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Ola de cambio en el mundo árabe | Revuelta popular en Libia

"Solo representamos al pueblo libio"

Diplomáticos de las principales embajadas y organismos apoyan la rebelión

"La misión ha decidido categóricamente actuar como representante de los libios y de su libre voluntad. Solo representamos al pueblo". Adel Shatut, enviado de la representación de Libia ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra, proclamó ayer su desvinculación absoluta y definitiva del régimen de Muamar el Gadafi. Lo hizo en nombre de la delegación entera, y ante los aplausos del resto de los diplomáticos del consejo, reunidos precisamente para tratar la revuelta en el país magrebí. Fue una más de las múltiples deserciones de diplomáticos libios que, en los últimos días, han decidido dimitir de sus puestos o, siguiendo una fórmula menos ortodoxa, abandonar su apoyo al tirano y continuar en sus cargos pero en representación de los ciudadanos que luchan contra Gadafi.

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La delegación de Libia ante la Liga Árabe se ha desvinculado del régimen y ha condenado los "atroces crímenes cometidos contra ciudadanos desarmados". Al menos ocho embajadores (en EE UU, Francia, India, Indonesia, Bangladesh, Portugal, Jordania y ante la UNESCO), algunos junto a toda la plantilla de la legación, han dado la espalda a Gadafi. También han renunciado a su puesto o emitido declaraciones de apoyo a la revuelta diplomáticos de menor rango. El embajador adjunto ante la ONU, por ejemplo, ha sido uno de los más tajantes en su crítica. "Gadafi está loco y aguantará hasta el último momento", afirmó ayer. Un veterano diplomático chino ha dimitido. Otras legaciones, como las de Austria y Malasia, han condenado por escrito la violencia.

Los últimos en dimitir fueron, ayer, los embajadores en Portugal, en Francia y ante la UNESCO, cuya sede se encuentra en París. Los dos últimos se unieron "a la revolución", tras leer, en francés y en árabe, un comunicado conjunto en el que condenaban "los actos de represión" en su país y declaraban su "apoyo a la revolución del pueblo". El comunicado se leyó a las puertas de la Embajada en París, porque su interior se encontraba en poder de un grupo de jóvenes opositores al régimen de Gadafi que se habían hecho fuertes allí el jueves por la tarde y que amenazaron con un suicidio colectivo si la policía intervenía, según la agencia France Presse.

En Washington, el embajador libio en Estados Unidos, Ali Aujali, ha pedido a Gadafi que se retire para evitar un baño de sangre tras asegurar que no representa ya a su Gobierno. "Pero nunca renunciaré a servir a nuestro pueblo hasta que sus voces lleguen a todo el mundo", ha declarado el embajador, que también ha pedido a Washington que rechace "de forma contundente" al régimen.

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En Nueva York, la misión permanente de Libia ante las Naciones Unidas vive su propia revuelta, encabezada por el embajador adjunto, Ibrahim Dabashi. El diplomático se desmarcó enseguida de Trípoli y utiliza el organismo multilateral en Nueva York como caja de resonancia para denunciar al mundo que lo que pasa en su país es "un verdadero genocidio". Gadafi, denuncia Dabashi, "está declarando la guerra a su propia gente". El resto del personal de la delegación ante las Naciones Unidas también ha apoyado la revuelta popular. El único que se mantiene fiel a su "viejo amigo" Gadafi, según declaró el martes, es el embajador, Abdurrahman Mohamed Shalgham. La foto de Gadafi ha desaparecido de la puerta de la misión.

El embajador en Madrid sigue en su puesto, apoyando a Gadafi. Un funcionario de la legación declaró ayer que "la pregunta no es si la Embajada apoya a Gadafi o a los rebeldes, sino si está con Al Qaeda o con el pueblo libio". "En Libia no hay insurgentes sino miembros de Al Qaeda", añadió.

Información elaborada por Antonio Jiménez Barca, Joan Losa, Yolanda Monge y Sandro Pozzi.

Un manifestante golpea con un martillo una ventana de la Embajada de Libia en la capital de Túnez.
Un manifestante golpea con un martillo una ventana de la Embajada de Libia en la capital de Túnez.ASSOCIATED PRESS

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