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La violencia incendia de nuevo Nigeria

Más de 160 muertos en una escalada de ataques de la secta islamista Boko Haram

La violencia sectaria en Nigeria amenaza con hacer revivir el escenario de enfrentamientos que se vivió en el país en la guerra civil de finales de los sesenta. Una oleada de ataques coordinados de la secta islamista radical Boko Haram en la ciudad de Kano, en el norte del país, ha causado desde el viernes más de 160 muertos. Las autoridades han impuesto el toque de queda en la localidad, la segunda del país, con 10 millones de habitantes.

La oleada de atentados, que comenzó el viernes tras el rezo islámico de la tarde, se prolongó durante la madrugada del sábado e incluyó al menos dos acciones perpetradas por suicidas y varias más con explosivos y uso de armas de fuego. Los ataques tuvieron como blanco principal cinco edificios de la policía, dos oficinas de inmigración y la sede en Kano del Servicio de Seguridad el Estado -la policía secreta nigeriana-, según confirmó en un comunicado la policía. En toda la ciudad se escucharon una veintena de explosiones.

La mayor detonación se produjo cuando un terrorista suicida condujo un coche cargado de explosivos contra el cuartel regional de la policía. La explosión permitió a varios presos escapar del calabozo, según testigos citados por las agencias de información.

Nigeria se encuentra dividida aproximadamente entre el sur, de mayoría cristiana, y el norte, más pobre y predominantemente musulmán. De hecho, en los 12 Estados del norte rige la sharía o ley islámica desde 1999.

La secta islámica Boko Haram ha reivindicado la autoría de la cadena de atentados, cometidos en represalia contra las autoridades, que no aceptaron liberar a presos miembros de la secta, según dijo un supuesto portavoz del grupo a un periódico local. El grupo islamista está considerado responsable de la muerte de al menos 512 personas en 2011 en atentados contra la comunidad cristiana y sus intereses.

Boko Haram ha amenazado de muerte a los cristianos que no abandonen sus hogares en el norte del país y mezcla exigencias religiosas con reivindicaciones políticas y económicas respecto al subdesarrollo de esta región nigeriana. Sin embargo, este tipo de ataques indiscriminados en ciudades como Kano causan muertes también entre la población musulmana. Comunidades islámicas en el norte del país se han desmarcado de las acciones de la secta y han mostrado su apoyo a la población cristiana. Agencias de seguridad occidentales temen que Boko Haram tenga vínculos con la rama de Al Qaeda en África occidental.

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Miembros de la Cruz Roja cargan cadáveres en una camioneta, ayer en Kano.
Miembros de la Cruz Roja cargan cadáveres en una camioneta, ayer en Kano.REUTERS

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