aseguró la portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

"Entre dos fuegos"

"Bagdad es un lugar muy peligroso y desde hace días advertimos a los medios de comunicación acerca del riesgo que corren los periodistas en la ciudad", agregó la portavoz. "Quienes no están integrados en nuestras unidades pueden quedar entre dos fuegos".

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Aunque la prensa de Estados Unidos se ha mostrado muy dócil ante el Pentágono desde que comenzó la invasión, las explicaciones oficiales sobre el ataque contra el hotel de los periodistas no convencieron ayer más que a los medios más ultraconservadores. La discutible alegación de "defensa propia" en un incidente que enfrentaba a un cañón contra un supuesto fusil que, además, sólo los estadounidenses escucharon, se sumó al ataque contra la oficina de la television árabe Al Yazira, en el que murió un reportero. "Creemos que los periodistas no deberían estar ahí", concluyó Victoria Clarke.

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