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La detención del director del FMI

Strauss-Kahn, acusado de intento de violación

El director del FMI niega que haya agredido sexualmente a una camarera de su hotel en Nueva York - La víctima asegura que la empujó y cerró la puerta de la habitación

Antonio Caño

El director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, se declarará inocente de los cargos de los que se le acusa en Nueva York, que incluyen los de intento de violación, acto sexual delictivo y retención ilegal. La tramitación judicial de este caso puede llevar el tiempo suficiente como para impedir que el destacado dirigente socialista francés, máximo aspirante a la presidencia de su país, pueda concurrir el año próximo a las elecciones sin esta causa pendiente.

"Strauss-Kahn niega los hechos de los que se le acusa y se declara inocente", manifestó su abogado, Benjamin Brafman, un experto en defender a famosos en situaciones similares, quien junto a William Taylor, el responsable de un importante despacho en Washington, ha asumido el caso. El detenido no cuenta con inmunidad diplomática, de la que carece el cargo de director del FMI y que además no ampara contra este tipo de delitos.

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El juez tiene que decidir si el director del FMI permanece preso o es puesto en libertad bajo fianza. En todo caso, es casi seguro que no podrá abandonar Estados Unidos hasta que este litigio sea resuelto, lo que, según expertos judiciales, podría llevar varios meses. Un caso similar, el del jugador de baloncesto Kobe Bryant, también acusado de abusos sexuales por la camarera de un hotel de Colorado en 2003, tardó más de un año en ser archivado después de que la víctima se negase a declarar.

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Strauss-Kahn, de 62 años y casado con la periodista de televisión Anne Sinclair, tendrá que enfrentarse ahora a una serie de audiencias judiciales que, probablemente, concluirán en un juicio, a menos que, durante el procedimiento, el acusado alcance algún acuerdo extrajudicial con la presunta víctima y con el respaldo de la fiscalía. Ello evitaría el trance de una dura vista pública, pero nunca le daría el veredicto de inocencia.

Durante todo ese proceso, es improbable que Strauss-Kahn sea autorizado a viajar a Francia, lo que le impedirá participar en la campaña electoral en ese país y, seguramente, le obligará también a renunciar a su responsabilidad actual al frente de FMI. Un comunicado de esa institución emitido ayer afirmaba que "sigue a pleno funcionamiento", sin comentar las circunstancias por las que atraviesa su jefe. El número dos del organismo, John Lipsky, asume de momento el mando.

La unidad de víctimas especiales de la policía de Nueva York y los fiscales de la ciudad trabajan en la consolidación de un caso de grave agresión sexual que podría costarle a Strauss-Kahn una dura condena, incluida la cárcel. Los cargos contra él se encuentran en la escala más alta de las agresiones sexuales, ya que no se refieren a molestias o acoso no consentido, sino a actos que incluyen el uso de la violencia y que causaron lesiones, aunque leves, a la víctima, que tuvo que ser atendida en un hospital. Solo el intento de violación puede ser castigado con penas de entre 15 y 20 años de cárcel en el estado de Nueva York.

Los hechos, según la versión facilitada por el portavoz de la policía, Paul Browne, ocurrieron en torno a la una de la tarde del domingo. Strauss-Kahn, que había estado antes comiendo con su hija en Nueva York, salió a esa hora desnudo de la ducha de su lujosa suite en el hotel Sofitel, en la calle 44 del Oeste de Manhattan, y se lanzó sobre una camarera que en ese momento limpiaba un pasillo del interior de la habitación.

Era una suite amplia que cuesta 3.000 dólares la noche. El político francés la empujó al dormitorio y cerró la puerta. La camarera, de 32 años, consiguió escapar hasta el baño, donde de nuevo fue objeto de ataques sexuales. Tras varios minutos de forcejeo, la presunta víctima logró finalmente huir y relató lo sucedido a sus compañeros, quienes inmediatamente llamaron a la policía.

Cuando los agentes llegaron a la habitación de Strauss-Kahn, este ya había abandonado el lugar, dejando signos de haber salido precipitadamente. Según la versión policial, se dejó olvidado su teléfono móvil. Cuando los policías averiguaron que se había trasladado al aeropuerto John Kennedy, acudieron en su búsqueda y consiguieron detenerlo a bordo de la cabina de primera clase de un avión de Air France con destino a París 10 minutos antes de su despegue. El director del FMI iba solo y no ofreció resistencia a la solicitud de los agentes vestidos de paisano que lo condujeron, sin necesidad de ponerle las esposas, hasta una comisaría de policía en Midtown Manhattan. Fuentes citadas por la cadena CNN aseguran que no colaboró con los investigadores por lo que, después de varias horas de interrogatorio, se le presentaron formalmente cargos poco después de las dos de la mañana de ayer.

La detención fue realizada por tres agentes de la Autoridad Portuaria, la sección policial que tiene la competencia en puertos y aeropuertos, mientras que la investigación es conducida por una unidad de la policía especializada en delitos sexuales.

Taylor (izquierda) y Brafman, abogados de Strauss-Kahn, salen de la comisaría en la que se encontraba su cliente.
Taylor (izquierda) y Brafman, abogados de Strauss-Kahn, salen de la comisaría en la que se encontraba su cliente.ALLISON JOYCE (REUTERS)
Hotel Sofitel donde se hospedaba Strauss-Kahn.
Hotel Sofitel donde se hospedaba Strauss-Kahn.JASON SZENES (EFE)

Una 'suite' de 3.000 dólares por noche

"Izquierdistas de caviar". Era uno de los calificativos que se usaba para describir el elevado tren de vida que llevaba el matrimonio Strauss-Kahn. Recientemente, la pareja fue fotografiada montándose en un lujoso Porsche en París, perteneciente a uno de sus amigos. La imagen de un socialista subiéndose a un vehículo lujoso fue publicada por la prensa internacional.

La habitación que ocupaba Dominique Strauss-Kahn en el hotel Sofitel New York, donde se hospedaba y donde presuntamente sucedió la agresión sexual de la que se le acusa, cuesta 3.000 dólares por noche (2.126 euros). La suite en la que se alojaba el director gerente del FMI consta de vestíbulo, sala de conferencias, salita, dormitorio y dos baños.

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