_
_
_
_
_

Preguntas y respuestas sobre la crisis de la nube de cenizas volcánica

La erupción del volcán islandés Eyjafjalla ha generado el mayor caos aéreo de la historia

¿Cuánto durará la erupción?

Es imposible de predecir, según los expertos. La actividad del volcán sigue siendo intensa, aunque hoy parece estar emitiendo más vapor y menos cenizas, según la Agencia Metereológica islandesa. Durante el fin de semana, la columna que sale de la boca del volcán bajó de los 11 kilómetros de altura a entre cinco y ocho kilómetros (la actividad aérea se puede reanudar con normalidad si permanece por debajo de los tres kilómetros). “Hay casos en los que ha durado semanas e incluso un año", según Bjorn Oddsson, del Instituto de Ciencia de la Tierra de la Universidad de Islandia.

Más información
Eurocontrol prevé que hoy despegue casi la mitad de los vuelos
"Billetes a precios de viaje a la Luna" para volver a casa
Europa sale al rescate de sus pasajeros
El cierre de aeropuertos por la nube de ceniza se extiende a Heathrow y Gatwick
Reabren los aeropuertos de Heathrow y Gatwick aunque con restricciones
Reino Unido abre la mano para volar con ceniza volcánica
Air France-KLM registra perdidas récord de 1.550 millones de euros
Noruega cierra seis aeropuertos del norte por la nube de ceniza

¿Cuándo se disipará la nube?

La duración de la nube de ceniza depende del tiempo que siga la erupción con la actual intensidad. Pero aun cuando el Eyjafjalla se calme, la columna de cenizas podría seguir alimentándose durante una semana, hasta que el interior del volcán se enfríe.

¿Hasta cuándo estará cerrado el espacio aéreo europeo?

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Los ministros de Transporte de la UE estudian en un consejo extraordinario a través de videoconferencia si la situación actual permite reanudar los vuelos en la mayor parte del espacio aéreo u obliga a mantener el cierre. Los países abren o cierran su espacio aéreo en función de las condiciones metereológicas y de la dirección de los vientos.

¿Cuál es el principal problema para decidir la reapertura del espacio aéreo?

El problema de la reapertura del espacio aéreo es, según Eurocontrol, la acumulación de partículas en suspensión en los trayectos ascendentes y descendentes hacia o desde altitudes de crucero (alrededor de los 13.000 metros). Según este organismo de control del tráfico aéreo europeo, las aerovías superiores no presentan problema alguno.

¿Cuáles son las actuaciones a seguir para reabrir el espacio aéreo?

Además de las pruebas que, bajo permisos especiales, ya han realizado KLM, Lufthansa , Air France, Air Berlín y Fly Niki, y los vuelos autorizados de aviones cargueros en el aeropuerto de Frankfurt, el objetivo es sobrevolar amplias zonas y a distintas altitudes con aviones equipados con instrumentos de medición. Estos vuelos tienen como objetivo recoger muestras de la atmósfera a varias altitudes, y los ha realizado un avión de entrenamiento finlandés Hawk desde la base de Kauhawa. En Alemania, un Falcon 20E del German Aerospace Centre analizará la cantidad de ceniza en suspensión existente sobre el espacio aéreo alemán.

¿Está justificada la suspensión de los vuelos?

Frente a las críticas de las compañías por la suspensión masiva de vuelos, los pilotos creen que la medida está justificada. “Yo no soy partidario de volar, cualquier circunstancia que altere la programación de vuelo es motivo suficiente para no volar, la seguridad es lo primero”, afirma un piloto español de Iberia. “Ya pasan suficientes cosas ahí arriba como para preocuparte también por los motores”, añade. El Colegio de Pilotos (COPAC) cree que las medidas tomadas hasta ahora son correctas.

¿Cómo afecta a un avión en vuelo?

Los aviones no tienen posibilidad de detectar una nube dispersa de cenizas, ya que sus radares meteorológicos no detectan partículas de pequeño tamaño. Este problema se agrava durante la noche por cuestiones obvias de visibilidad. Si se detecta que el avión ha entrado accidentalmente en una nube (percepción en cabina de humo y un fuerte olor azufrado), el procedimiento es el de escape inmediato de ese entorno de vuelo, ya que la ceniza puede afectar a sistemas de navegación y motores del aparato.

¿Qué ocurre cuando un avión vuela entre una nube de ceniza?

Un piloto experto en seguridad lo describe “como pasar el avión por una piedra pómez" a 900 kilómetros por hora. El mayor riesgo es para los motores: la erosión en las palas del compresor reduce la eficiencia, y la ceniza se funde con el calor de la cámara de combustión, formando una sustancia como el cristal, fundido o incluso sólido. Eso bloquea el flujo de aire, el motor se inflama y se cala. Para tripulantes y pasajeros afectará directamente a los sistemas de climatización, ya que la presencia de humo en cabina se hace patente casi de inmediato.

¿Hay algún protocolo de actuación en caso de encontrarse con cenizas volcánicas en vuelo?

Se aplica un protocolo de emergencia para paradas de motores, explica un piloto de Iberia. Hay distintas actuaciones según el tipo de avería. La mayoría de aviones son bimotores, el problema es que se paren todos.

¿Se pueden realizar trayectos en vuelo visual a baja cota con aviones comerciales?

Air Berlín ha sido autorizada por la German Flyght Safety Organisation para efectuar vuelos de prueba. Uno de ellos se ha realizado desde España con destino a Munich, a una altitud de 3.000 metros, con un Airbus A-320.

¿Qué es una nube de ceniza volcánica?

En su zona próxima al volcán se denomina Pyrocumulus. Su formación es muy similar al Cumulus convencional, con forma de hongo atómico y en su interior, además de cenizas y material rocoso expulsado por el cráter, se aprecian turbulencias severas de ascenso vertical. La nube, según se va dispersando, mantiene en suspensión partículas menos pesadas a distintas altitudes, las cuales pueden permanecer durante semanas antes de disiparse completamente.

¿De qué está compuesta la nube de ceniza?

Está formada por partículas de roca, cristal y arena que se producen debido a la interacción del agua y del hielo del glaciar que cubre el Eyjafjalla y del magma fragmentado producido por la explosión. "Es un fenómeno muy usual en las erupciones volcánicas del Pacífico pero mucho menos en Europa, donde los volcanes producen en su mayoría lava y no explosiones", explica Páll Einarsson, del Instituto de Ciencia de la Tierra de la Universidad de Islandia.

¿Es esta erupción especialmente grande?

No. Es relativamente pequeña, pero se ha producido en un espacio aéreo muy transitado. Los espacios aéreos sobre Alaska, Kamchatka (Rusia) o Indonesia, no se suelen cerrar aunque haya ceniza volcánica.

¿Es perjudicial para la salud?

En Europa, la altura a la que se encuentra la nube no afecta a la gente. La población que podía sufrir riesgos en Islandia ya ha sido desalojada.

¿Tiene el volcán una actividad especialmente intensa?

No es más intensa de lo normal. "Una erupción de cierta intensidad se produce cada tres años de media", dice, Páll Einarsson, del Instituto de Ciencia de la Tierra de la Universidad de Islandia.

¿Hay riesgo de otras erupciones en la zona?

Otro volcán cercano mucho más grande, el Katla, podría entrar en erupción cuando se calme el Eyjafjalla. “Llevamos dos años registrando señales de que podría entrar en acción”, según Oddsson. Si esto pasara, la columna de cenizas que se produciría sería mucho más alta. “La nube de cenizas podría recorrer el planeta".

¿Hay precedentes?

Existen varios sucesos documentados, pero los más llamativos son cuatro encuentros accidentales de aeronaves con nubes de ceniza y daños en los motores. El primero, y más importante, sucedió en junio de 1982, cuando un Boeing 747 de British Airways atravesó una nube de ceniza sobre Indonesia, parando los cuatro motores y dañando seriamente al aparato, que sin embargo logró aterrizar en Jakarta. En diciembre de 1989, otro Boeing 747 de la holandesa KLM en ruta de Tokio a Ámsterdam, atravesó la nube del volcán Mount Redoubt, en Alaska, provocando un fallo múltiple de motores y eléctrico. El avión tomó tierra una vez reencendidos los motores, y su reparación ascendió a 80 millones de dólares (hoy sigue en servicio para la misma aerolínea). El tercero fue un encuentro fortuito en alta cota de un DC-8 de la NASA con las cenizas dispersas del volcán islandés Mount Hekla, en febrero de 2000. Los daños internos en los motores no fueron graves, pero se hicieron públicos en un informe que sirviera de referente para futuros casos. El cuarto ha sido durante la erupción del volcán Eyjafjalla, que mantiene en jaque a casi todo el espacio aéreo europeo. Durante la mañana del pasado 15 de abril, cinco cazabombarderos F-18 Hornet finlandeses se encontraban en un ejercicio de entrenamiento horas antes de hacerse efectiva la restricción para todos los vuelos sobre el norte y centro de Europa. En tierra, y tras examinar los motores de uno de los aparatos, se encontraron restos de sulfatos adheridos a las partes internas de los mismos. La fuerza aérea finlandesa ha hecho públicos los resultados para mostrar los efectos potenciales de la ceniza volcánica en operaciones aéreas actuales (los otros cuatro F-18 también han sido desmontados para su examen. Pese a todo, Finlandia ha cancelado los vuelos militares de entrenamiento, pero la fuerza aérea continuará operativa, siguiendo su política de seguridad nacional).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_