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China lanza un ultimátum a los manifestantes del Tíbet para que se rindan

El Gobierno tibetano en el exilio sube a 100 la cifra de muertos por los disturbios de ayer.- Pekín mantiene la cifra de fallecidos en 10

China ha aumentado la presión sobre los manifestantes tibetanos y les ha dado "un plazo de rendición", después de que las peores protestas en 20 años en Tíbet dejaran ayer una decena de civiles muertos. Pekín difundió un informe sobre la cantidad de fallecidos y mostró las primeras imágenes de televisión de las manifestaciones registradas en Llasa, y ha advertido de que tomará medidas más severas para detener las protestas que han surgido a pocos meses de los Juegos Olímpicos de Pekín.

Los exiliados del Tibet residentes en la India aseguran que al menos un centenar de personas fallecieron durante los disturbios, cifra que datos oficiales del Gobierno chino reducen a tan sólo diez.

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Un alto cargo de la Oficina de Asuntos Exteriores del Tíbet ha confirmado que "ninguna de las víctimas es de nacionalidad extranjera". No obstante, la tensión de las manifestaciones pro-independentistas ha ocasionado el cierre de las fronteras para los extranjeros.

Según la agencia de noticias china Xinhua, los civiles han fallecido por balas o quemados hasta quedar calcinados. La fuente cercana al Gobierno tibetano en el exilio en India dijo que al menos cinco manifestantes murieron por disparos de soldados, y otros grupos que apoyan la independencia del Tíbet sostienen que muchos más podrían haber fallecido.

"Las autoridades del orden público en la región Autónoma del Tíbet de China emitió un aviso el sábado (...) exigiendo que los infractores se entreguen antes de la medianoche del lunes, y prometieron que se darían mitigación e indulgencia a quienes se rindan", ha informado Xinhua.

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"Los criminales que no se rindan antes de que venza el ultimátum será severamente castigados, según la ley", según reseña el sitio de internet del Gobierno tibetano, que agrega que los que se atrevan a "esconderlos o protegerlos" también enfrentan penas duras.

China ha acusado al Dalai Lama, el líder espiritual tibetano, y a sus simpatizantes de organizar las protestas y minar la imagen de armonía nacional a unos meses de albergar los Juegos Olímpicos.

Alrededor de 400 monjes y civiles, incluidos estudiantes, se concentraron en los alrededores del templo Jokhang, donde les hicieron frente a unos 1.000 policías, según Free Tibet Campaign, con sede en Londres. De acuerdo a las agencias chinas, los manifestantes atacaron oficinas del Gobierno, quemaron vehículos y lanzaron piedras a la policía en un enfrentamiento que se ha saldado con muchos heridos. Un diplomático occidental aseguró que por lo menos un policía murió en los disturbios.

"Los manifestantes querían prender fuego al edificio del Gobierno Regional Autónomo del Tíbet", señaló una fuente que pidió no ser identificada. El presidente del Gobierno tibetano, Qianba Puncog, dijo a los periodistas que la policía no disparó durante las protestas. La situación "ha vuelto a la calma", de acuerdo a la agencia Xinhua.

Tíbet ha visto periódicamente protestas desde que el Ejército chino entró en el territorio "para liberarlo" en 1950. En 1959, Pekín aplastó un levantamiento popular, y en 1989 impuso la ley marcial para frenar una serie de protestas independentistas. El actual presidente chino, Hu Jintao, era en aquel momento el máximo responsable del Partido Comunista Chino en la región.

Esta última revuelta, que comenzó el pasado lunes, ha puesto de manifiesto la fragilidad del equilibrio social en este país de 1.300 millones -donde existen 56 grupos étnicos, algunos de los cuales, como los uigures y tibetanos, sienten un fuerte rechazo hacia el control de la mayoría china-, así como la dificultad de gestionar la creciente presión a la que activistas y organizaciones no gubernamentales van a someter a Pekín los próximos meses, informa José Reinoso

Las protestas se han extendido a las vecinas provincias de Qinghai y Gansu, donde existe una importante comunidad tibetana, y cientos de religiosos de varios monasterios se han echado a la calle para pedir el regreso del Dalai Lama. Las manifestaciones recuerdan a las que tuvieron lugar contra el Gobierno en Myanmar el año pasado.

Protestas en Australia e India

Las protestas tibetanas se han extendido también a otros países. En Australia, tres personas han sido detenidas hoy después de que la policía dispersara un acto de protesta de miembros de la comunidad tibetana delante del consulado chino en Sydney, la mayor ciudad australiana. Los manifestantes lograron escalar las paredes de la sede diplomática y arrancaron la bandera china y la sustituyeron con la bandera tibetana, ha informado la televisión australiana.

En tanto, en India unos 50 tibetanos han sido detenidos hoy cuando se manifestaban frente a la Embajada de China en Nueva Delhi. Según una fuente policial, citada por la agencia PTI, los manifestantes, entre los que habían varias mujeres, intentaron entrar a la fuerza en el edificio que alberga la legación diplomática china en la zona de Chanakyapuri, donde también está la Embajada de EE UU.

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La Asamblea Nacional Popular china (ANP,Legislativo) ha nombrado a Xi Jinping, responsable de la organización de los Juegos Olímpicos de Pekín y secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh) en Shanghai, vicepresidente del país, según informó la agencia oficial Xinhua. Este nombramiento supone un espaldarazo la candidatura de Xi -uno de los nueve miembros del comité permanente del Politburó, el máximo órgano político de China- para suceder a Hu Jintao en la presidencia de China cuando éste agote su mandato en 2012.

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