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"Si sales a la calle, te conviertes en objetivo"

Médicos Sin Fronteras denuncia que los combates en Abiyán les impiden atender a heridos, operar las ambulancias y suministrar medicamentos

La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) denuncia que los combates en Abiyán, hacen muy peligroso cualquier desplazamiento por la ciudad, les impide atender a las decenas de heridos que los enfrentamientos producen cada día y recibir en su hospital Abobo Sud los medicamentos que precisan para hacerlo. "La calle está llena de hombres armados y no sabemos quién es quién". Además de no ser capaces de atender a los heridos que no puedan llegar por sus propios medios al centro, advierten de que "si esto continúa, en 48 horas como máximo el hospital se quedará sin anestesia, compresas estériles y guantes quirúrgicos", según relata por teléfono desde Abiyán el doctor Salha Issoufou, jefe de la misión de MSF en la capital económica de Costa de Marfil. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha informado también de que decenas de personas han muerto en los últimos días en los combates en Abiyán entre las fuerzas leales al presidente Lauren Gbagbo, que se niega a aceptar su derrota en las elecciones, certificada por la ONU, y los del vencedor de los comicios, Alassane Ouattara.

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Según denuncia el doctor Issoufou en conversación telefónica desde Abiyán, uno de sus equipos lleva "cinco días trabajando, 24 horas al día" en el hospital de Abobo Sud, entre otras cosas porque la caótica situación en la ciudad impide a los médicos salir de allí o la llegada de relevos. Como informa, están atendiendo, junto con las autoridades sanitarias marfileñas, a entre 30 y 40 heridos diarios alcanzados por disparos o explosiones, pero solo a los que llegan por sus propios medios, porque, pese a haber establecido un sistema de transporte de heridos, no pueden ponerlo en marcha por los riesgos que conlleva. Las ambulancias no pueden moverse por la ciudad. En la zona donde se encuentra el doctor, Markory, en el sur de abiyán, Issoufou relata que esta mañana han oído disparos fuertes y constantes y han sufrido cortes de electricidad.

"Es urgente que dejen libertad de movimiento a los trabajadores humanitarios para que puedan realizar su labor", exige Issoufou, que cuenta que reciben llamadas pidiéndoles que recojan a heridos y pacientes, "pero es imposible moverse". El problema es que "no se sabe a quién pedir las autorizaciones necesarias para desplazarse por la ciudad", dada la situación de vacío de poder. El hospital de Abobo Sud es el único que funciona en el norte de Abiyán. Desde ayer por la tarde hasta el medio día de hoy han recibido al menos a 30 pacientes.

"Hay mucho saqueo y pillaje en la ciudad, y si sales a la calle, te conviertes básicamente en objetivo. Bandas armadas recorren las calles y hay una verdadera atmósfera de miedo entre la comunidad, en especial en las áreas más pobres. El ejército ha bloqueado los puentes, así que no pueden llegar a un hospital en el sur y además hay muchos combates en marcha. Coges un coche para intentar llevar a alguien al hospital y, probablemente no regreses. Así que la situación es mala y la población está sufriendo porque no tienen acceso a tratamiento médico básico", relata en una nota de la ONG Henry Gray, coordinador de campo de MSF de la capital marfileña.

El diagnóstico de MSF coincide básicamente con el de las agencias humanitarias de Naciones Unidas, que hablan de caos, "explosiones continuas por toda la ciudad; los hospitales están cerrados, no se pueden trasladar enfermos porque si las ambulancias se atreven a salir son tiroteadas; los servicios públicos no funcionan, por lo que hay decenas de cadáveres en las calles que nadie recoge". Así lo ha descrito en Ginebra Elisabeth Byrs, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA). "El acceso a la población es imposible. Los trabajadores humanitarios también deben quedarse encerrados en sus casas por motivos de seguridad, pedimos a las partes implicadas que por favor protejan a los ciudadanos", ha insistido Byrs. Como ejemplo, ha señalado casos extremos, como el hacinamiento de 3.000 malienses que, huyendo de los combates, se han refugiado en el recinto de su embajada en Abiyán.

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El oeste

Por lo que respecta a la zona oeste del país, donde se han producido duros enfrentamientos entre partidarios de ambos bandos que han derivado además en luchas interétnicas, la situación es también caótica. MSF informa de que ha atendido entre el 28 de marzo y el 3 de abril a cientos de heridos en las localidades de Bangolo y Duékué -en esta última, la Cruz Roja denunció la semana pasada la matanza de 800 personas en combates entre las fuerzas de Ouattara y Gbagbo. "Siguen llegando heridos, aunque la ofensiva aquí ha terminado", dice Renzo Fricke, coordinador de emergencias de MSF, por lo que deduce que "la violencia continúa".

Ante los combates, decenas de miles de personas del oeste del país se ven obligados a abandonar sus hogares, muchos de ellos buscan refugio en el vecino del oeste, Liberia. En Duékué, MSF gestiona un campo de refugiados con entre 30 y 40.000 desplazados, según Issoufou, pero solo puede proporcionar medicamentos. La organización está pidiendo permisos en las distintas provincias del país (por ejemplo a las fuerzas republicanas en el oeste) para desplazarse sobre el terreno y poder evaluar la situación sanitaria, lo que espera que ocurra pronto, en un plazo entre 24 y 48 horas. Hay equipos de la ONG también en Man, Danané, y Guiglo, así como dentro de Liberia.

Ante esta grave situación, Issoufou llama a las partes en conflicto a tomar todas las medidas para asegurar que la población tenga acceso a tratamientos médicos e insiste en la necesidad de que se permita la libertad de movimiento de MSF y de otras organizaciones humanitarias.

Cajas y neumáticos bloquean una de las autopistas que conectan Abiyán con el norte de país, en un puesto de control de las fuerzas de Ouattara.
Cajas y neumáticos bloquean una de las autopistas que conectan Abiyán con el norte de país, en un puesto de control de las fuerzas de Ouattara.REBECCA BLACKWELL (AP)

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