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Crisis energética en la UE

Rusia corta todo el gas hacia Europa

Moscú y Kiev aceptan que observadores europeos vigilen los gasoductos - Putin presiona a la Comisión para construir la tubería que pasa por el Báltico

Pilar Bonet

Rusia dio ayer un paso sin precedentes y cortó todo el aprovisionamiento de gas a sus clientes europeos a través de Ucrania, por donde pasa un 80% del tránsito de ese combustible hacia occidente. La decisión, que afecta a un mínimo de 17 países, fue apoyada por el primer ministro, Vladímir Putin, después de que el presidente de Gazprom, Alexéi Míller, le comunicara que Kiev había dejado de bombear el gas ruso en tránsito. Gazprom cerró oficialmente el grifo después de comprobar a las 18,30 horas de Moscú (dos horas menos en España) que el gas fluyendo por Ucrania no llegaba a sus destinatarios en Europa, según la agencia Itar-Tass. Gazprom, controlada por el Estado ruso, aseguró en un comunicado que se había visto "obligada" a interrumpir el aprovisionamiento, el cual se restablecerá sólo cuando Ucrania de "garantías para el tránsito de todo el volumen" de gas.

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Moscú y Kiev pugnan por convencer a la Unión Europea de sus razones, pero Rusia ha ido más allá y está aprovechado el conflicto para promover con ahínco sus intereses estratégicos en Europa, en una época en que estos parecían algo relegados debido a la disminución de los precios de los hidrocarburos y la crisis económica que afecta a las grandes inversiones. Así, Putin insistió ayer en la defensa de proyectos de nuevos gasoductos que eviten los países de tránsito.

El uno de enero, Gazprom había interrumpido ya el aprovisionamiento de gas destinado a Ucrania al no llegar a un acuerdo sobre los precios para 2009. A la disminución progresiva del gas en tránsito hacia Europa -motivada según Moscú por el robo por parte de Kiev- siguió ayer el drástico cierre. 12 países dejaron de recibir el gas (Bulgaria, Croacia, República Checa, Grecia, Italia, Macedonia, Rumanía, Moldavia, Serbia, Eslovaquia, Eslovenia, Turquía) y otros cinco sufrieron reducciones importantes del abastecimiento (Austria, Francia, Alemania, Hungría y Polonia).

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Rusia y Ucrania celebraban ayer la Navidad Ortodoxa, lo que se traducía en una parálisis de la vida política. Esto no afectó a Putin, que en San Petersburgo conversó con Míller y con el ex canciller alemán Gerhard Schröder, en la actualidad presidente del consejo de accionistas de Nord Stream (la Corriente del Norte). Esta compañía, responsable de un futuro gasoducto por el fondo del mar Báltico, asocia a Gazprom ( 51%) con las alemanas Basf y EON (un 20% cada una) y la holandesa Gasunie ( 9%). La Corriente del Norte unirá a Rusia directamente con Alemania, tendrá una longitud de 1.200 kilómetros y suministrará hasta 55.000 metros cúbicos de gas al año. Su coste se calcula en 15.000 millones de dólares.

Putin y Gazprom parecen dispuestos a sacar partido de la crisis para acelerar este proyecto que por razones ecológicas y económicas había encarecido su coste y demorado su lanzamiento, inicialmente previsto para 2011. "La situación con el gas ruso en Ucrania plantea de nuevo la aceleración de los plazos de construcción de la Corriente del Norte", dijo Putin a Schröder. "Creo que hoy nuestros principales consumidores europeos se convencieron definitivamente de que este proyecto es necesario", subrayó. "No solo para Alemania, sino para toda Europa", recalcó el ex canciller.

Además, Putin conversó por teléfono con la canciller Angela Merkel y elogió la propuesta de ésta de enviar a observadores internacionales para controlar los gasoductos en las fronteras de Rusia y Ucrania. Merkel conversó también con primera ministra de Ucrania, Yulia Timoshenko y asimismo concertó con ella el acuerdo de control por parte de expertos independientes.

Por la noche, el presidente de Ucrania, Víctor Yúshenko llamó por teléfono a su colega ruso, Dmitri Medvédev, según la agencia Itar Tass. Medvédev aseguró a Yúshenko que los problemas de los suministros de gas a los consumidores europeos y las relaciones bilaterales sobre el gas "no son políticos". Asimismo, criticó la "incapacidad" de los dirigentes de Ucrania "de tomar las decisiones adecuadas".

Rusia está dispuesta a reanudar las conversaciones con Kiev en cualquier momento, dijo Medvédev, quien advirtió que para restablecer el suministro de gas a los consumidores de Ucrania hay que firmar un nuevo contrato entre Gazprom y Naftogaz con un precio de mercado a nivel europeo "sin rebajas ni beneficios". Medvédev se pronunció por un mecanismo de control con participación de los representantes de las compañías nacionales de gas, empresas jurídicas internacionales que defiendan los intereses de éstas y observadores.

Por su parte, el vicepresidente de Gazprom, Alexandr Medvédev, anunció que el consorcio ruso se dispone a empezar el proceso judicial contra Naftogaz en el tribunal de Arbitraje de Estocólmo "en el próximo futuro". El presidente de Gazprom se reunirá hoy en Bruselas con representantes de la presidencia de la Unión Europea y el presidente de Naftogaz. Uno de los puntos de la reunión es llegar a un acuerdo sobre el trabajo de la misión de observadores de la UE que controlarán el nivel de suministro de gas destinado a los consumidores europeos, según dijo a Itar Tass el representante de la Republica Checa en Bruselas, Radek Jonzak. Inicialmente la reunión entre los responsables del gas de Rusia y Ucrania estaba prevista en Moscú.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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