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Piñera termina de conformar su Gobierno y anuncia un 2010 austero

Buena parte del futuro Gabinete tiene estrechos vínculos empresariales

Con el nombramiento de 30 viceministros, el presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, completó ayer las designaciones del Gabinete ministerial que lo acompañará en su Gobierno a partir del próximo 11 de marzo. A diferencia de los ministros que designó hace una semana, entre los que predominó un perfil técnico y empresarial, en esta ocasión, tras las críticas que recibió incluso entre sus filas por la falta de peso político de su equipo, designó más figuras provenientes de los partidos de la derecha.

Diputados derrotados en las elecciones pasadas, asesores cercanos de dirigentes políticos y empresarios se incorporaron al equipo. Entre los ministros y viceministros hay una mayoría de ingenieros y abogados formados en la conservadora Universidad Católica y en colegios privados. Muchos tienen estudios de postgrado en universidades estadounidenses y sus vínculos empresariales son muy estrechos.

A pesar de sus esfuerzos, para el Gabinete ministerial sólo pudo reclutar a una figura de la Concertación, el ex alcalde y ex ministro Jaime Ravinet, que asumirá el cargo de ministro de Defensa. Media docena de otros rostros de la coalición de centroizquierda se negaron a incorporarse a la Administración de la derecha cuando fueron consultados por Piñera, que quiso constituir lo que él llamó un Gobierno de "unidad nacional", pero sin dialogar con la que será la futura oposición.

Piñera anticipó ayer que su Gobierno será austero en 2010, por la estrechez presupuestaria con que lo recibió, después de que en 2009 aumentara el déficit fiscal al equivalente de un 4,5% del PIB, en una crítica a la saliente Administración de la presidenta Michelle Bachelet.

Este déficit fiscal, uno de los más altos de la historia, "no nos permitirá acoger todas las demandas de la ciudadanía, por justas y legítimas que ellas sean", afirmó Piñera. El futuro Ejecutivo buscará mantener el equilibrio en las cuentas fiscales, mientras su equipo económico espera que el producto interior bruto (PIB) crezca en 2010 en torno al 5%.

Entretanto, la prensa ha debatido sobre cómo se logrará separar con un cortafuegos los intereses empresariales de algunos de los miembros del equipo de Gobierno de los del Estado. No sólo Piñera deberá desprenderse de la propiedad o administración de algunos de sus negocios, sino también parte de su equipo.

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Un chiste que circula en el país sostiene que, con el nuevo equipo de Gobierno, Chile será como un restaurante de una ciudad de provincias, "atendido por sus propios dueños". Otros hablan de que Chile será ahora una sociedad anónima.

Piñera se desprenderá de la propiedad de la mayor aerolínea del país, Lan Chile, donde controla el 26%. El jueves valoró su paquete accionarial en esta empresa en el equivalente a 1.538 millones de dólares, con lo que la fortuna total del presidente electo se acerca a los 2.000 millones de dólares.

Piñera vendió también el 9,7% de las acciones de la Clínica Las Condes, la más exclusiva del país, por 9,7 millones de dólares. En cambio, el presidente electo no se desprenderá de la propiedad del canal de televisión Chilevisión, cuya administración entregará a una fundación sin fines de lucro en la que él no puede intervenir, ni del club de fútbol Colo Colo, el más popular de Chile.

Ayer Piñera designó como su futuro viceministro de Deportes al actual presidente del Colo Colo, Gabriel Ruiz Tagle, quien deberá desprenderse del 25% de acciones que posee de la empresa propietaria del equipo.

La Concertación ha asistido al proceso de conformación del próximo Gobierno con distancia, todavía sin reponerse de la derrota electoral ni haber culminado los ajustes en las directivas de los cuatro partidos que conforman esta coalición de centroizquierda. La decisión de si será una oposición que niegue la sal y el agua a la derecha, como esta última hizo con Bachelet en su Gobierno, o por el contrario, será dialogante con Piñera, está todavía pendiente.

El presidente electo chileno, Sebastián Piñera, saluda a sus seguidores ayer en Santiago.
El presidente electo chileno, Sebastián Piñera, saluda a sus seguidores ayer en Santiago.REUTERS

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