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El régimen cubano reconoce la mediación de la Iglesia

Fariñas aprueba la intervención eclesiástica "si es imparcial"

El Gobierno de Raúl Castro ha reforzado a la Iglesia cubana como posible mediadora para solucionar conflictos, como el de la liberación de los presos políticos enfermos o la huelga de hambre del disidente Guillermo Fariñas. Por segundo día consecutivo, el diario Granma publicó una información con foto del arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, después de reunirse, el miércoles, con el presidente cubano .

Ortega convocó el jueves una conferencia de prensa para informar sobre su encuentro con Castro, el cual, dijo, abre un periodo "distinto y novedoso" en las relaciones con el Estado e incluye un proceso de diálogo, todavía incipiente, que podría permitir la liberación de los opositores presos más enfermos.

Más información
Castro habla con el cardenal Ortega sobre la liberación de presos políticos

Granma también anunció la visita que realizará a la isla Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, el próximo 15 de junio, invitado por la Iglesia y el Gobierno cubano, para participar en las jornadas que conmemoran los 75 años de las relaciones entre La Habana y la Santa Sede.

Hasta ahí nada extraordinario. Sin embargo, el diario oficial publica un comunicado de la Iglesia, que dice textualmente: "La visita de monseñor Dominique Mamberti no está relacionada con las gestiones que en las últimas semanas ha hecho la Iglesia en Cuba ante las autoridades del país a favor de los presos y las Damas de Blanco". Esto, en el órgano portavoz del Partido Comunista, no es ninguna casualidad y refuerza el nuevo papel e influencia de la Iglesia.

Durante la conferencia de prensa, Ortega dejó claras dos cosas: que las conversaciones entre la Iglesia y el Estado son "entre cubanos", lo que puede permitir negociaciones o mediaciones imposibles para un Gobierno extranjero; y que lo sucedido el miércoles representa un reconocimiento del Gobierno a "la Iglesia de Cuba". De los resultados de sus gestiones ante Raúl Castro, sobre la liberación de los opositores y el caso de Fariñas, fue muy discreto, como correspondía: no existe ningún "compromiso", dijo, pero las conversaciones seguirán y el comienzo a su juicio ha sido "magnífico". De posibles excarcelaciones y fechas tampoco quiso hablar, se limitó a decir que el asunto se trata "seriamente" y que la Iglesia "aspira" a que se produzcan las liberaciones.

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El cardenal también se refirió al caso de Fariñas, en huelga de hambre desde el pasado 25 de febrero en demanda de la excarcelación de 26 presos enfermos. Según Ortega , la Iglesia no ha visitado al opositor "para pedirle que deje la huelga de hambre", sino para que "confíe" en que una gestión eclesiástica "quizás pudiera" lograr los objetivos que persigue con su ayuno. Fariñas fue informado de la eventual mediación eclesiástica, a la que no puso objeción, aunque la única condición que puso fue que su participación fuese "imparcial".

Raúl Castro saluda a Dionisio García ante el cardenal Jaime Ortega.
Raúl Castro saluda a Dionisio García ante el cardenal Jaime Ortega.EFE

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