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Un camión bomba provoca una matanza en un mercado del norte de Irak

Más de un centenar de personas pierden la vida en el peor atentado contra civiles desde abri

Docenas de civiles iraquíes perdieron ayer la vida en dos atentados suicidas en el norte de Bagdad. En el más grave, un camión cargado con explosivos explotó en medio del mercado del sábado por la mañana y demolió decenas de casas y tiendas. Ocurrió en Amirli, una pequeña y depauperada aldea habitada por turcomanos de confesión chií y situada a unos 45 kilómetros de Tuz Khurmato y al sur de Kirkuk, ciudad petrolera cuya propiedad se disputan kurdos y suníes. Según la policía, más de 105 personas resultaron muertas y otras 250 heridas. Es el atentado más grave desde abril.

Las operaciones militares estadounidenses en Bagdad y en la provincia de Diyala -ayer se informó de la muerte de seis soldados norteamericanos en Anbar- han obligado a la organización de Al Qaeda en Mesopotamia a elegir objetivos fáciles y desprotegidos, como el de ayer.

Los testigos del atentado de Amirli describían escenas horribles: gente corriendo con la ropa ardiendo; otros tratando de sacar con las manos a sus familiares atrapados entre las ruinas; restos humanos esparcidos... Muchos de los fallecidos se encontraban dentro de las 40 viviendas y 20 tiendas destruidas por la explosión, según informó el comandante de la policía iraquí Nawzad Abdulá.

"Escuché el llanto de mi bebé. Después no escuché nada hasta que me desperté en el hospital. No sé qué ha sido de mi marido ni de mi familia. Todos estaban en la cocina y yo en la habitación. La casa se derrumbó", explicó Sukaina Abdul Razak a France Presse.

Tuvo suerte porque, debido a la gran cantidad de víctimas y a la escasez de medios en el lugar del atentado, los heridos fueron llevados en volandas a los hospitales de Tuz Khurmato, pequeña ciudad situada a 45 kilómetros. Una de las trasladadas fue la pequeña Zaina Hussein, de 11 años, que sufrió heridas en el atentado. Pero los servicios de urgencia de esta pequeña ciudad turcomana se vieron sobrepasados, por lo que otros heridos fueron trasladados a Kirkuk e incluso a Sulaimaniya, en el Kurdistán iraquí.

La falta de medios, las distancias que debían recorrer las ambulancias y los coches particulares que se prestaron a ello y el mal estado en general de las carreteras provocaron que algunos de los heridos más graves murieran durante los traslados.

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No hay seguridad en la cifra de muertos. Algunas fuentes la reducen a 50 y aseguran que 150 de las personas atendidas en los centros sanitarios fueron dadas de alta. El comandante Abdulá explicó que la dificultad estriba en que muchos de los fallecidos fueron enterrados enseguida por sus familiares, sin llevarlos a los depósitos de cadáveres de los hospitales por miedo a la inseguridad de las carreteras y a que en ellas pudiera haber pistoleros apostados. Amirli se encuentra a unos 115 kilómetros al norte de Baquba, capital de la provincia de Diyala, donde cientos de tropas norteamericanas e iraquíes combaten desde hace tres semanas contra la insurgencia.

El ataque contra Amirli se produjo 12 horas después de otro contra un café en Zakoosh, distrito granjero predominantemente chií, situado a unos 60 kilometros al noreste de Baquba. Al menos 22 personas perdieron la vida.

Una mujer iraquí llora junto al cuerpo de su hijo, que resultó muerto ayer en un ataque aéreo en Baquba.
Una mujer iraquí llora junto al cuerpo de su hijo, que resultó muerto ayer en un ataque aéreo en Baquba.EFE

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