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Reportaje:

Comedias para guiris

Humoristas anglosajones interpretan sus monólogos en el teatro Alfil

Pedro Zuazua

Son las 12.15 de la noche y a la puerta del teatro Alfil esperan unas 50 personas, en su mayoría ingleses y estadounidenses. No es para una sesión golfa, sino para asistir a la última cita de 2006 con el Giggling -que en español es algo así como reírse a lo tonto- Guiri, una especie de Club de la Comedia a la anglosajona o, lo que es lo mismo, una revisión de las originales stand up americanas. Si usted ya se ha perdido con los pocos términos anglosajones que acaba de leer, es mejor que no se acerque hasta allí, ya que las actuaciones son en inglés, y los actores hablan a un ritmo trepidante.

Heather, Donald y Karina son estadounidenses y trabajan en Madrid. Son habituales de las sesiones, que se celebran una vez al mes de septiembre a junio. Aseguran que no acude más gente a la cita "porque muchos no saben que esto existe" y destacan la escasa asistencia de público español: "Son casi todos ingleses. Gente de aquí viene poca". Jorge, madrileño, es uno de esos pocos. Conoció el Giggling Guiri por Internet, y cree que es una gran idea. A él, como vivió en Londres, no le cuesta entender las bromas de los artistas e incluso participar en el espectáculo.

Ninguna nacionalidad de los asistentes se libra de la crítica. A los otros les pitarán los oídos

Y es que algunos de los cómicos buscan con ahínco la intervención del público. "¿De dónde sois?", pregunta el cómico Al Pitcher. Desde esa pregunta, el show va enlazando bromas y nacionalidades con mucha naturalidad. Entre los diez comediantes que han recitado en inglés sus chistes y anécdotas graciosas desde noviembre de 2005, fecha en la que nació el Giggling Guiri, se pueden contar siete nacionalidades: Estados Unidos, Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda, Australia y Nueva Zelanda.

Al guiri de hoy le sale un público respondón, y eso le hace más fácil el juego. Ninguna nacionalidad de las presentes se libra de la crítica. Y a las que no estaban les pitarán los oídos en próximos días. El segundo cómico, Russell Kane, hace entrar menos en juego al público, pero a cambio ofrece un histrionismo poco convencional.

"El espectáculo está funcionando muy bien", explica la brasileña Valeska Magalhães, una de las organizadoras. Desde la primera sesión han pasado cerca de 3.000 personas por las gradas del Alfil. "Todo un éxito teniendo en cuenta la hora a la que se celebran", dice Valeska, que dice que entre los 80 ó 100 asistentes que suele haber en cada sesión ganan por abrumadora mayoría las mujeres y pierden los españoles, por la barrera del idioma. "La comedia anglosajona tiene otro estilo, la mayor parte de los artistas tienen su propio material de trabajo, no hay guionistas", añade. Estilo y caché, porque algunos de los artistas pueden llegar a cobrar 5.000 euros por una actuación de media hora. "Son gente que está acostumbrada a actuar para un público más numeroso, y que vienen aquí sabiendo que la situación no es la misma que en sus países, por eso no son tan exigentes con sus honorarios", cuenta Valeska. Los monólogos viajan de Madrid a Barcelona: los humoristas repiten su espectáculo en ambas ciudades.

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Steven Garden es el presentador de las actuaciones. Dice estar "encantado" con el desarrollo de las mismas y anuncia algunos cambios para la vuelta de vacaciones (la próxima cita será el 26 de enero). Quieren cambiar el horario y pasarlo a los domingos por la tarde, e incluso hacer un par de sesiones al mes. Eso sí, tendrá que seguir luchando contra un inconveniente histórico: "Hay demasiados puentes".

Teatro Alfil. Precio de la entrada: 15 euros anticipada o 17 en taquilla. Próximo monólogo: 26 de enero. Más información en www.comedyinspain.com y www.teatroalfil.com.

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Sobre la firma

Pedro Zuazua
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo, máster en Periodismo por la UAM-EL PAÍS y en Recursos Humanos por el IE. En EL PAÍS, pasó por Deportes, Madrid y EL PAÍS SEMANAL. En la actualidad, es director de comunicación del periódico. Fue consejero del Real Oviedo. Es autor del libro En mi casa no entra un gato.

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