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Perry y Romney monopolizan el debate republicano

Los dos candidatos a la Casa Blanca en 2012 protagonizan un encuentro marcado por el extremismo y las críticas a Barack Obama

Finalizado el esperado debate entre los candidatos republicanos a la presidencia de Estados Unidos en el que por primera vez participaba el gobernador de Tejas, Rick Perry, el hombre que ha desbancado a un segundo lugar al hasta hace poco favorito Mitt Romney, tres preguntas y una conclusión zanjaban la noche.

¿Quién logró presentarse como el candiadto más conservador? La carrera la libraron a cara de perro entre ellos sin claro ganador, exceptuando el exgobernador de Utah y embajador de Obama en China, Jon Huntsman, que bien podría haber estado en un debate entre demócratas. ¿Quién de los ocho contendientes ha creado más puestos de trabajo a lo largo de sus años en la política? Aquí Perry y Romney vivieron un duelo a los cinco minutos de empezar el debate para luego perderse en cifras que marearon al espectador. ¿Quién detesta más la reforma sanitaria convertida en ley por Barack Obama? Todos.

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El nombre del presidente de Estados Unidos lleva a la conclusión: sólo en una cosa coincidieron todos los participantes en el debate. Obama tiene que irse, es un mandatario incapaz de dirigir el país. "Este presidente es un tío simpático pero no tiene ni idea de cómo recuperar a este país", dijo Romney en referencia al presidente Obama.

Bachmann, desdibujada

Los intercambios dialécticos entre Romney y Perry ensombrecieron la presencia en la Biblioteca de Ronald Reagan en Simi Valley (California) de los otros seis candidatos: la congresista de Minnesota Michele Bachmann; el exgobernador de Utah Jon Huntsman; el representante de Tejas Ron Paul; el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich; el exsenador por Pennsylvania Rick Santorum y el empresario Herman Cain. Tanto fue así, que la aclamada reina sin corona del Tea Party, Michelle Bachmann -a la espera de que Sarah Palin decida que hacer con su vida política- parecía desdibujada a pesar de haber ganado en los tanteos de Iowa de hace sólo tres semanas.

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Perry, perteneciente a la más extrema de la derecha, debutaba esta noche tras su anuncio el pasado mes de agosto de optar a la Casa Blanca. A pesar de que durante toda la mañana del miércoles fue duda debido a los incendios que devastan Tejas, el orgulloso gobernador de haber llevado al patíbulo a 232 personas -por lo que fue ampliamente aplaudido por el público asistente al acto- fue el primero en llegar a la Biblioteca Reagan. Relajado, con tiempo por delante, preparó a conciencia las cerca de dos horas de debate presidencial. Las encuestas le respaldan. Dos nuevos sondeos de esta semana le dan una clara ventaja. NBC/The Wall Street Journal le otorgan un 38% contra un 23% de Romney en intención de voto. Washington Post/ABC News le dan un 27% frente al 22% que dan a Romney.

El chico nuevo en escena -como denominan a Perry-, favorito del Tea Party y de los ultra religiosos, sufrió diversos ataques de sus compañeros, lo que también da la medida de lo nerviosos que se encuentran ante su espectacular pistoletazo de salida. Tanto fue así, que él mismo dijo sentirse "la piñata" de la fiesta. Fue Newt Gingrich quien arrancó el aplauso del público y a la vez lanzó una advertencia a la prensa al asegurar que esta no iba a conseguir enfrentar a los candidatos republicanos. "El objetivo es derrotar a Obama", declaró el eterno pretendiente a la Casa Blanca y el hombre que instauró la revolución conservadora contra Bill Clinton en los años 90.

Temas polémicos

Temas calientes y polémicos hubo varios. Desde la inmigración, donde Perry usó un lenguaje más propio del salvaje oeste al pedir más tropas (boots) en la frontera, hasta la Seguridad Social que garantiza las pensiones en EEUU y que el gobernador califica de "esquema piramidal" para el que reclama su fin inmediato. Romney no pudo menos que decir a este respecto que era una irresponsabilidad por parte de un candidato a la presidencia denostar de esa manera el método que garantiza la estabilidad de los más mayores.

El 11-S tardó en llegar al debate. Lo hizo casi hora y media después de comenzada la discusión. En opinión del moderado Huntsman, "hemos perdido la confianza como país". El exgobernador pidió el regreso de las tropas de Irak y de Afganistán.

Incluso España llegó a ser mencionada en casi dos horas de discusión. Al hablar de energía y cambio climático, la congresista de Minesota aprovechó para arremeter contra Obama vía España. "Obama quiere centrarse en la creación de empleo en el sector de energías renovables como si fuéramos España, pero España tiene uno de los niveles más altos de paro en Europa ahora mismo". No faltó de nada. Sobró extremismo.

Mitt Romney, a la izquierda, saluda a Rick Perry antes de comenzar el debate en la Biblioteca de Ronald Reagan en Simi Valley (California).
Mitt Romney, a la izquierda, saluda a Rick Perry antes de comenzar el debate en la Biblioteca de Ronald Reagan en Simi Valley (California).KEVORK DJANSEZIAN (AFP)

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