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Los pasajeros de un avión detienen a un terrorista con una bomba en el zapato

EE UU confirma que el suicida llevaba explosivos que no fueron detectados en Francia

El FBI interrogaba ayer al hombre que el sábado amenazó con volar un avión de American Airlines, que se dirigía hacia Miami, con un artefacto casero disimulado en su zapato. El sospechoso, que viajaba con un pasaporte británico, fue neutralizado por los propios pasajeros y entregado a las autoridades de Boston, donde el aparato realizó un aterrizaje de emergencia escoltado por cazas norteamericanos F-15. Fuentes policiales indicaron que las zapatillas de deporte del presunto terrorista contenían explosivos que pasaron inadvertidos en los controles de seguridad.

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El Boeing 767 de American Airlines, con 185 pasajeros y 12 miembros de la tripulación, volaba desde París hacia Miami cuando ocurrió el incidente.

El calzado fue examinado por rayos X, dijo la portavoz de la Autoridad Portuaria de Massachusetts. En el tacón tenía dos agujeros, algo que se parecía a un alambre detonador y una sustancia que podría ser C-4, un explosivo plástico militar, blanquecino, fácil de malear y que estalla al encenderse. El sospechoso tenía suficiente material como para causar 'bastante daño'. Este mismo tipo de explosivo fue utilizado en el atentado contra un destructor norteamericano en Yemen, en octubre de 2000, que ha sido atribuido a Al Qaeda, publicó ayer The New York Times.

El sospechoso, que está en manos del FBI, llevaba un pasaporte británico, quizás falso, emitido hace tres semanas en Bélgica a nombre de Richard Colvin Reid. Un portavoz del Ministerio francés de Interior, aseguró citando fuentes norteamericanas, que el hombre, de unos 28 años, tiene nacionalidad srilankesa, y se llama Abdel Rahim. Otros informes afirman que su nombre es Tariq Raja. Scotland Yard confirmó, sin embargo, la autenticidad del pasaporte inglés.

Se desconoce por ahora si actuó solo o forma parte de una trama organizada. Al parecer, informó ayer la agencia France Presse, el sospechoso intentó embarcar en ese mismo vuelo el viernes por la noche desde París, pero fue rechazado por razones desconocidas.

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En el avión todo ocurrió muy deprisa. 'La acción heroica pudo salvar las vidas de las casi 200 personas del vuelo 63', dijo la gobernadora de Massachusetts, Jane Swift. Dos horas antes de llegar a la costa de EE UU una azafata notó un olor a azufre, parecido al de una cerilla. Se acercó al sospechoso, sentado cerca del ala, en clase turista, y vio cómo intentaba encender su zapatilla de deporte de la que sobresalían cables. Pidió inmediatamente ayuda. 'Oí a una mujer gritar socorro', contó uno de los testigos presenciales, un cámara francés, Thierry Dugeon. 'Me acerqué corriendo, pero ya había gente luchando contra ese tipo. Muchos intentaban sujetarle. Intentamos atarle las manos'.

El sospechoso, que mide más de 1,90, resistió todo lo que pudo. 'Parecía poseído', dijo uno de los pasajeros. En la pelea mordió incluso a uno de los asistentes de vuelo, que luego fue atendido en un hospital en Boston. 'Antes de ser neutralizado dijo que estaba conectado' a una bomba, contó luego en una rueda de prensa posterior Thomas Kinton, el director interino de la Autoridad Portuaria de Boston. El presunto terrorista también habría reiterado amenazas en inglés al ser neutralizado -'ya veréis, ya veréis'- que luego repitió al ser entregado a la policía.

Los voluntarios consiguieron maniatarle con cinturones. Dos médicos que viajaban en el avión le inyectaron un sedante del botiquín de a bordo. El incidente pasó desapercibido para el resto de los pasajeros. Muchos pensaron simplemente que alguien se había tomado unas copas de más. El vuelo transcurrió sin problema. El Boeing, escoltado por los F-15, aterrizó en el aeropuerto Logan a la una de la tarde hora local.

Según los testigos, además del pasaporte británico, también se encontraron dos cintas en los bolsillos del sospechoso que fueron entregadas al piloto. Después del susto todos los pasajeros volaron finalmente en la noche del sábado hacia su destino final, Miami.

Un agente del FBI escolta al supuesto terrorista suicida (derecha).
Un agente del FBI escolta al supuesto terrorista suicida (derecha).ASSOCIATED PRESS

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