_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Nueve preguntas y media para los candidatos británicos

Los tres candidatos, durante el primer debate electoral.
Los tres candidatos, durante el primer debate electoral.EFE

En el segundo capítulo del reality show de la campaña británica, puede que el estilo sea más importante que la sustancia, pero, aun así, necesitamos algunas respuestas

Lo importante son los ojos. Y la nariz. Y los gestos de la mano, el lenguaje corporal, la forma de mirar a la cámara de televisión, la percepción de que un recién llegado poco conocido está desafiando a los "viejos partidos": todo, menos el contenido de sus políticas. Por eso, nos dicen, es por lo que Nick Clegg ganó el primer asalto e infundió vida a toda la campaña.

Lo mismo sucederá, todavía con más razón, en el debate de esta noche, porque, con la sola excepción de Europa, las diferencias entre ellos respecto a la política internacional son asombrosamente mínimas. De modo que esta noche lo importante, más que lo que digan, será cómo lo dicen. ¿Se mantendrá Clegg, volverá Cameron, resistirá Brown ? Es un reality show, al fin y al cabo. Las palabras son lo de menos.

Más información
El 'efecto Clegg' amenaza los dominios de Glenda Jackson
Cameron pide un Gobierno fuerte para evitar al FMI
El segundo debate deja más abierta que nunca la carrera electoral británica

Por supuesto, los laboristas y los conservadores votaron a favor de la guerra de Irak y los demócratas liberales en contra. Eso sigue siendo importante. Los tories y los laboristas quieren que el programa Trident se renueve pieza por pieza, y los demócratas liberales no. En lenguaje de campaña, se acusará a estos últimos de querer "abandonar nuestro medio de disuasión nuclear", pese a que, en realidad, están dispuestos a prolongar la vida del sistema Trident actual al tiempo que lo colocan sobre la mesa de las negociaciones multilaterales de desarme nuclear organizadas por Obama. Y cuatro ex altos jefes del ejército acaban de decir que el futuro de nuestra disuasión nuclear debe formar parte de cualquier revisión de la defensa estratégica.

Clegg y Brown pueden intentar ganar puntos a costa del poco diplomático desliz de Cameron en el debate de la semana pasada, cuando mencionó el ascenso de China como uno de los motivos por los que Gran Bretaña debe mantener su instrumento de disuasión nuclear. Cameron y Clegg quizá quieran sacar provecho, contra Brown, de la posible complicidad del MI5 en las torturas y de lo mal equipadas que están nuestras tropas. Tal vez haya sus más y sus menos sobre el calendario de retirada de Afganistán.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Las verdaderas diferencias políticas serán mucho menores de lo que los aspirantes a primer ministro querrán hacer ver. Se hará una montaña de un grano de arena. Hasta el programa conservador pide "una política exterior conservadora liberal". "Siempre defenderemos los valores liberales", dice, los derechos humanos universales, la democracia y el gasto del 0,7% de la renta nacional en ayuda al desarrollo. En Gran Bretaña, hoy, todos somos liberales.

Excepto al hablar de Europa. Aquí, Cameron se enfrenta a una delicada decisión táctica. Desde luego, está desesperado por recuperar a los votantes conservadores liberales que se han alejado de su partido y están pensando en apoyar a los demócratas liberales. Para ello, sus tres principales bazas son seguramente la inmigración, Europa y los temores de que haya un parlamento sin mayoría. La inmigración es el as de bastos. Europa es el rey, pero puede acabar siendo el comodín. Sí, seguramente puede sacar ventaja a Clegg y Brown si los pinta como unos eurófilos blandengues: puede que no emplee la expresión "monos derrotistas aficionados al queso", pero sí las palabras que ha utilizado Boris Johnson: "fetichistas que adoran Europa y los obstáculos". Existen sin duda numerosas citas de Clegg sobre el euro que pueden sacarse en cualquier momento para avergonzarle. Eso podría devolver a unos cuantos conservadores descarriados al redil.

Pero hablar demasiado de Europa acarrea todos los riesgos que han hecho que los conservadores, hasta ahora, hayan querido quitar importancia al tema. Las protestas sobre Europa son lo que les ha hecho perder elecciones en otros momentos. Recuerdan a los votantes, aunque sea de forma subliminal, los viejos tiempos de Thatcher, Tebbitt y compañía. Son lo opuesto al mensaje de "cambio" que quieren transmitir. Tienen el peligro de dejar al descubierto las grietas que han tratado de tapar. Recordemos que, en una encuesta realizada el año pasado, el 43% de los candidatos conservadores estaban en favor o de la retirada total de la UE o de una renegociación exhaustiva del lugar que ocupa Gran Bretaña en ella. La pregunta más difícil de responder para Cameron y Hague es ésta: si la UE es tan mala, ¿por qué quieren quedarse en ella? Si se habla demasiado de Europa, algunos de sus votantes pueden acabar pasándose al UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido).

Harán falta, por tanto, preguntas mordaces del público en el estudio y del presentador de Sky News para sacar a relucir las auténticas diferencias entre los partidos y los asuntos que verdaderamente importan para el futuro papel de Gran Bretaña en el mundo. He aquí 10 entre las que pueden escoger.

1. Si hubiera sabido entonces lo que sabemos ahora, ¿habría aprobado usted la guerra en Irak ? David Miliband respondió con un "no" categórico a esta inteligente pregunta de Andrew Neill en un debate celebrado en BBC 2 entre los tres aspirantes a ministro de Exteriores. Estaría bien que Brown y Cameron lo dijeran con claridad y detallaran las lecciones aprendidas.

2. ¿Deberíamos llevar a cabo una investigación judicial independiente sobre la posible complicidad de los servicios británicos de inteligencia y seguridad en las torturas ? La respuesta es sí.

3. ¿Cuántos días debería estar autorizado tener a la gente detenida sin juicio? Es una cuestión relacionada con las libertades civiles además de la seguridad. Permite que los líderes expliquen cómo lucharían contra el terrorismo tanto en nuestro país como en el extranjero.

4. ¿Le interesa a Gran Bretaña permanecer en la Unión Europea tal como es hoy? En este tema, Cameron quiere repicar y andar en la procesión. Las últimas cuatro palabras son cruciales, porque "tal como es hoy" significa con arreglo al tratado de Lisboa. Los conservadores dicen que quieren recuperar poderes cedidos a la UE en materia de justicia penal y legislación social y laboral, además de obtener "garantías" sobre la Carta de los Derechos Fundamentales. (Una pregunta suplementaria para Cameron: ¿Qué haría si nuestros socios en la UE ofrecieran sólo una parte mínima e insignificante de esos poderes ya cedidos?)

5. (A Cameron) ¿Cómo puede combatir el terrorismo, el crimen y la inmigración ilegal con eficacia si se retira de Europol, Eurojust y las otras noventa y tantas formas de cooperación europea en este ámbito? Los tories más veteranos reconocen que tienen una contradicción en ese sentido. Tras los atentados del 7-J en Londres, los mejores investigadores de Europol dejaron todo lo que tenían entre manos para ponerse a buscar vínculos con los terroristas que los habían cometido. Se consiguió la extradición de uno de los conspiradores, que estaba en Italia, gracias a una Orden Europea de Detención. Hasta ahora, Gran Bretaña ha ayudado a construir una "zona de parachoques" europea, que refuerza nuestra seguridad interior. Los dos objetivos de los conservadores en este aspecto chocan entre sí.

6. ¿Sobre qué cuestión europea deberíamos hacer un referéndum? Una buena oportunidad para que todos saquen su tenderete, incluidos los conservadores con su "cláusula del referéndum obligatorio" para cualquier futura transferencia de poderes o competencias (defina, por favor, ¿cómo de grandes o pequeñas?) a la UE y los demócratas liberales con su propuesta de un referéndum sobre la propia permanencia en la Unión. (Rápida pregunta suplementaria a Cameron: Si celebrásemos ese referéndum sobre si Gran Bretaña debe permanecer en la UE tal como es hoy, ¿qué pediría a la gente que votase? ¿"Sí" o "no"? Una pregunta sencilla. Responda con una sola palabra, por favor.)

7. ¿Debe Gran Bretaña incorporarse al euro? Aquí, Clegg a la palestra.

8. ¿Ha tenido Gran Bretaña una actitud demasiado servil respecto a Estados Unidos en el último decenio? Aquí los dirigentes podrían decir lo que piensan sobre nuestra alianza con Estados Unidos y, al mismo tiempo, denunciar un problema genuino del periodo Blair-Brown.

9. ¿Puede explicar con pocas palabras cuál cree que debe ser el papel de Gran Bretaña en el mundo? "Un núcleo mundial", me dijo Miliband cuando hice esta pregunta a los tres posibles ministros de Exteriores. William Hague: "Estoy buscando una palabra mejor que núcleo... Desde luego, es un centro con muchos radios que salen de él..." (O sea, un núcleo). "El gran engatusador", dijo el demócrata liberal Ed Davey.

9 y media. ¿Puede deletrear Eyjafjallajökull ?

Timothy Garton Ash es catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford y investigador en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford. Su último libro es Facts are Subversive: Political Writing from a Decade Without a Name. Web: www.timothygartonash.com.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_