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Cumbre de la UE en Lisboa

La UE busca la ratificación inmediata del nuevo tratado para cerrar la crisis

Francia y Reino Unido proponen a Juncker o a Blair para presidir la Unión

Tras la aprobación del Tratado de Lisboa, los líderes de la UE concentran sus esfuerzos para ratificar el texto por vía parlamentaria de la manera más rápida posible. Los Veintisiete quieren "pasar página" cuanto antes a la crisis institucional, como dijo ayer el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso. La urgencia de los dirigentes europeos para ratificar el tratado es evitar nuevas querellas sobre la interpretación de un texto que, a diferencia de la Constitución, resulta "completamente ilegible" para los ciudadanos, según coinciden políticos y expertos.

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El eurodiputado socialista y ex presidente del Parlamento, Enrique Barón, admitió que se había "aprobado un tratado de enmiendas". "Lo único que se entiende", precisó, "es la Carta de Derechos Fundamentales, que, gracias a las insistencias del Parlamento, adquiere el mismo rango del tratado". Reino Unido logró, finalmente, desvincularse (opting out) de los artículos de la carta.

El acuerdo se alcanzó a primera hora de la madrugada de ayer, después de que la presidencia concediera un eurodiputado más a Italia, que con 73 iguala a Reino Unido, y diera más garantías a Polonia para frenar los acuerdos que no alcancen la minoría de bloqueo. El nuevo tratado dota a la UE de más capacidad de decisión, al permitir que unas cuarenta materias se puedan aprobar por mayoría cualificada, eliminando el paralizante derecho de veto. También refuerza el poder del Parlamento y unifica las funciones de representación exterior, fortaleciendo el papel del Alto Representante, Javier Solana, que ocupará también la vicepresidencia de la comisión.

Ha quedado abierto el momento de toma de posesión de su puesto como vicepresidente. Podría ser cuando entre en vigor el tratado, probablemente en enero de 2009, o cuando se renueve la comisión a final de este año. En cualquier caso, el presidente del Parlamento, Hans-Gert Poettering, exige que Solana pase el examen de la Eurocámara antes de ser nombrado vicepresidente. Otra novedad es que los acuerdos por mayoría cualificada deberán contar con el apoyo del 65% de la población de la UE.

El tratado introduce la figura del presidente estable del Consejo de la UE. Y ayer empezó la carrera para ocupar este puesto. Sarkozy elogió al primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, por su "reconocido europeísmo", y a Tony Blair, de quien dijo que era "el más europeísta de los británicos". Blair cuenta también con el apoyo de Gordon Brown, aunque su nombre también se ha considerado como futuro presidente de la comisión. José Manuel Durão Barroso dice que el candidato debe ser un "europeísta convencido".

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El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se ha puesto de nuevo al frente al expresar su propósito de aprobar el tratado en el Parlamento antes de fin de año. La misma posición expresó la canciller alemana, Angela Merkel, aunque con menos aspavientos. En principio, la mayoría de Estados miembros tienen previsto aprobar el texto por vía parlamentaria, a excepción de Irlanda, que preceptivamente tiene que hacer referéndum.

Fuentes diplomáticas españolas indicaron que veían muy difícil ratificar el tratado durante esta legislatura, puesto que las Cámaras se disolverán en enero. Portugal hará pública su decisión en diciembre, pero todo indica que también optará por la vía parlamentaria. Eufórico, el primer ministro portugués, José Sócrates, que ostenta la presidencia de turno de la Unión, dijo que Europa sale de Lisboa con la confianza para "liderar el debate sobre la globalización, rediseñar las instituciones mundiales y marcar la línea de la innovación sin proteccionismo".

Los mayores problemas se concentran en Reino Unido. Brown aseguró que su país ratificará el tratado en el Parlamento y añadió que su país "no apoyará modificaciones institucionales de la UE en muchos años". El tratado se firmará el 13 de diciembre en Lisboa.

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