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Cae una red que controlaba con cámaras a prostitutas

Los proxenetas sabían en todo momento si las prostitutas estaban ocupadas o no

Nombres y turnos escritos en pizarras en una de las habitaciones del piso. La vivienda, situada en Arganzuela, era el centro de control desde el que una red de proxenetas vigilaba al milímetro los movimientos de las prostitutas que ejercían en cuatro casas de los distritos de Centro y Chamberí. En la base de operaciones, que la policía acaba de desmantelar, había una gran pantalla de 60 pulgadas, dos monitores de televisión de 30 pulgadas y dos ordenadores. Los cabecillas de la red controlaban lo que sucedía desde su guarida con las imágenes y las cintas.

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a 28 personas el martes, aunque la operación trascendió ayer. Los arrestados están acusados de delitos de prostitución, contra la salud pública, organización ilícita y situación irregular por explotar a 38 mujeres. Ocho de ellos han pasado a disposición judicial.

Los 'cabecillas' de la red no grababan los encuentros sexuales
Las mujeres dormían en cuartos de seis literas sin sitio para moverse

La investigación desarrollada por los integrantes del Grupo VII de la Brigada de Extranjería ha acabado con la organización que publicitaba por Internet los servicios de las mujeres explotadas. Además de controlarlas con las pantallas, los detenidos gestionaban los pisos como si trabajaran en una empresa de logística. El objetivo era conseguir la máxima "producción" de las mujeres y por eso habilitaron una cincuentena de teléfonos, que tras ser publicitados, recibían las llamadas de los clientes que ignoraban que estaban llamando a una red.En el centro de control del distrito de Arganzuela, dos telefonistas ponían en contacto a los clientes con las prostitutas, de las que 21 prestaron declaración voluntariamente igual que varios clientes sorprendidos en los pisos durante la intervención policial.

Los proxenetas apuntaban en los pizarrones los nombres y los números de teléfono de las meretrices, con aclaraciones de los pisos en los que vivían y en los que ejercían la prostitución. Las condiciones higiénicas de las mujeres eran muy limitadas. Dormían en habitaciones con seis literas en las que apenas había espacio para desplazarse. Compartían los baños. Algunas practicaban relaciones sexuales en las mismas camas en las que dormían. Otras se prostituían de forma esporádica.

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Las pantallas y cámaras de vigilancia servían al grupo para actualizar la información de los contactos y ordenar los turnos. Sabían casi al instante si las mujeres explotadas estaban trabajando o no. Fuentes de la investigación aseguran que, pese a la existencia de cámaras en los pisos, no se ha detectado ninguna extorsión a los clientes, y que tampoco grababan las relaciones sexuales.

Las detenciones de los presuntos cerebros de la red y de las telefonistas se produjeron en el piso que habilitaron como centro de control. Los agentes aprovecharon que los integrantes de la organización delictiva estaban durmiendo para irrumpir en la vivienda, cogiéndoles por sorpresa. El cabecilla opuso resistencia y trató de romper las cámaras y el material informático.

Las mujeres explotadas son de distintas nacionalidades. Hay españolas pero la gran mayoría son brasileñas y paraguayas, según fuentes policiales. Una de ellas, según los investigadores, acudía desde la isla de Mallorca a los pisos en los que se ejercían la prostitución para trabajar durante varios días en los que dormía en las literas.

Los dos jefes de la red de proxenetas que fueron arrestados son también de nacionalidad brasileña y se encuentran, al igual que la mayoría de los miembros de la banda, en situación irregular en España.

La investigación policial se inició a raíz de la denuncia de una de las extrabajadoras, que acudió a un juzgado para relatar que había sido objeto de explotación sexual por los integrantes de la red. Según los policías, la iniciativa de esta mujer fue clave, ya que permitió conocer el funcionamiento de una organización que estaba perfectamente jerarquizada.

La policía estima que la red de prostitución operaba desde hace año y medio, según consta en las facturas de alquiler que se han encontrado en los registros. Eso hace que los investigadores sospechen que lo que los beneficios ilícitos podrían ser muy elevados por el tiempo y por la gran cantidad de servicios que realizaban las mujeres explotadas.

Una de las pantallas con imágenes de los pisos.
Una de las pantallas con imágenes de los pisos.
El planillo en el que apuntaban los datos de las mujeres.
El planillo en el que apuntaban los datos de las mujeres.

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