_
_
_
_
_
Ola de cambio en el mundo árabe | Revuelta popular en Libia

Los rebeldes se acercan a Trípoli y se organizan en un Consejo Nacional

La oposición libia toma el control de Zauiya, a 50 kilómetros de la capital, y anuncia que pretende "dirigir el proceso de transición".- ACNUR alerta de la emergencia humanitaria tras la huida de 100.000 personas por las fronteras de Túnez y Egipto

Avance del levantamiento popular en Libia.
Avance del levantamiento popular en Libia.AGENCIAS / EL PAÍS

Mientras en las zonas liberadas del este de Libia civiles y militares tratan de organizarse para formar un Gobierno provisional y aumenta la presión internacional contra el régimen de Muamar el Gadafi con la aprobación de sanciones en el Consejo de Seguridad, en el oeste los combates siguen abiertos. Los opositores han tomado el control de Zauiya, a tan solo 50 kilómetros al oeste de Trípoli, después de una noche de enfrentamientos con las fuerzas leales al dictador, aunque la ciudad está rodeada de tanques. Otras fuentes aseguran que también Misrata, la tercera ciudad del país, a unos 200 kilómetros al este de la capital, ha sido liberada. Gadafi trata ahora de defender el siguiente objetivo militar de los rebeldes, su ciudad natal, Sirte, al este de la capital, hacia donde ha dirigido tropas, mientras que ha armado a sus seguidores en Trípoli. Mientras, las fuerzas de la oposición libias han anunciado ya su intención de crear un Consejo Nacional con representantes de todas las zonas liberadas del país, según ha informado uno de sus portavoces políticos. Abdelhafiz Hoga, portavoz de la denominada Coalición Revolucionaria del 17 de Febrero, afirmó en Bengasi -la segunda ciudad del país y controlada por la oposición- que la misión de ese consejo será "dirigir el proceso de transición".

El tirano aparece en la plaza Verde con su tercer discurso en una semana
Los escasos testimonios de la represión surgen de las redes sociales
Más información
Zapatero propone un 'plan Marshall' para el Magreb
La ONU pedirá a La Haya que juzgue a Gadafi por crímenes de guerra
Al menos dos muertos en Omán tras las nuevas protestas
En la frontera hasta el amanecer
Gadafi desafía a la ONU y rechaza la acusación de crímenes de guerra
EE UU establece contacto con los rebeldes y les ofrece "todo tipo de ayuda"
Crisis humanitaria en la frontera de Libia con Túnez
Las diplomacias de Londres y París respaldan el liderazgo rebelde
Ministros libios negocian una salida a la guerra en Túnez
Libia se desangra

"No es un Gobierno de transición, se trata de un Consejo Nacional que tendrá su sede en Bengasi, porque Trípoli no está liberada", ha agregado el portavoz de la coalición, que coordina las acciones políticas en las distintas ciudades ocupadas por los opuestos a régimen de Muamar el Gadafi. Hoga no ha precisado quién será el presidente de ese órgano ni por cuántos miembros estará integrado, pero ha señalado que el consejo está ahora en proceso de formación y que incluirá a representantes de todas las ciudades.

La oposición libia se ha asegurado el control del tercio oriental de Libia, incluida Bengasi, la segunda ciudad más importante del país, aunque también controla otras localidades más próximas a Trípoli, donde tiene su feudo Gadafi. "Una vez que los consejos locales hayan conseguido establecer la seguridad en las distintas ciudades liberadas, el Consejo Nacional tendrá una labor política y se encargará de dirigir el proceso de transición", ha agregado el portavoz revolucionario.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Hoga también se ha referido al anuncio realizado anoche por el ex ministro de Justicia Mustafa Abdulyalil, quien afirmó que la oposición formará un gobierno de unidad nacional integrado por civiles y militares, y anticipó elecciones en tres meses. "Es responsable de lo que dice, es su punto de vista, no el de la coalición", ha matizado el portavoz, desmarcándose claramente de la iniciativa lanzada por Abdulyalil, quien renunció como titular de Justicia por la represión sangrienta de las protestas populares. "¿Cómo se van a hacer elecciones en tres meses si Trípoli no está liberado?", se ha preguntado. "Esa será una cuestión que se analizará más adelante", ha insistido Hoga.

Zauiya, liberada y a la espera de nuevos ataques

"Ésta es nuestra revolución", coreaban a mediodía miles de personas en el centro de Zauiya, donde edificios y coches quemados, así como paredes agujereadas a balazos daban testimonio de la violencia de los últimos días. Un hombre, Mustafá, afirmaba que siete personas han muerto y otras muchas habían resultado heridas en los enfrentamientos de anoche con fuerzas de seguridad leales al dictador. "Pero Zauiya es libre como Misrata y Bengasi. Gadafi está loco. Su gente nos disparaba con lanzagranadas", aseguraba.

Lo cierto es que la oposición libia ha tomado el control de Zauiya aunque la ciudad está rodeada por tropas leales a Muamar el Gadafi y se teme un próximo ataque, según ha informado la cadena Al Yazira. "Esperamos un ataque en cualquier momento", ha dicho telefónicamente a la cadena una persona identificada solo como Ezeldina, residente de esa ciudad.

Grupos opuestos al régimen de Gadafi han protagonizado manifestaciones en las últimas jornadas y han llegado a controlar algunos sectores de la ciudad. Según el residente, las fuerzas de la oposición cuentan con varios tanques tripulados por militares que han roto con el régimen, pero también ha admitido que hay otras unidades blindadas leales a Gadafi a las afueras de Zauiya. "Estamos formando grupos (de defensa), haciendo rondas continuamente, pero los esperamos en cualquier momento", ha agregado Ezeldina, que ha asegurado que hablaba desde la Plaza de los Mártires de esa localidad.

Otros testigos consultados por la cadena Al Arabiya también han confirmado que las tropas leales a Gadafi quieren recuperar Zauiya porque en esa ciudad se encuentra Mesfat Alzauiya, una de las explotaciones de petróleo más importantes del país.

Pero por el momento la bandera roja, verde y negra, que han tomado como símbolo los rebeldes, ondea en edificios del centro de la localidad. En los enfrentamientos de anoche, mercenarios pro-Gadafi atacaron la ciudad petrolera causando más de 50 heridos. Un médico de una clínica provisional instalada en la mezquita de la ciudad relataba que 24 personas han muerto en los choques de los últimos tres días, y que escasean víveres y medicinas. El pequeño parque junto a la plaza principal se ha convertido en improvisado cementerio.

La entrada en Zauiya de periodistas extranjeros, entre ellos los de Reuters y France Presse, es el ejemplo más absurdo de la guerra de propaganda emprendida por el régimen libio. Conducidos por las autoridades libias a la ciudad para mostrarles cómo las fuerzas leales a Gadafi aún la controlaban, los reporteros se han encontrado con que los rebeldes habían tomado el mando, aunque los tanques que rodean la localidad hacen temer un ataque. Ayer, el propio Saif el Islam, hijo de Gadafi, ejerció de guía para los periodistas en una visita a una Trípoli en la que aparentemente no pasaba nada.

Ofensiva del régimen

Consciente de que la capital es el último agujero en el que su régimen puede respirar, Gadafi ha decidido armar a sus fieles para librar la última batalla. Sin apenas ejército, el dictador solo tiene a los seguidores de su bandera verde, la de la revolución que él inició en 1969. Hasta el mismísimo primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien fuera el principal aliado del régimen en Europa, afirmó ayer que el dirigente libio "ya no tiene el control", mientras que el ministro de Exteriores, Franco Frattini, ha dicho hoy que la "salida de Gadafi es inevitable".

Aunque según los testigos contactados por EL PAÍS la situación en la capital permaneció anoche en relativa calma y ha amanecido de la misma forma, tras la aprobación de la resolución de condena en el Consejo de Seguridad de la ONU, la amenaza de una matanza pende sobre los habitantes de Trípoli. El arsenal de la ciudad está ahora a disposición de aquellos que quieran hacer la guerra por su cuenta contra sus propios vecinos, levantados en sus barrios contra Gadafi. Solo las fuerzas rebeldes, una mezcla de ciudadanos armados con piedras, soldados y militares en la reserva que avanzan lentamente por los flancos este y oeste, pueden impedirlo. Pero no lo tienen nada fácil, las fuerzas leales de Gadafi aún bloquean aquellos que vienen del este en la zona de Sirte, la ciudad natal del dictador, y controlan las carreteras de acceso a Trípoli por el oeste.

Es precisamente Sirte, a medio camino entre Trípoli y Bengasi, el siguiente objetivo militar de los rebeldes. Para defender esta ciudad, la radio de Bengasi informa de que Gadafi dirige a sus tropas a la franja entre Misrata y Sirte, según han escuchado testigos en la capital.

Los líderes rebeldes acantonados en el este del país aseguran que las fuerzas leales al régimen apenas controlan ya el 15% del territorio. "Gadafi está viviendo los últimos momentos y esperamos el final de su régimen en los próximos días", dijo ayer en Bengasi Fathi Tarbul, un abogado de 39 años cuya detención el pasado 15 de febrero fue el detonante del levantamiento popular contra el dictador.

Emergencia humanitaria

Miles de extranjeros siguen intentando huir del país, por tierra, mar y aire. En las fronteras de Túnez y Egipto, los organismos internacionales alertan del éxodo que la represión de las revueltas ha causado y de la emergencia humanitaria causada por la acumulación de refugiados en las fronteras. Unos 100.000 trabajadores inmigrantes han huido del país en los últimos días, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 40.000 por la frontera tunecina y 55.000 por la egipcia.

Más de 10.000 personas, la mayoría egipcios, huyeron ayer de Libia por el paso de Ras el Ajdir, en la frontera con Túnez, según la Cruz Roja local, que habla de una "crisis humanitaria" y pide ayuda para gestionarla. Según las cifras del Gobierno tunecino, desde el pasado día 20, 40.000 personas han atravesado esta frontera, de ellas, 18.000 tunecinos, 15.000 egipcios, 2.500 libios y 2.000 chinos. Mientras que muchos tunecinos y chinos regresan desde aquí a lugares de origen, la peor parte se la llevan los egipcios, atrapados en una especie de tierra de nadie, que incluso se han manifestado porque se sienten abandonados por su Gobierno. En el lado egipcio, las autoridades calculan que 55.000 personas han cruzado la frontera desde el día 19, de ellas, 46.000 egipcios, 2.100 libios y unos 6.900 de diversas nacionalidades, especialmente asiáticos.

Según las primeras estimaciones de un equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que ayer pudo entrar en territorio libio, la ciudad de Bengasi necesita cirujanos y medicinas pero no comida. Otra de las preocupaciones es la falta de enfermeras en los principales hospitales de la ciudad, dado que la mayoría de ellas eran extranjeras que han sido evacuadas por sus respectivas embajadas. Un grupo de doctores, encargado de la coordinación en la ciudad, han registrado 256 muertos y más de 2.000 heridos desde que comenzaron las protestas.

Por su parte, EE UU ya se ha puesto en contacto con los rebeldes del este y está dispuesto a proporcinar todo tipo de ayuda, según ha admitido Hillary Clinton. La secretaria de Estado norteamericana ha confirmado el inicio de los contactos con la oposición de Libia. "Estamos iniciando contactos con diversos libios en el este al mismo tiempo que la revolución está desplazándose hacia el oeste", ha declarado Clinton. "Es demasiado pronto para saber cómo se van a desarrollar los acontecimientos", ha añadido, antes de partir hacia Ginebra para participar en una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en el que se abordará la situación en Libia.

Un residente de Zawiya (50 kilómetros al oeste de Tripoli), que forma parte del levantamiento contra Gadafi, empuña sus armas en medio de la calle de la ciudad.
Un residente de Zawiya (50 kilómetros al oeste de Tripoli), que forma parte del levantamiento contra Gadafi, empuña sus armas en medio de la calle de la ciudad.BEN CURTIS (AP)
La tranquilidad que se respira en la frontera entre Egipto y Libia contrasta con la avalancha humana que se ha deplazado hasta el paso para cruzar a Túnez intentando huir de la represión de las tropas de Gadafi.
La tranquilidad que se respira en la frontera entre Egipto y Libia contrasta con la avalancha humana que se ha deplazado hasta el paso para cruzar a Túnez intentando huir de la represión de las tropas de Gadafi.BERNARDO PÉREZ

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_