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Torturas sistemáticas en una prisión militar de Irak

Human Rights Watch pide al Gobierno de Maliki una "investigación exhaustiva" sobre las agresiones a reclusos sunís.- Las sospechas amenazan con desatar la tensión étnica

Fueron torturas sistemáticas y más salvajes de lo que se pensaba. El sufrimiento de los presos de una prisión ilegal secreta de Bagdad, descubierta a finales de marzo, supera los informes iniciales, según denunció ayer la organización Human Rights Watch (HRW) . Muchos fueron violados, sodomizados con palos de escoba y obligados a mantener relaciones sexuales entre ellos y con sus captores. La revelación de las condiciones en el presidio, que albergaba sobre todo presos sunís, ha provocado una polémica política en Irak y ha incrementado las tensiones étnicas. El gobierno iraquí niega las acusaciones de tortura y HRW ha pedido una investigación "exhaustiva" para procesar a los responsables.

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La denuncia se basa en el testimonio de cerca de 300 presos procedentes de la prisión del aeródromo militar de Muthanna, y trasladados al presidio de Rusafa, en Bagdad. La organización de defensa de los derechos humanos sostiene que los testimonios son "creíbles y consistentes" y que las torturas se han producido bajo la dirección de la oficina del primer ministro, Nuri al Maliki.

Los reclusos proceden de la ciudad de Mosul, en la provincia norteña de Nínive, donde fueron arrestados entre septiembre y diciembre de 2009 por soldados iraquíes bajo la sospecha de estar relacionados con la insurgencia (en Mosul operan grupos insurgentes como Al Qaeda). Luego fueron trasladados a Bagdad sin garantías legales. En comparación "Abú Ghraib era un picnic [en referencia a la prisión iraquí donde celadores estadounidenses torturaron a reclusos iraquíes]", ha señalado el líder tribal suní de Nínive Abdulá Humedi en The New York Times.

"La tortura era la norma"

Tras mantener entrevistas desde el lunes con 42 de los reclusos que aún mostraban heridas y cicatrices recientes, muchos denunciaron abusos sexuales y todos afirmaron que fueron torturados tras ser colgados boca abajo y recibir latigazos y golpes. Luego intentaban asfixiarlos con bolsas de plástico. Los que perdían el conocimiento eran reanimados mediante descargas eléctricas en los genitales y en otras partes del cuerpo.

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"El horror que hemos encontrado indica que la tortura era la norma en Muthanna", ha señalado Joe Stork, subdirector del programa para Oriente Próximo de HRW. Stork ya ha pedido al Gobierno iraquí que abra una investigación y que procese a todos los cargos militares "responsables de esta brutalidad sistemática". La prisión fue descubierta la semana pasada y el Ministerio iraquí de Derechos Humanos la clausuró.

Fuentes ministeriales han señalado a Reuters que ya han sido arrestados tres mandos militares, que están siendo interrogados. El presidio era ilegal, dado que no contaba con la autorización del Ministerio de Justicia y no se informó al Ministerio de Derechos Humanos. Con todo, las condiciones de las prisiones iraquíes no son mucho mejores. El sistema judicial basa los procesos legales en confesiones en vez de pruebas, por lo que la tortura no es un recurso infrecuente.

Peligro de tensión étnica

El gobierno del primer ministro Nuri al Maliki ha negado las acusaciones de tortura. En una entrevista emitida el lunes en la televisión estatal, Maliki tilda las acusaciones de "mentiras" y las considera una "campaña de difamación" urdida por las embajadas extranjeras y los medios de comunicación, y alimentadas por sus rivales políticos. Maliki se enfrenta a un momento delicado justo cuando intenta denodadamente mantenerse en el poder después de que su coalición perdiera los comicios nacionales del 7 de marzo . Para ello necesita negociar alianzas con otras facciones políticas.

Las nuevas denuncias de torturas podrían agravar la división de Irak. La población aún intenta recuperarse de los estragos del conflicto étnico entre 2005 y 2007. De hecho, todos los reclusos de la prisión secreta procedían de áreas de mayoría suní en la provincia de Nínive. Muchos allí consideran que el primer ministro Maliki, de confesión chií, ha emprendido una venganza personal contra todos los relacionados con el antiguo gobierno del derrocado dictador Sadam Hussein, mayoritariamente suní. Algunos líderes religiosos, como Abdulá Humedi, el jefe tribal de Nínive, ya han advertido que las denuncias de tortura han inflamado el resentimiento étnico y podría conducir a una nueva espiral de violencia.

La organización Human Rights Watch denuncia "torturas sistemáticas" en una prisión militar secreta desmantelada en Bagdad.
La organización Human Rights Watch denuncia "torturas sistemáticas" en una prisión militar secreta desmantelada en Bagdad.AP

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