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Intervención en Libia

El mando africano de EE UU dirige el ataque

La coalición internacional disfruta de ventaja aplastante sobre las fuerzas de Gadafi

Miguel González

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, fue el primero que compareció en público para anunciar el inicio de los ataques contra el régimen de Gadafi y los aviones franceses los primeros en sobrevolar suelo libio. Estados Unidos dio un paso atrás para ceder el protagonismo a una heterogénea coalición de países europeos y árabes. Incluso la OTAN, lastrada por la oposición de Alemania y Turquía, pareció ayer al margen de la primera guerra de este siglo en el norte de África.

Pero una operación militar no se improvisa en un almuerzo, por más que los mandatarios invitados al Elíseo acudieran acompañados por sus jefes militares. Por eso, la pregunta que se repetían todos los expertos en cuanto empezaron a caer bombas y volar misiles fue: "Y aquí ¿quién manda?"

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A primera hora de la noche se supo que la operación se coordinaba desde el mando estadounidense para África, el Africom, con sede en Stuttgart (Alemania). Se trata del más reciente de los mandos del Pentágono, creado en octubre de 2008 y dedicado hasta ahora a instruir a los Ejércitos africanos en la difícil lucha contra la amenaza de Al Qaeda. Nunca ha dirigido una guerra convencional, como la que hasta ahora se está desarrollando en Libia.

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Con todo, la inexperiencia no debería suponer un inconveniente grave, dada la aplastante superioridad de las fuerzas aliadas. Ayer, París envió 20 aviones de combate que actuaron en un radio de entre 100 y 150 kilómetros alrededor de Bengasi, capital de la sublevación. Está previsto que hoy zarpe desde el puerto de Toulon (Francia) el portaviones Charles de Gaulle al frente de un grupo de combate integrado por tres fragatas, un buque de aprovisionamiento y un submarino.

Estados Unidos, por su parte, dispone de cinco buques de guerra en el Mediterráneo -entre ellos, tres submarinos- y un destructor con misiles guiados, mientras que Reino Unido ha desplegado un número indeterminado de aviones de combate en Chipre y Sicilia, informa Walter Oppenheimer. El contingente más importante lo forman aviones Tornado GR4, con base en Escocia y Norfolk. Sus tripulaciones ya participaron en las guerras del Golfo (1991) e Irak (2003). Además, tiene dos fragatas frente a la costa libia.

Noruega ha ofrecido cazas F-16 y aviones de transporte Hércules, igual que Dinamarca. Canadá ha enviado ya seis cazabombarderos F-18, pero anunció que necesitaría dos días para que estén plenamente operativos.

La aportación española consiste en cuatro F-18 y un avión cisterna B-707. Además, España participará en el bloqueo naval con una fragata F-100, un submarino y un avión de vigilancia marítima.

Las bases militares italianas empezaron ayer a recibir aviones de la OTAN, mientras el Alto Estado Mayor desplegaba un millar de marinos y cerca de 200 soldados de aviación, informa Miguel Mora. La Aeronáutica Nacional puso en alerta cazas Tornado en la base de Trapani (Sicilia), una de las más cercanas a Libia, y la Marina italiana desplegó cinco buques en el Mediterráneo, entre ellos, el portaaviones Garibaldi, que se encontraba anoche en el puerto de Augusta (Sicilia).

Frente a la potencia militar de la coalición, Libia dispone de 394 aviones militares, la mayoría de ellos de fabricación rusa o francesa, y de unos 600 misiles superficie-aire; los más modernos son los del tipo SA-13, con unos 3.500 metros de alcance. Gadafi cuenta además con misiles tácticos Frog-7 y podría conservar algún Scud como los que en abril de 1986 lanzó contra la isla italiana de Lampedusa, sin causar daños.

Sin embargo, todos los expertos coinciden en que la operatividad de la aviación y del sistema de defensa aérea libios resulta muy dudosa, dado su deficiente mantenimiento. El embargo que sufrió en los años noventa dificultó a Gadafi el acceso a repuestos y esta situación apenas se compensó cuando, tras la reconciliación con Occidente, salió de compras por los mercados de armas cargado de petrodólares. A ello se suma la desconfianza del líder libio hacia su Ejército regular, en favor de su guardia pretoriana, y la división que ha producido la actual sublevación en el seno de las Fuerzas Armadas.

Los mismos expertos concluyen que medidas activas de guerra electrónica podrían bastar para desarticular buena parte del sistema de mando y control de Gadafi. Pese a ello, EE UU y Reino Unido lanzaron ayer más de 110 misiles Tomahawk. Para curarse en salud.

Libia, lo contrario a Irak

- En contra del criterio del PP, en 2005, el Gobierno de Zapatero aprobó la Ley Orgánica de Defensa, que obliga al Ejecutivo a someter a consulta previa del Congreso el envío de tropas al exterior. Desde ese momento, el Ejecutivo pide autorización al resto de formaciones políticas antes de decidir participar en una nueva misión o aumentar el contingente de una ya existente. Este es un repaso a las principales misiones en las que ha participado España y la legitimidad política e internacional con la que contaban.

- Bosnia (UNPROFOR, IFOR, SFOR, EUFOR Althea, 1999-2010). La primera misión en la que participó España en Bosnia, UNPROFOR, partió en 1992 de Naciones Unidas. En 1995, la ONU traspasó el control de la misión a la OTAN. En diciembre de 2004, la UE lanzó su operación EUFOR Althea también al amparo de una resolución de la ONU.

- Afganistán (ISAF y Libertad Duradera, 2001). El Gobierno de José María Aznar aprobó en Consejo de Ministros el envío de tropas a Afganistán. España participaba en este país en dos operaciones: ISAF y Libertad Duradera. La primera se basaba en una resolución de la ONU similar a la aprobada para Libia. Países como Turquía y Reino Unido fueron relevándose al mando hasta que lo asumió la OTAN. Libertad Duradera era una misión liderada por EE UU. En julio de 2004 el Consejo de Ministros decidió dejar de participar en ella.

- Irak ('Coalición de Voluntarios', 2003). En 2003, Aznar aprobó en Consejo de Ministros el envío de tropas a Irak. No había resolución de Naciones Unidas, como en el caso de Afganistán, ni tampoco intervención de la OTAN. La operación en Irak era una 'Coalición de Voluntarios', como la denominó el entonces presidente estadounidense, George W. Bush. El Gobierno de Aznar no consultó al Congreso. La mayoría de los españoles se oponían, como reflejaron en encuestas y manifestaciones.

- Líbano (FINUL, 2006). El Gobierno decidió participar en esta misión creada por la ONU en 2006 y que hoy lidera un español, el general Asarta. El Ejecutivo lo consultó antes al Congreso, que aprobó por unanimidad el envío de 1.100 militares.

- Somalia (Atalanta, 2009). El Gobierno pidió autorización al Congreso para participar en esta misión de la Unión Europea contra la piratería en el Índico. En este caso, la UE se basó también en una resolución de la ONU.

- Libia (2011). Con resolución de la ONU, y tras aprobarlo en Consejo de Ministros, el Gobierno pedirá autorización al Congreso el martes para enviar casi 500 militares españoles a Libia.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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