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La amenaza talibán

Los talibanes matan al hermano de Karzai

Los insurgentes se atribuyen el atentado más grave desde el anuncio de la salida de tropas de Afganistán - Ahmed Wali Karzai era el hombre fuerte en el sur del país

Un viejo conocido, un hombre de confianza de la familia, acudió de visita ayer a una mansión de Kandahar, el principal feudo de los talibanes en el sur de Afganistán, y le descerrajó dos tiros mortales de necesidad en la cabeza y el pecho a Ahmed Wali Karzai, de 50 años, hermano menor del presidente Hamid Karzai, y jefe del Consejo Provincial. Los guardaespaldas abatieron en el acto al asesino, Sardar Mohamed, un antiguo miembro del servicio de seguridad del clan de los Karzai que había acudido con una carta para entregar en mano.

La policía no pudo explicar la causa del ataque, pero un portavoz de los talibanes contactado por teléfono se apresuró a atribuirse la muerte del hermano (hermanastro, en sentido estricto) del presidente como "uno de los mayores éxitos" de los rebeldes integristas desde la intervención internacional en Afganistán, en octubre de 2001.

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El asesinato del controvertido Ahmed Wali Karzai -sospechoso de traficar con opio, desviar fondos públicos y reclutar grupos paramilitares al servicio de la CIA- deja un inquietante vacío de poder. Su figura simbolizaba la fragilidad de las instituciones en el nuevo Afganistán.

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Las fuerzas de la OTAN desplegadas en Kandahar, y en particular las de EE UU, encajan también un duro golpe al perder a un interlocutor privilegiado con los grupos tribales del sur de Afganistán. El general estadounidense David Petraeus, todavía al mando de las fuerzas internacionales en la región, admitió que el atentado puede acarrear "consecuencias impredecibles".

Los diplomáticos occidentales en Kabul reconocen que su cooperación era indispensable en Kandahar, donde desde marzo, cuando los insurgentes lanzaron una nueva ofensiva, se han registrado más de la mitad de las muertes en acciones armadas en el país.

"Mi hermano pequeño ha caído como un mártir", lamentó en Kabul el presidente Hamid Karzai en una conferencia de prensa conjunta con su homólogo francés, Nicolas Sarkozy. "Pero así es ahora la vida de todos los afganos, aunque espero que las desgracias que sufre cada familia terminen algún día", aseguró Karzai, que ha protegido a su hermano frente a las acusaciones de corrupción que le han perseguido.

Su poder de señor del sur no se asentaba tanto en el cargo que desempeñaba, meramente consultivo, como en su estrecha relación con el Gobierno de Kabul y en la enorme fortuna amasada por su familia tras su llegada al poder. Quienes visitaban su mansión de Kandahar daban cuenta asombrados de la gran cantidad de dinero en efectivo que había en los armarios. Ahmed Wali Karzai organizó también la campaña presidencial de su hermano en 2009, en unos comicios que estuvieron marcados por las acusaciones de fraude masivo.

El hombre fuerte de Kandahar había regresado a Afganistán después de la caída del régimen talibán, a finales de 2001. Dejó su negocio en Chicago, un restaurante oriental, para instalarse junto con su hermano en la nueva Administración establecida por Estados Unidos. The New York Times le calificó en octubre de 2009 como un informante de la CIA, de la que recibía pagos regulares. Su principal cometido consistía en reclutar combatientes afganos para operaciones encubiertas contra los talibanes en Kandahar.

Había sobrevivido a varios atentados, el último en 2009, cuando su vehículo fue tiroteado en una emboscada. Un año antes, la explosión de una bomba en un edificio público acabó con la vida de seis personas de su séquito.

EE UU han vigilado de cerca a Ahmed Wali Karzai, según se desprende de los documentos del Departamento de Estado filtrados por Wikileaks a EL PAÍS. Tras una reunión celebrada el 28 de septiembre de 2009 en el palacio del gobernador provincial de Kandahar, el informe advierte: "Aunque debemos tratar con Ahmed Wali Karzai en tanto que jefe del Consejo Provincial, está generalmente considerado como un corrupto y un traficante de drogas".

El hermanastro de Karzai sugirió también a sus interlocutores estadounidenses que para luchar contra la corrupción hay que reinstaurar y reforzar las shuras o consejos de notables, en lugar de confiarlo todo a jueces y policías: "Es fácil sobornar a un jefe policial o a un juez, pero no se puede sobornar a 50 ancianos".

Entrevistado de nuevo en febrero de 2010, en vísperas de una gran ofensiva militar en Kandahar, se mostraba dispuesto a someterse a la prueba del polígrafo o detector de mentiras ante las sospechas de sus vinculaciones con el narcotráfico. Ahmed Wali Karzai intentó incluso ganarse a sus interlocutores evocando con añoranza su vida en Chicago.

Ahmed Wali Karzai (izquierda), junto a su hermano, el presidente Hamid Karzai, en 2010 en Argandab (provincia de Kandahar).
Ahmed Wali Karzai (izquierda), junto a su hermano, el presidente Hamid Karzai, en 2010 en Argandab (provincia de Kandahar).ALLAUDIN KHAN (AP)

Fichado por el Departamento de Estado

- Cable de febrero de 2010. "Aunque debemos tratar con Ahmed Wali Karzai como jefe del Consejo Provincial, está considerado como un corrupto y un traficante de drogas".

- Shuras por jueces. El hermanastro del presidente Hamid Karzai sugiere a sus interlocutores que para luchar contra la corrupción hay que reinstaurar y reforzar las shuras o consejos de notables, en lugar de confiarlo todo a jueces y policías. "Es fácil sobornar a un jefe policial o a un juez, pero no se puede sobornar a 50 ancianos", argumenta. "Vista su reputación, su recomendación de emprender grandes y costosos proyectos de infraestructuras debe ser contemplada con una sana dosis de escepticismo", concluye el informe diplomático.

- Cable de febrero de 2010. Ahmed Karzai se muestra dispuesto a someterse a la prueba del detector de mentiras, y dice que ha contratado a un abogado de Nueva York para limpiar su buen nombre. "Parece no comprender hasta qué punto conocemos sus actividades, que en su gran mayoría son vistas como nocivas, sobre todo en lo relativo a su influencia sobre la policía. Hay que vigilar muy de cerca sus actividades".

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