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Crisis en Teherán

El régimen de Irán provoca a Occidente

Decenas de estudiantes asaltan la Embajada y otras legaciones de Reino Unido - Los jóvenes radicales protestan por las nuevas sanciones económicas a Teherán

Ángeles Espinosa

Decenas de estudiantes radicales iraníes atacaron ayer dos recintos de la Embajada del Reino Unido en Teherán, según difundió con profusión la televisión estatal. Lo que iba a ser una mera manifestación de repulsa contra las "políticas hostiles del Londres" degeneró sin embargo en una batalla campal cuando los estudiantes se negaron a desalojar el lugar. La policía utilizó gases lacrimógenos y rescató a seis empleados que los asaltantes pretendían tomar como rehenes, pero algunos de ellos se negaron a abandonar uno de los recintos diplomáticos. El incidente, el último de un crescendo de declaraciones y medidas contra la representación británica, escenifica el malestar del régimen iraní por las nuevas sanciones económicas para castigar su programa nuclear y con su creciente aislamiento internacional.

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"Algunos estudiantes y gente normal han vuelto a irrumpir en el recinto británico", informaba la agencia Fars a primeras horas de la noche en referencia a la sede de la Embajada en el centro de Teherán. Según esta agencia, el gobernador de Teherán, Morteza Tamadon, se había desplazado al lugar para "tratar de calmar a los estudiantes". "No vamos a irnos hasta que no recibamos órdenes directas del líder supremo", aseguraban los atrincherados citados por los medios locales. "La policía ha lanzado gases lacrimógenos y atacado con violencia a los estudiantes que permanecían en el interior de la embajada", aseguró poco antes Fars.

En medio de gritos de "muerte a Inglaterra" y "fuera el embajador", centenares de manifestantes, que los medios iraníes identificaron como "estudiantes basiyíes", se congregaron a las dos de la tarde ante la sede de la Embajada, en la céntrica calle de Ferdowsi. Varias decenas de ellos escalaron el muro que rodea el recinto ante la pasividad de los policías que montaban guardia. La televisión iraní mostró en directo cómo algunos de ellos rompían los cristales de la Cancillería y arrojaban objetos por las ventanas. Según la agencia Mehr, también arrancaron la bandera británica, la quemaron y la remplazaron con una enseña iraní.

Los basiyíes, literalmente movilizados, son una organización a medio camino entre milicia y hermandad, a la que suelen afiliarse los iraníes más adeptos al régimen. Desde la controvertida reelección de Mahmud Ahmadineyad como presidente en 2009, los basiyíes pasaron a depender orgánicamente de los Pasdarán, el poderoso ejército paralelo del régimen. De ahí que algunos observadores hayan querido ver la mano de ese cuerpo en la acción de hoy.

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Cuando la policía estimó que los jóvenes ya habían venteado su frustración, trató de dispersarles. Los más exaltados se trasladaron al jardín de Golhak, al norte de Teherán, donde la Embajada británica mantiene un segundo recinto que en tiempos fue residencia de verano del embajador y sobre el que el Gobierno iraní reclama la propiedad desde hace años. Según la agencia oficial de noticias iraní, IRNA, los atacantes se apropiaron de "documentos secretos" e intentaron tomar rehenes. "La policía ha liberado a seis personas que trabajaban para la Embajada británica en el jardín de Golhak", anunció Fars.

Los graves incidentes, que motivaron una queja del Foreign Office, culminan la escalada iraní contra el Gobierno británico a raíz de que prohibiera los intercambios financieros con instituciones iraníes, incluido el Banco Central. Londres se sumaba así a las nuevas sanciones propuestas por EE UU tras el último informe de la agencia nuclear de la ONU. En consecuencia, el Parlamento iraní aprobó el domingo una ley que rebaja las relaciones diplomáticas con Reino Unido a nivel de encargado de negocios y prevé la expulsión de su embajador en un plazo de dos semanas. Con inusual rapidez, el Consejo de Guardianes (una especie de Cámara alta designada) ratificó ayer esa decisión.

El desencuentro entre Irán y Reino Unido se remonta a la segunda mitad del siglo XIX cuando Londres y Moscú dividieron Persia en zonas de influencia para repartirse los beneficios del comercio. A pesar del antiamericanismo de póster que el régimen islámico exhibe desde la revolución de 1979, los iraníes recelan sobre todo de los británicos a los que, según su orientación política, responsabilizan del triunfo de Jomeini o de tratar de obstaculizarlo. Más recientemente, los diputados iraníes llevaban barajando la idea de rebajar las relaciones con Londres desde las protestas contra la reelección de Ahmadineyad, en las que muchos vieron una mano negra británica.

Estudiantes radicales iraníes entran en el recinto de la Embajada de Reino Unido en Teherán.
Estudiantes radicales iraníes entran en el recinto de la Embajada de Reino Unido en Teherán.REUTERS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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