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Y Sarkozy dijo: "Trabajarás el domingo"

La Asamblea francesa aprueba una ley que liberaliza en parte la apertura de los comercios en festivos

El mismo Sarkozy lo confesó el martes en una mesa redonda. Durante la última visita de la familia Obama a Francia, él personalmente tuvo que pegar unos influyentes telefonazos a determinadas tiendas parisinas a fin de que abrieran el domingo en el que Michelle y sus hijas querían salir de compras por el centro. "¿Es esto normal?", preguntó el presidente de la República francesa en voz alta para justificar una de sus leyes-símbolo: la que convierte, bajo ciertas condiciones, el domingo como día laborable para los comercios en Francia. La Asamblea Nacional francesa aprobó el miércoles el nuevo texto por un reducido margen; 282 diputados contra 230.

Lo inusualmente apretado del marcador se debe a que hubo casi 40 parlamentarios de la UMP (el partido de Sarkozy) que se abstuvieron o que se ausentaron para evitar tener que votar en contra y a diez que, resueltamente, se mostraron contrarios y votaron "no".

El rechazo de sus propios diputados a que las tiendas abran los domingos no es algo nuevo. De hecho, la ley aprobada el miércoles es un texto considerablemente descafeinado (y lleno de matices, apartados y remiendos) de las varias versiones anteriores, retiradas cautelosamente antes de que llegaran a la Asamblea por parte del Gobierno por temor a que los parlamentarios de sus filas las echaran abajo para escarnio del Presidente de la República y regocijo de la oposición.

El texto actual prevé la apertura de los comercios en domingo, pues, bajo ciertas premisas (que sea reclamada por los gobiernos de las propias comunidades afectadas, por ejemplo) en zonas "con un uso comercial excepcional". Traducido al lenguaje común, grandes aglomeraciones urbanas mayores de un millón de habitantes: París, Marsella y Lille. Y no todas: la zona de Lyón, que también cuenta con una aglomeración de más de un millón de habitantes, queda fuera debido a la férrea oposición de varios diputados locales de la UMP. También se prevé la apertura de las tiendas en las denominadas "comunidades turísticas", un término deliberadamente ambiguo.

Con todo, la aprobación de la ley es algo sintomático para el Gobierno de Nicolas Sarkozy. En su campaña electoral, el entonces candidato acuñó el famoso lema "trabajar más para ganar más" como una de las bases para transformar Francia y sacudirse las, a su juicio, trabas burocráticas y económicas que le lastran.

De ahí que en sus orígenes, la ley aspirara a una apertura casi total. Por ejemplo, uno de los elementos claves era el número de domingos al año en los que está permitido, en cualquier localidad de Francia, abrir sin ningún tipo de restricción. Se intentó aumentar los cinco domingos anuales que están estipulados en la actualidad. Pero tras meses de tiras y aflojas y textos de ida y vuelta, la nueva ley, que aún debe aprobarse por el Senado y que entrará en vigor, previsiblemente en agosto, no modifica este aspecto en un solo domingo.

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El ex ministro francés de Trabajo, Xavier Bertrand, sale de un centro comercial de Marsella en un domingo del pasado mes de abril junto a un cartel que reza "abierto todos los domingos".
El ex ministro francés de Trabajo, Xavier Bertrand, sale de un centro comercial de Marsella en un domingo del pasado mes de abril junto a un cartel que reza "abierto todos los domingos".REUTERS

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