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Condenado un colegio a pagar 40.000 euros por tolerar el acoso a un niño

La sentencia es la de más alta cuantía dictada hasta ahora en un caso de 'bullying' - El menor sufrió vejaciones y agresiones de todo tipo entre los 7 y los 10 años

Le llamaban inútil, le insultaban, le pinchaban con lapiceros, le robaban, le perseguían por el patio en el recreo y, si paraba de correr, le pegaban en un rincón entre todos, prohibían a los demás niños relacionarse con él, le amenazaban de muerte... Este infierno lo vivió un niño no en la calle, sino en su colegio y desde los 7 a los 10 años.

Sus padres, que para proteger al menor no quieren que se conozca su nombre, pensaron al principio que eran incidentes aislados, pero cuando el niño les preguntó qué es "dejar en coma a alguien", como le gritaban que harían con él, se dieron cuenta de que lo que estaba pasando era grave. Acudieron una y otra vez al centro, el colegio religioso concertado Amor de Dios de Alcorcón, se reunieron con profesores, tutores, la directora y la psicóloga, sin lograr que nadie protegiera a su hijo del calvario.

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Los responsables del colegio no accedieron a sancionar a los acosadores ni a cambiarlos de clase, como pedían los padres, y les despachaban diciendo que se lo inventaba, que eran incidentes comunes en una clase de Primaria o que no tenían constancia de que estos se produjeran.Tras mandar un burofax a la Vicaría de la Congregación y ver que el acoso no cesaba, los padres acudieron al amparo de Inspección Educativa y del centro municipal de atención a las víctimas. Finalmente la Consejería de Educación decidió, "de forma urgente y a mitad de curso", cambiarlo de centro en febrero de 2010. Pero los padres querían que el colegio admitiera "que no estaban locos y que su hijo no mentía", por lo que demandaron al colegio en julio de 2010. Según explica su abogado, Pedro González, no buscaban "un resarcimiento económico, sino moral" frente a las "acusaciones por parte del colegio de que pretendían un enriquecimiento".

Ahora, el Juzgado 44 de Primera Instancia de Madrid les ha dado la razón y ha condenado a la Congregación Hermanas del Amor de Dios, de la que depende el colegio, a pagar 40.000 euros de indemnización al niño por la pasividad ante la denuncia de los padres y por no haber tomado medidas para protegerle. Considera probado que sufrió acoso escolar por parte de un grupo de compañeros de forma "continuada, colectiva y reiterada en el tiempo" ante la cual el centro incurrió en una "absoluta dejación de funciones, dejando indefenso al niño".

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Es la indemnización más cuantiosa por daños y perjuicios impuesta a un colegio en España por bullying. La anterior más alta la dictó en 2009 la Audiencia Provincial de Madrid -30.000 euros al Colegio Suizo de Alcobendas- y, previamente, los padres de los siete acosadores de Jokin fueron condenados a pagar 10.000 euros cada uno a la familia del niño vasco de 14 años que se quitó la vida, pero el colegio fue absuelto.

Con todo, tal y como recoge el fallo, los progenitores podían haber pedido hasta 120.000 euros según la baremación estipulada para estos casos, pero en su demanda, que el juzgado estima íntegramente, reclamaron un tercio. Según indica el abogado de la familia, lo interesante del caso es que se admitieron como prueba las grabaciones hechas por la madre de las reuniones con el centro, que no fueron impugnadas ni contradichas por la parte demandada salvo en su valoración. De dichas grabaciones, se desprende "sin duda", según el fallo, un "hostigamiento continuo al menor", que reconocen la directora y la psicóloga. También fue "clave" el testimonio en el juicio del padre de uno de los acosadores, un "héroe" y un "hombre ejemplar" que tildó a su hijo y sus compinches de "terror del patio" y que reprochó al colegio haberse tenido que enterar de lo que ocurría por la madre de la víctima, gracias a la cual pudo corregir a su hijo.

Además, testificó el inspector, que declaró que no tuvo acceso a todos los informes del colegio y que vio indicios de situación de riesgo, por eso "se cambió al niño de un día para otro", según Pedro González. La sentencia, sin embargo, no es firme y el colegio ha presentado ya recurso, según precisa José Luis García Olaskoaga, miembro del órgano que dirige los 23 centros de la congregación en España, porque considera que "no ha habido inacción", que no se detectó "ningún acoso" y que el fallo "se basa en hechos testificales no acordes con la realidad".

Según el centro, hasta diciembre de 2010 no tuvieron "la primera constancia de esta situación" y abrieron un expediente, aunque nunca vieron "nada fuera de lo común, los acusados lo negaban y, sin hechos objetivos", no podían actuar. El reglamento interno del Amor de Dios contempla hasta ocho sanciones para casos como este -como cambio del acosador de aula y expulsión-, pero no se aplicó ninguno, salvo un castigo de dos semanas sin recreo tras un robo, del que solo cumplieron cuatro días. Iñaki Piñuel, el psicólogo especialista en violencia escolar que diagnosticó al niño y cuyo un informe pericial ha tenido en cuenta el juzgado, explica que sufre un cuadro grave de "estrés postraumático cronificado", un "daño psicológico extremo" producido por "una grave amenaza para la vida o la integridad física o psicológica" que, si no se trata, puede durar toda la vida y que, con tratamiento, se cura en uno o dos años. Para el niño, el cambio de colegio -que tiene la contrapartida de que es una victoria para los acosadores, la institución queda incólume y se refuerza el sentimiento de indefensión en la víctima-, ha tenido un efecto sanador. Ahora, el niño, que es "muy inteligente y extrovertido", se recupera de esta "herida invisible" que le provocó, entre otros daños, irritabilidad, nerviosismo, miedo y sensación de peligro constantes, falta de concentración y de memoria a corto plazo y somatizaciones como ausencia de apetito, náuseas, dolor de cabeza e insomnio. Cada día, está más cerca de "recuperar la sonrisa".

Varias madres y alumnos, ante la puerta del colegio Amor de Dios de Alcorcón.
Varias madres y alumnos, ante la puerta del colegio Amor de Dios de Alcorcón.CARLOS ROSILLO

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