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Asesinados una madre y su bebé en un piso que luego fue incendiado

Los bomberos hallan los cuerpos tapados y con signos de violencia

Dos cadáveres, un incendio, un martillo en el lugar del crimen y el hombre del que muchos sospechaban puesto en libertad tras declarar. Todo eso ocurrió ayer por la tarde en el número 10 de la calle de Luis Mitjans (Retiro), y lo único claro es la muerte violenta de Estela, una española de 45 años, y de su hijo, un bebé de meses.

Sobre las cuatro y cuarto de la tarde, una llamada al 112 alertaba de que había fuego en una vivienda de la segunda planta del número 10 de la calle de Luis Mitjans, en el distrito de Retiro de la capital. Los bomberos sofocaron el incendio, que había originado mucho humo y, según fuentes policiales, tenía varios focos y había sido provocado. Después encontraron los cuerpos de la madre y del bebé en la cocina de la vivienda. Ambos presentaban signos de violencia. Junto a ellos, un martillo de zapatero. Estaban tapados por un plástico, según una portavoz policial. La mujer tenía un fuerte golpe en la cabeza. La policía cree que madre e hijo murieron de forma violenta antes de que se produjera el fuego.

Antonio estuvo sentado en un banco de la calle hasta ir a declarar
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Horas después, el Cuerpo Nacional de Policía, que se hizo cargo de la investigación, trasladaba a dependencias de la Jefatura Superior a un hombre de 40 años, nacido en Londres pero con nacionalidad española, para tomarle declaración. Se trataba de Antonio, el compañero de la fallecida y padre del bebé.

Antonio, que no iba esposado al subir al coche policial, había estado sentado en un banco frente al portal de la vivienda acompañado de otro hombre y fumando de vez en cuando. La policía le quería tomar declaración "para determinar su posible implicación en los crímenes", según fuentes de la investigación. A las diez de la noche, tras declarar, Antonio salía de la Jefatura de Policía.

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"Yo le he avisado del fuego", contaba por la tarde una mujer a unas vecinas arremolinadas junto al cordón policial. "Vivo arriba y me lo he encontrado en el portal", seguía su relato, "y le he dicho: '¡Tu casa está ardiendo!". Según esta vecina, el hombre le contestó: "No jodas. ¿Estás de broma o qué?". La mujer pasó luego el cordón al ser llamada por los agentes. Las otras vecinas comentaban "la frialdad" de Antonio.El cordón policial mantuvo la calle cortada hasta las ocho, momentos después del levantamiento judicial de los cadáveres, depositados sobre el asfalto. Tras él, los vecinos que esperaban para pasar a sus casas comentaban que Estela era "una mujer muy callada", que apenas salía a la calle y hablaba muy poco. Antonio, su pareja, "no era muy normal", afirmaban. "Nunca llevaba llaves de casa, tomaba pastillas... un tipo raro", contaba una vecina. Otras personas aseguraron que ambos estaban en tratamiento psiquiátrico. La pareja llevaba varias semanas durmiendo poco porque el niño lloraba a menudo, comentó a Efe otra vecina del mismo bloque de la pareja; un edificio de color amarillo y cinco pisos al comienzo de la calle.

Lo que no estaba claro en el barrio es si la fallecida sufría malos tratos por parte de su pareja. Las versiones diferían mucho entre los vecinos, y la policía no quiso calificar el suceso como un caso de violencia de género hasta avanzar más en la investigación. El Grupo V de Homicidios se hizo cargo del caso y la Policía Científica también se desplazó a la calle de Luis Mitjans para buscar posibles pistas sobre las muertes, previas a un incendio que se declaró en varios focos.

En la calle, mientras los vecinos comentaban el suceso tras el cordón policial, Antonio esperaba sentado en un banco frente al portal de su vivienda. Con una camiseta clara con mangas azules, pantalones marrones y un pequeño bolso, se echaba las manos a la cabeza, fumaba y charlaba con otro hombre.

Luego se montó en un coche policial para ir a declarar. La policía también tomó declaración a otros vecinos y testigos del incendio, para "encontrar al autor o autores de los crímenes", precisó una portavoz policial.

Cuando Antonio desapareció en el coche patrulla los rumores en el vecindario se dispararon. Aunque no iba esposado y no fue detenido en ningún momento. "Eran una pareja muy educada", decía el dependiente de una ferretería cercana. "Yo creo que él no dejaba a la mujer salir de casa y en la calle siempre ella iba detrás de él", afirmaba una vecina que no quería dar su nombre.

Otras dos mujeres, que viven en el mismo bloque que la madre de la fallecida (muy cercano al del piso incendidado), aseguraron que Estela tenía otro hijo de 21 años. "Luego se juntó hace un tiempo con éste [en referencia a Antonio] y hace unos meses tuvieron el niño", relataba una de las mujeres, que se habían enterado del suceso cuando la policía fue a avisar a la madre de Estela. Según ellas, la la anciana está muy enferma y apenas sale de casa. Según estas dos vecinas, la fallecida tenía dos hermanos y dos hermanas. "El niño estaba muy hermoso", describía otra vecina que vivía en un portal cercano. "Hace unos días lo vi en el carrito con su madre. Se parecía al padre".

Uno de los cadáveres hallados en el incendio en la calle de Luis Mitjans, antes del levantamiento judicial.
Uno de los cadáveres hallados en el incendio en la calle de Luis Mitjans, antes del levantamiento judicial.CARLOS ROSILLO

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