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El juicio interminable de Jodorkovski

Moscú procesa al ex magnate para impedir su liberación, que debería producirse el próximo año

Pilar Bonet

Mijaíl Jodorkovski, el artífice de Yukos (la primera petrolera de Rusia, hoy arruinada), lleva casi siete años en la cárcel y debería salir el 24 de octubre de 2011. Su puesta en libertad, en vísperas de los comicios presidenciales (a principios de 2012) sería una señal sobre el rumbo del Kremlin y podría plantear problemas a Vladímir Putin, que, al margen de los jueces, es considerado el verdadero responsable de la condena de Jodorkovski a ocho años por estafa y evasión fiscal en 2005.

Formalmente, la libertad del magnate depende del proceso al que, en virtud de nuevos cargos presentados en 2007, está siendo sometido en un juzgado de Moscú junto con su asociado Platón Lébedev. "Es un absurdo jurídico perpetrado por gente que considera necesario condenar a Jodorkovski a toda costa", dice Karina Moskalenko, una de sus abogados. Se les acusa de embolsarse cerca de 900.000 millones de rublos (unos 24.000 millones de euros) producto del robo de 350 millones de toneladas de crudo obtenido entre 1998 y 2003. La defensa mantiene que la acusación contradice y solapa el primer proceso y que el "fraude fiscal" alegado entonces es incompatible con el "robo" incriminado ahora.

Como decía Stalin, "si desaparece la persona, desaparece el problema"
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En sectores liberales y entre defensores de derechos humanos, el proceso se ve como un ejemplo de la complicidad entre el poder político y el judicial. "La liberación de Jodorkovski es muy importante para mejorar el clima internacional, dar credibilidad a la modernización y atraer capital extranjero", opina Yevgueni Gontmajer, del Instituto de la modernización. Gontmajer vincula la posible candidatura de Dmitri Medvédev a la presidencia con la liberación del oligarca. "Jodorkovski saldrá al dia siguiente de que Putin pierda influencia en el poder", opina Borís Nemtsov, vicejefe del Gobierno en época de Yeltsin.

Esta semana, la defensa de Jodorkovski comenzó a presentar a sus testigos. El primero, el ex jefe de Gobierno Mijaíl Kasiánov, afirmó que hasta 2003 Yukos y otras petroleras gozaron de régimenes fiscales regionales privilegiados. También recordó que Putin y Jodorkovski se enfrentaron en 2003 cuando éste denunció como fraudulenta la compra de la compañía Severnaia Neft por la petrolera estatal Rosneft por 600 millones de dólares.

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Según Kasiánov, Putin se disgustó porque Jodorkovski, además de sufragar a la Unión de Fuerzas de Derechas y Yábloko, con el consentimiento del Kremlin, financiaba también al Partido Comunista. "Jodorkovski y Lébedev fueron arrestados por motivos políticos", opinó.

En su día, Jodorkovski desafió la política de Putin. En libertad de nuevo, puede engrosar las filas de la oposición y ser una fuente de molestos pleitos internacionales para Rusia, ya que los principales activos de Yukos fueron "fagocitados" por Rosneft con ayuda de métodos truculentos. El juez, Víctor Danilkin, no ha permitido que se citara a Putin ni a Igor Sechin, viceprimer ministro y jefe del consejo de directores de Rosneft, considerado el principal instigador contra Jodorkovski.

Encanecido y más robusto, Jodorkovski aprovechó la cárcel para escribir y reflexionar. En la provincia de Chitá, en Siberia, donde cumplió condena antes de volver a Moscú para su nuevo juicio, cosió manoplas a máquina, pero no consiguió que le rebajaran la pena a la mitad, como hubiera sido lo normal, según Moskalenko. Las autoridades penitenciarias opinaron que era "demasiado lento", sin tener en cuenta los problemas de visión que padece, señala la abogada. El régimen penitenciario que tiene en Moscú (calabozo de detención preventiva) es irregular y peor que el de Chita, señala Moskalenko, entre otras cosas por tener más restringidas las visitas familiares. Jodorkovski inició una huelga de hambre para protestar y la interrumpió al saber que el presidente Dmitri Medvédev estaba informado del caso.

Jodorkovski es orgulloso y Putin, empecinado. El jefe del Gobierno ha insinuado en público y en privado que el oligarca podría estar involucrado en asesinatos. Pero la muerte en prisión del abogado Serguéi Magnitski y de la empresaria Vera Trífonova inquieta en otro sentido. A la pregunta de si Jodorkovski podría "ser eliminado" como Magnitski (formulada por un oyente de la emisora El Eco de Moscú), el abogado Vadim Kliuvgant respondió que la defensa considera muy importante "impedir que Jodorkovski caiga en el olvido", porque si cae en el olvido, cobrará actualidad el lema de Stalin, según el cual "si desaparece la persona, desaparece el problema".

Mijaíl Jodorkovski llega al tribunal de Moscú que le juzga, el miércoles.
Mijaíl Jodorkovski llega al tribunal de Moscú que le juzga, el miércoles.REUTERS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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