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Bush reclama el apoyo del Congreso a un plan de choque para sortear la recesión

El presidente reconoce que "EE UU atraviesa un periodo de incertidumbre" en su último gran discurso ante un Congreso de mayoría demócrata.- Bush elude concretar la fecha de la retirada de Irak

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha reconocido que la economía "está atravesando un periodo de incertidumbre" pero ha reclamado la confianza de sus compatriotas para remontar la actual situación de crisis. "A largo plazo, los americanos pueden estar tranquilos y confiados en que nuestra economía crecerá", ha dicho Bush durante el discurso del Estado de la Unión, centrado este año en las turbulencias financieras, el asunto que más preocupa actualmente a los estadounidenses.

Con su peor nivel de popularidad, situado en el 32% según la última encuesta de The Washington Post-ABC News, el mandatario republicano ha aprovechado su último gran discurso ante las dos cámaras del Congreso para lanzar un mensaje de optimismo en medio de un periodo de gran incertidumbre, con un desplome de las Bolsas y un alza de los precios que amenazan con retraer el consumo y sumir a la primera economía del mundo en una recesión que algunos analistas, entre ellos el ex presidente de la Reserva Federal de EE UU, Alan Greenspan, consideran ya un hecho.

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Bush, en cambio, no ha querido hablar esta madrugada (hora española) de recesión, pero para evitarla ha presentado un paquete de estímulo económico de unos 100.000 millones de euros para reactivar el consumo y amortiguar la crisis bursátil. Para que ese plan se convierta en realidad necesitará del concurso de los legisladores demócratas que dominan las dos cámaras del Congreso y que han pedido a Bush que cualquier medida económica sea fruto de la negociación y el consenso. El plan, ha dicho Bush, sólo necesita el voto favorable de las cámaras, ya que la pasada semana fue acordado con los líderes demócratas de la Cámara Baja.

El paquete consiste en rebajas tributarias de entre 300 y 600 dólares para la gran mayoría de los estadounidenses, así como un recorte de impuestos por un monto total de 50.000 millones de dólares para las empresas, con el objetivo de incentivar la inversión.

"En las cocinas de nuestro país existe una preocupación por el futuro económico", ha reconocido Bush, que ha tratado de convencer al país de que él ha hecho todo lo posible para que la economía mantenga su vigor. "Los salarios han crecido, pero también los precios de la alimentación y la gasolina. Las exportaciones han aumentado, pero el mercado inmobiliario ha bajado", ha resumido el mandatario republicano.

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Alternativa a Kioto

Bush también ha subrayado la necesidad de reducir la dependencia actual del petróleo. "Nuestra seguridad, nuestra prosperidad y nuestro medio ambiente requieren que reduzcamos nuestra dependencia del petróleo", ha dicho.

Ha propuesto, como contrapartida, "la creación de un fondo internacional de tecnología que ayude a las naciones en desarrollo como India y China a hacer un mayor uso de las fuentes de energía limpia". En definitiva, un acuerdo internacional alternativo al Protocolo de Kioto, del que Estados Unidos no forma parte, que "ralentice, detenga y eventualmente dé marcha atrás al crecimiento de gases invernadero". Pero ha advertido de "este acuerdo será efectivo sólo si incluye el compromiso de todas las economías importantes, sin exclusiones". El actual Protocolo de Kioto no obliga a los países en desarrollo a reducir sus emisiones.

Sin fecha para la retirada

Respecto a Irak, el presidente sigue sin responder a la pregunta que todo el mundo tiene en mente: la fecha en la que comenzará el repliegue de tropas prometido de los 160.000 hombres a 130.000 antes de mediados de verano.

Según los consejeros de la Casa Blanca, Bush esperará a primavera para tal anuncio, cuando tenga sobre la mesa el informe del general en Irak, David Petraeus, sobre la situación sobre el terreno.

Bush tan sólo ha reiterado que las cosas van mejor en el país árabe, con una reducción considerable de la violencia durante el último año. Al Qaeda "ha recibo recibido un golpe duro", ha dicho Bush, que ha llamado a no bajar la guardia porque aún esperan "combates difíciles".

"Aunque el enemigo todavía es peligroso y queda trabajo por hacer, los aumentos de tropas de EE UU y de Irak han logrado resultados que muy pocos se hubiesen imaginado hace un año. Algunos pueden negar que (los aumentos de tropas) estén dando buenos resultados, pero entre los terroristas no hay dudas. Al Qaeda está en retirada en Irak y este enemigo será derrotado", ha proclamado.

La cuestión iraní

Al Gobierno de Teherán, al que Estados Unidos acusa de dar respaldo militar a las milicias chiíes en Irak, Bush le ha recordado que su país "hará frente a aquellos que amenazan a nuestras tropas, apoyaremos a nuestros aliados y defenderemos nuestros intereses vitales en el Golfo Pérsico".

El polémico programa nuclear iraní ha sido censurado de nuevo por Bush, que ha reclamado a los líderes de la República Islámica que dejen "de enriquecer material nuclear, de forma que puedan comenzar las negociaciones".

"Para reincorporaros a la comunidad de naciones, sed claros sobre vuestras intenciones nucleares y acciones pasadas, suspended la opresión en vuestro país y dejad de apoyar el terrorismo en el extranjero", les ha conminado.

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